El Real Madrid cumple en un día gris y acaba pidiendo la hora ante el Rayo

Era un día para cumplir y el Real Madrid lo hizo, aunque no sin sufrimiento porque el Rayo, un rival al que no ganaba desde hace casi dos años, le puso las cosas difíciles. El equipo de Ancelotti sentenció el encuentro en la primera mitad gracias a los goles de Mbappé y Vinicius y venció al conjunto vallecano casi dos años después (2-1).

Ancelotti sacó el once más competitivo posible (rotaciones incluidas) y los jugadores se fueron en busca del primer gol después de que Hernández Maeso indicara el inicio del duelo. Con el balón ya en juego, el Madrid se quedó a nada de sorprender al Rayo en su primera llegada.

El Bernabéu se vino arriba y el conjunto blanco aprovechó los ánimos de la grada y, sobre todo, los huecos en defensa del Rayo para seguir acercándose a la portería defendida por Augusto Batalla. Jugando así, el gol iba a acabar cayendo, pero el marcador seguía reflejando ese 0-0 que no gusta a nadie. El premio no llegaba.

Pasaban los minutos, el dominio seguía siendo madridista y el Rayo aguantaba a base de defender. El equipo de Íñigo Pérez estaba siendo fiel a su identidad, tenía el encuentro donde quería y, de vez en cuando, se hacía notar en el área de Lunin, pero no lo suficiente como para marcar el 0-1.

El Madrid no se alteró lo más mínimo. Fue paciente y a la media hora de partido cantó bingo por medio de Mbappé. El astro francés, que llevaba varios duelos con la pólvora mojada, aprovechó un gran envío en profundidad de Vinicius, con quien se entiende de maravilla, se llevó un rebote ante Lejeune y cargó la pierna para superar con un disparo cruzado a Batalla. 1-0

El gol desató al Real Madrid. La grada de animación apretó y cuatro minutos después del tanto de Kylian, Vinicius estampó su firma en la ficha técnica. El brasileño hizo una gran jugada individual, tiró de magia para volver loca a la defensa rayista y coló el balón por el palo corto de la meta de Batalla. 2-0.

Todo hacía indicar que el encuentro se iba a ir con 2-0 al descanso. Sin embargo, el Rayo, en su primera gran ocasión de peligro, encontró el premio del gol por medio de Pedro Díaz. El centrocampista asturiano se sacó un zapatazo desde la frontal que rebotó en el larguero y entró en la portería (el VAR dio validez tras unos minutos de suspense). Así se llegó al intermedio.

El Madrid se queda frío

Aunque es cierto que el 2-1 era un buen resultado para el Real Madrid, el elenco de Ancelotti todavía tenía que dar un pasito más si quería asegurar los tres puntos frente al Rayo. Las sensaciones eran positivas, pero la diferencia era mínima. El gol de Pedro Díaz antes del descanso trastocó algo los planes de Carletto.

El Madrid mantuvo la idea de juego de la primera mitad y se hizo con el control. La diferencia es que en el segundo acto, el conjunto blanco optó por llegar al área algo más calmado. El resultado era favorable, no había que forzar la máquina y lo único que debían de hacer era estar atentos a las posibles llegadas del Rayo, que mientras fuera posible lo iba a seguir intentando.

En la segunda mitad, el Madrid estaba bastante espeso en ataque y el Bernabéu se empezó a impacientar. El duelo no estaba para nada sentenciado y se escuchó algún que otro silbido. El madridismo no estaba conforme con la actitud de los suyos en los segundos 45 minutos y se lo hizo saber.

Había una sensación de intranquilidad en el entorno. El Madrid no estaba tan lúcido y el Rayo aprovechó para tratar de desquiciar al conjunto blanco con su particular estilo defensivo, pero sin renunciar al ataque. El resultado seguía reflejando el 2-1 con el que ambos equipos se fueron al túnel de vestuarios.

La mejor noticia para el Madrid es que no pasó nada en la recta final del encuentro. El equipo de Ancelotti volvió a sumar de tres en su día más gris y se fue del Bernabéu con una sonora pitada (2-1).