Carlos Alcaraz entra en el olimpo del tenis: gana el US Open, su primer Grand Slam
Carlos Alcaraz entra en el olimpo del tenis: gana el US Open, su primer Grand Slam
El español gana a Casper Ruud en cuatro sets (6-4, 2-6, 7-6 y 6-3) y es el nuevo número uno del mundo
Carlos Alcaraz Garfia. El nombre de todo un campeón de un Grand Slam, el nombre del nuevo número uno del tenis mundial. Carlos, el joven Carlitos, español de El Palmar, deportista ya universal. Alcaraz es el nuevo campeón del US Open tras una madrugada -en España- inolvidable, difícil de olvidar. Ha derrotado a Casper Ruud en el partido soñado por todo tenista y ha cogido ya su sitio en el olimpo del deporte. El país de Rafa Nadal tiene ya otro gran campeón. En pie ante Carlos Alcaraz.
En una final intensa, con vaivenes y con mucho nerviosismo, Alcaraz ha derrotado a Ruud en cuatro sets (6-4, 2-6, 7-6 y 6-3) para levantar al cielo de Nueva York su primer gran título. Tiene solo 19 años, la misma edad -qué cosas tiene el destino- con la que Nadal también ganó su primer Grand Slam. Durísimo encuentro, con final feliz, de un Carlitos inmenso que superó situaciones muy adversas -especialmente en el tercer set- y que es ya número uno del mundo. Además podemos catalogarle como el verdadero heredero de este deporte, el sucesor del eterno Big Three. Alcaraz ya está aquí y da al deporte español la inmensa alegría de otro Grand Slam. El 12 de septiembre -11 aún en Nueva York- será recordado siempre por nuestro tenis.
La final comenzó con un saque durísimo de Ruud, un aviso de lo que se podía encontrar Alcaraz. Y con un primer cara a cara ya duro, con el noruego buscando los juegos largos, intentando cansar desde el inicio a un Alcaraz que arrastraba ya muchas horas de tenis en sus piernas. El arranque fue el festival de las bolas de break. Ninguno comenzó bien a su saque: Carlitos tuvo dos opciones de rotura en el primer juego y otras dos -una aprovechada- en el tercero. Ruud tuvo otras tres opciones de break en los dos primeros servicios del español, ninguna aprovechada. Así se llegó al 3-1. Y de haber tantas opciones de rotura pasamos a seguridad en los saques. Ya ninguno cedió más su servicios, los dos no dieron opciones y Alcaraz se acabó llevando la primera manga con un juego en blanco (6-4).
Bajón en la segunda manga
Se escuchaba perfectamente como Juan Carlos Ferrero, entrenador del campeón, le daba órdenes: «Concentración Carlos», le decía. Su padre, por detrás, le pedía que tuviera la cabeza. Carlitos les hizo caso. Ante la seguridad ya de ambos a su servicio solo tuvo el de El Palmar una opción de decantar la segunda manga: con 2-2 y al servicio de Ruud tuvo una bola de break que no aprovechó. Y de forma inmediata, con Alcaraz al saque y ganando 30-0, se repuso el noruego con un puntazo que le dio vida. De ahí hasta alcanzar un break -el primero que hacía en la final- conseguido también con un asombroso punto que le hizo celebrar con rabia.
Casper Ruud se queda otra vez a las puertas de un Grand Slam
Era el 4-2 e intentó reaccionar Alcaraz, que tuvo la opción de otro break, pero lo salvó Casper con un saque directo, la forma en la que se sentía más seguro. Se vio en este momento al Carlitos más tenso, cabreado, hablando solo cuando esperaba al nuevo juego sentado. Gritos interiores de rabia. Jugaba ahora muy largo Ruud, quería agotar a un Alcaraz casi con el doble de horas de tenis que él en el torneo. Lo hizo en este momento, porque se vio a Carlitos desconcentrado, desaprovechando otra bola de break y perdiendo ya el set cuando sacaba en un juego que puso de manifiesto el trance por el que pasó: hizo dos dobles faltas, no metía ni un primer saque y cedió este segundo set (2-6).
Alcaraz, épico en el tercer set
Vivió entonces un momento de vaivenes Alcaraz. El tercer set fue eso, de idas y venidas, de cambios inexplicables. Difícil de explicar cómo lo ganó Carlitos, posiblemente solo por ser ya un campeón con todas las letras. Acabó el español la segunda manga tocado y sin embargo sacó un hilo de esperanza... con condiciones. Inició el tercer set con break, con seguridad a su saque y muy cerca de romper otra vez el servicio de Ruud. Pero de repente se volvió a ver en un momento de tensión y de nerviosismo. De un 0-2 -y con bola de break para el 0-3- se pasó al 4-3 entre dudas. Incluso se escuchó algún murmullo por los problemas que estaba teniendo el murciano. Pero como todos los grandes reaccionó con rabia y aguantó a su saque, ganando también Ruud los suyos, y mandando el set al tie-break tras salvarse de forma épica en el último juego.
Alcaraz logró ganar un tercer set de forma épica, lo tenía perdido y salvó dos bolas de set
Y es que con 6-5 para el noruego Alcaraz vio que se le iba la final. Hasta dos bolas de set tuvo Casper, al que no se le veía en ningún momento signos ni de agotamiento ni de cabreo anterior. Estaba cómodo... hasta que le desesperó Carlos con su defensa. Y es que en un juego larguísimo el de El Palmar salvó esas dos bolas de set, mandó la manga al tie-break y allí arrasó. Ruud en el desempate se diluyó, solo metió un punto y Alcaraz se llevó el set con suma facilidad. Con lo que había sufrido unos minutos antes. Transformación total. Aquí se ganó la final.
Alcaraz, campeón eterno
Vaya que sí se ganó. El cuarto set fue hasta más fácil de lo que se podía esperar. Tras aguantar ambos su saque, fue el sexto juego de la cuarta manga en la que definitivamente vimos a Alcaraz como campeón. Le hizo una rotura de saque primordial al noruego y cuando pasaba las 1:30 horas de la madrugada en la España peninsular Carlos se inventó el mejor momento de la final. A su saque, con 2-4 en el resultado, Ruud se puso 0-30. El español lo resolvió con dos saques directos y el aguante que solo firma el que ya es campeón de un Grand Slam. Enorme, aquí supimos ya que un murciano sería campeón del US Open.
Ya de ahí al olimpo, al triunfo, al éxito total. Ya de ahí a ganar un US Open que pone de manifiesto que este Carlos Alcaraz es una leyenda ya del tenis y del deporte español. «¡Bravo Carlitos!», le puso en el mensaje la organización del torneo estadounidense. Bravo, claro que sí. Alcaraz ya es historia de este deporte. .
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