Vinicius recibe indicaciones del árbitro Sánchez Martínez
Villarreal 0-0 Real Madrid
El Madrid se topa con el palo y con Rulli en La Cerámica
Una parte para cada equipo con ventaja de los blancos en la segunda no es suficiente para la victoria visitante
Se había puesto elegante Emery en casa, con chaleco y todo. Señal de que esperaba una velada triunfal. Venía el equipo castellonense inflado tras su exhibición ante el Betis. Inflado como Emery al que casi solo le faltaba un puro y un reloj de cadena. Chukwueze hizo un eslalon entre una defensa madridista aún desperezándose de la siesta. Algo espectacular, pero sin destino. Lo que sí estaba bien era la defensa amarilla. Bien colocada, medio adelantada, como en posición de baile tribal contra la que el Madrid llegaba y se marchaba, como el pueblo ante el castillo.
Estaba Albiol atendiendo a su portero, vio a Vinicius acercarse, sacó un brazo y lo derribó. ¿Qué es el VAR un frenesí? ¿Qué es el VAR una ilusión? Hubo un palo para el Villarreal en una refriega sobrevenida. Había un agujero por donde Marcelo y por allí que se lanzaban los locales, aunque no se crean que exclusivamente. Por donde Carvajal también llegaban, quien le dio un pelotazo fortuito en la cara a Lo Celso por el que se encendieron un poco los ánimos.
El ala de Rulli
A Militao le cayó una amarilla y a Vinicius le llovían chuzos de punta. Uno de Asensio le cayó en el tobillo a Iborra, que es un poco de acero. Chukwueze seguía probando por la banda izquierda marcelista, que era más bien una diagonal ofensiva. Courtois salvó al Madrid poniéndose en paralelo al suelo en medio segundo. Defendía el Madrid. Sacaba todo y se equivocaba al sacarla, muy atrás, aturullado, como deslumbrado por el fulgor de la camiseta rival. Sánchez Martínez parecía decidido a no pitar ninguna falta a Vinicius, que tenía que gritar.
Un brazo, como un ala, de Rulli salvó el gol de Bale, un extraño que se debatía en el campo. Vinicius hizo una preciosa finta de amago, una especialidad del brasileño, que después se dejó la pelota atrás a pesar de que iba muy por delante. Había un campo de fuerza villarrealista que Vinicius estaba dispuesto a romper incluso a través del alunizaje.
Vinicius por doquier
Parecía dispuesto el Madrid a desdibujar la doble línea defensiva en la reanudación. Asensio, sin acciones de relevancia en la primera parte, sí insistía en el elogiable pundonor viniciusista, que estalló al fin en el cincuenta con una aproximación, tras pase visionario de Marcelo desde los medios, de regate y tiro instantáneo.
El peligro podía ser el mallorquín, pero sobre todo era Vinicius. Un Madrid ondeante por el brasileño, como una brisa que mueve la sábana blanca tendida al fresco y sujeta con dos pinzas: Casemiro y Militao. La brisa estiró al Madrid una vez más, que desde su loma divisó a Bale. Mano de Rulli y larguero. Y otra vez Rulli frente a Vini tras un robo enorme de Valverde. El protagonismo trataba de obtenerlo el fútbol, pero se hacía difícil recordando algunos protagonismos arbitrales.
Jovic y el palo
Vinicius y Bale eran una bonita pareja. Cortaba el Madrid antes de los dos cuartos. La plaza de un pueblo en fiestas. Rulli era el cantante en el escenario que hacía de todo menos cantar. Se fue Bale por Jovic y aparecieron Modric y Rodrygo. Vinicius dirigía el juego desde su banda. Ancelotti puso recambios ante el agotamiento. El brasileño ya no dio para más y salió Hazard. Nacho por Marcelo. Había regresado la presión inicial villarrealista.
Rodrygo era como un búfalo en la sabana de tanto espantarse rivales. Lo intentó el Madrid en los últimos minutos. Tanto, tanto, que en el estertor del encuentro Jovic se quedó casi solo frente al cancerbero y héroe local al que superó. La pelota voló y voló, bajando y bajando, pero no lo suficiente para salvar el palo, casi el mismo por el que gritaba el niño aquel del anuncio.
Ficha técnica:
Real Madrid 0: Courtois; Marcelo (Nacho, m. 81), Militao, Alaba, Carvajal; Valverde (Modric, m. 78), Casemiro, Kroos; Vinicius (Hazard, m. 81), Bale (Jovic, m. 73), Asensio (Rodrygo, m. 78).