El Atlético muere en la orilla y arranca su periplo en Champions con una dolorosa derrota

Lo tuvo cerca. Hizo lo imposible por irse de Liverpool con un punto, lo que le habría dejado con un buen sabor de boca, pero un gol de Virgil Van Dijk en el minuto 92 arruinó la fiesta del Atlético y dejó a los de Simeone, que acabó expulsado, con la miel en los labios (3-2)

Nunca es buen momento visitar Anfield, uno de los grandes templos del fútbol europeo, y medirse al Liverpool. Y mucho menos cuando tienes que jugar sin algunos de tus mejores jugadores. Pero eso no importó al Atlético. Cosas más difíciles había conseguido en el pasado.

El problema es que el encuentro empezó torcido desde el principio. Porque en apenas seis minutos, el equipo de Arne Slot anotó dos goles. El primero llegó a balón parado gracias a la inteligencia de Robertson y el segundo lo firmó Salah después de meterse dentro del área, aprovechar la pasividad de la zaga colchonera y batir a Oblak con un pase a la red lleno de calidad.

Anfield estalló de júbilo. Ni en sus mejores sueños se habrían imaginado ir ganando 2-0 en apenas seis minutos. Pero, al mismo tiempo, sabían que quedaba un mundo por delante y no había que confiarse en exceso. Porque el Atleti iba a gozar de oportunidades para recortar diferencias.

Con el paso de los minutos, la efervescencia del Liverpool se fue diluyendo y el conjunto colchonero empezó a crecer con balón, lo que le permitió acercarse a la portería defendida por Alisson. Pero esas llegadas no fueron lo suficientemente y el electrónico siguió reflejando ese 2-0 que tanto gustaba a la parroquia 'red'.

La cosa es que el Liverpool no se conformaba y quería más. Y eso hacía cada vez que recuperaba el balón. Las contras excitaban a los más de 50.000 espectadores presentes en Anfield Road y el Atlético rezaba para no recibir más goles. Un 3-0 al descanso podría acabar siendo demoledor para los intereses colchoneros. Y, en ese sentido, el Atlético se empleó a fondo para evitar esa situación.

Sin embargo, lo que llegó antes del descanso fue ese gol que quería marcar el cuadro colchonero para volver a creer. Y tal y como hizo en 2020, en aquel encuentro pre pandemia que le acabó ganando el Atlético en Anfield, Marcos Llorente fue el encargado de recortar diferencias y devolverle algo de esperanza a la afición rojiblanca desplazada a la ciudad que vio nacer musicalmente a The Beatles. Descanso en Liverpool.

Intereses opuestos

Tras el paso por vestuarios, ambos equipos salieron con intereses opuestos. El Atleti quería el 2-2 y el Liverpool soñaba con sentenciar la contienda lo antes posible. Y en ese aspecto, la segunda mitad iba a ser de lo más emocionante.

Y para tratar de buscar el empate, Simeone tomó la decisión de hacer una modificación a los siete minutos de la reanudación. Raspadori dejó su sitio en el campo a Koke. Ese cambio dejó claras las intenciones del técnico argentino. El capitán entró como pivote y eso dio más libertad a Pablo Barrios y Conor Gallagher en la zona media.

Arne Slot captó el plan de juego del Cholo Simeone e hizo un triple cambio. Ekitiké, Mac Allister y Bradley entraron por Frimpong, Isak y Gakpo. El técnico neerlandés quería frescura para afrontar la última media hora de partido y esas modificaciones se la iban a dar a priori.

El encuentro no estaba para nada cerrado y en algo más de 30 minutos podía pasar de todo. Por eso mismo, los más de 900 aficionados del Atlético desplazados a Liverpool empezaron a animar a su equipo en busca de ese gol del empate.

El Atlético empuja

Al Atleti no le quedaba otra que arriesgar si quería marcharse de Anfield con algo positivo bajo el brazo. Y el encargado de tirar del cuadro colchonero fue Marcos Llorente. El '14' atlético estaba inspirado, todos los balones pasaban por sus botas y, poco a poco, el Atleti se acercó al área del Liverpool.

El Atleti estaba haciendo méritos para marcar el empate y cuando faltaban algo más de diez minutos para el final, Marcos Llorente anotó su doblete particular con un disparo desde el borde del área que Alisson no pudo frenar.

El equipo colchonero había logrado lo que parecía imposible en el arranque del duelo. El empate era buen resultado, pero todavía quedaba tiempo para completar la remontada. Sin embargo, lo que llegó fue un tardío gol de Virgil Van Dijk a la salida de un córner que dejó al Atlético sin un empate que le habría sabido a gloria.