El Atlético vuelve a tropezar con la misma piedra y cede dos puntos en Balaídos

Lo que es el fútbol. El Atlético venía de marcar diez goles en dos partidos y de dejar buenas sensaciones tanto contra el Real Madrid en Liga como frente al Eintracht de Frankfurt en Champions. Sin embargo, el Celta le puso los pies en el suelo y el equipo rojiblanco no fue capaz de aprovechar una buena oportunidad para seguir recortando puntos (1-1).

Una semana y un día después de llevarse el derbi de la manera más aplastante, el Atlético volvió a jugar un partido de Liga y lo hizo en el estadio ABANCA Balaídos para medirse al siempre imprevisible Celta de Vigo, un equipo que no sabía lo que era ganar en Liga (seis empates y dos derrotas).

El Atlético sabía de la importancia del duelo, Simeone sacó sus mejores armas y necesitó tan solo siete minutos para ponerse por delante en el marcador y silenciar a los más de 20.000 aficionados que se acercaron al feudo olívico a animar a su equipo.

Los colchoneros trazaron una buena jugada desde campo propio, Griezmann la recibió, le metió un pase en profundidad a Barrios, el '8' del Atlético la centró al área con un envío raso y Starfelt se introdujo el balón en su propia portería.

Marcar el 0-1 tan pronto le aportó tranquilidad al Atleti. El resultado lo era favorable y el que tenía que arriesgar era el equipo de Giráldez, que jugaba en casa y quería volver a repetir la victoria que consiguió el pasado jueves en Europa League ante el PAOK.

El problema es que los gallegos no estaban siendo capaces de generar peligro. El Atlético era dueño y señor del encuentro y tenían controlado al Celta, que estaba siendo demasiado previsible en ataque, algo, lógicamente, positivo para los pupilos del Cholo.

Conforme avanzaba el partido, el Celta empezó a entrar en calor y todos los balones iban dirigidos a Borja Iglesias, que estaba protagonizando una bonita batalla (sin éxito) con Le Normand y Lenglet, el líder ofensivo, con permiso de Iago Aspas, del equipo gallego.

El 0-1 se empezaba a ver como un resultado corto y, para colmo, el Atlético se quedó con un hombre menos. Lenglet, que ya tenía amarilla, actuó con imprudencia, agarró a Ferran Jutglá, que se iba solo, y dejó al Atleti en una situación peligrosa.

Esa situación volvió a animar al Celta, que metió una marcha más en busca del empate. Y en esas, la ocasión más clara la tuvo, precisamente, Borja Iglesias. El ariete compostelano recibió al borde del área, cargó el disparo y obligó a Oblak a sacar la mano. Balaídos estaba viendo cerca el 1-1, pero el Atleti resistió y logró irse al descanso con ventaja.

Iago Aspas enchufa al Celta

Para tratar de recomponer la línea defensiva, el Cholo Simeone optó por dejar a Griezmann en el vestuario y dio entrada a Javi Galán en el lateral izquierdo, lo que hizo que Hancko pasara a compartir el centro de la zaga con Le Normand.

El técnico argentino sabía a lo que se exponía y sin el francés en el campo a Julián Alvarez le iba a tocar trabajar el doble, reto que pareció aceptar el atacante argentino sin muchos problemas. En peores situaciones se había visto el '19' del Atlético de Madrid.

El 0-1 no se movía y el Celta miró al banquillo en busca de soluciones. Y el primer cambio de Giráldez fue Fran Beltrán por Hugo Álvarez, que ya sabía lo que significa marcarle un gol a un equipo grande (lo hizo el año pasado contra el Barça en Balaídos). Modificación ofensiva por parte del técnico de Porriño.

Sin embargo, el Celta no encontraba la forma de hacer daño al Atleti y Giráldez decidió doblar su apuesta. Iago Aspas y Bryan Zaragoza saltaron al campo; descanso para Swedberg y Jutglá.

El partido pedía a gritos la entrada de Aspas. El de Moaña, a pesar de tener 38 años, siente el Celta como ninguno y seis minutos después de entrar al campo anotó el gol del empate que tanto anhelaba Balaídos. El cuadro gallego armó una jugada ofensiva peligrosa y el balón le cayó a Mingueza. El ex del Barça levantó la cabeza, vio a Borja Iglesias libre de marca en el segundo palo, el '9' falló ante Oblak y el rebote lo cazó Aspas para desatar el éxtasis de los celtistas.

El tanto del empate del Celta hizo reaccionar a Simeone. El argentino metió un doble cambio: Baena y Gallagher por Koke y Javi Galán para tratar de frenar el ímpetu de los gallegos. Pero esos no fueron los únicos, ya que cuatro minutos después, el argentino agotó las modificaciones con Sorloth y Nahuel Molina.

Fue entonces cuando el encuentro entró en su recta final con todo por decidir. Y ahí, Giráldez agotó sus últimos cartuchos. Borja Iglesias y Carreira dejaron su sitio en el terreno de juego a Pablo Durán e Ilaix Moriba. El empate no era mal resultado, pero mientras hubiera posibilidades el Celta iba a buscar la victoria. Y así acabó el partido. El Atleti sumó un punto, pero desaprovechó una oportunidad de oro en Balaídos.