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Carlos Alcaraz ganó este domingo su primer Roland Garros

Carlos Alcaraz ganó este domingo su primer Roland GarrosAFP

Carlos Alcaraz gana su primer Roland Garros y mantiene el idilio español con París

El murciano sobrevivió a una batalla física y tenística contra un totémico Zverev y cumplió el sueño que siempre quiso vivir, que no era otro que coronarse en la ciudad del amor (6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2, en 4h 18m)

El destino es caprichoso y ha querido que el domingo 9 de junio de 2024 Carlos Alcaraz gane su primer título de Roland Garros. Pero, ¿qué tiene de especial este día? La Región de Murcia está de fiesta y qué mejor manera de cerrar el día y celebrarlo que con un nuevo título de Grand Slam de su nuevo ídolo. El murciano sobrevivió a una batalla física y tenística contra un totémico Zverev y cumplió el sueño que siempre quiso vivir, que no era otro que coronarse en París, la ciudad del amor y el mes que viene la sede del deporte olímpico mundial (6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2, en 4h 18m)

Una final de Grand Slam es uno de los grandes desafíos a los que se puede enfrentar un jugador profesional de tenis. No es un partido más. Y hacerlo en Roland Garros, uno de los torneos más emblemáticos, es cuanto menos especial. Y es capital saber gestionar los nervios.

Alexander Zverev es uno de los tipos más fríos del circuito y le pudo la presión nada más empezar. Dos dobles faltas como carta de presentación. Lo bueno es que ese estado de nerviosismo le duró poco y pudo solventar esa situación con cuatro buenos saques, su golpe más letal.

Cuando todo apuntaba al 1-0 a favor de Zverev, Alcaraz se vino arriba y consiguió romperle el saque a las primeras de cambio. No fue el mejor de los inicios por parte del tenista de Hamburgo. Pero lejos de venirse abajo, el número cuatro se quitó esa tensión y le devolvió el break a Carlos. La gran final empezó con más movimiento del esperado. 1-1 en menos de 10 minutos. Ya en el siguiente juego, Zverev sí fue capaz de apoyarse en su vigoroso servicio y le hizo saber que lo sucedido al principio fue un espejismo.

Lo sucedido en los primeros compases del encuentro se podría asemejar, claramente, a una partida de ajedrez. Zverev movía ficha como si fuera un peón y Alcaraz lo hacía en modo alfil. Con 2-2 en el marcador, el murciano tiró de inteligencia, supo esperar su momento y le arrebató el saque a 'Sascha' por segunda vez en el set. Y tan sólo habían pasado cinco juegos. Carlitos tenía muy claro su plan de partido: mantener la calma y buscarle las cosquillas al alemán con su drive. La bola le estaba corriendo de maravilla al español.

Las bolas altas de Alcaraz le estaban haciendo mucho daño a Zverev. Eso es lo bueno de jugar con sol en Roland Garros. La pelota, normalmente, está muy viva y los efectos que coge son endiablados. Eso le estaba perjudicando en exceso al germano. Zverev supo sufrir, se anotó el 4-3 y seguía con vida en el primer set.

Todo dependía de los turnos de saque del español y ahí se estaba mostrando inabordable. Cumplía con su cometido. Esa confianza en su juego le permitió romperle por tercera vez el saque a Zverev y cerrar el primer parcial. 6-3 para Carlos Alcaraz.

Segundo set

Alexander Zverev sabía que la final se le había puesto cuesta arriba. Quedaba mucho partido por delante y podía pasar cualquier cosa. Pero no era el mejor inicio. No había tiempo que perder y para tratar de recuperar el terreno perdido, el alemán presionó a Alcaraz en el primer juego y se quedó muy cerca de empezar el segundo set con ventaja en el marcador. El español supo gestionar bien esa presión.

Ambos estaban jugando a un ritmo altísimo. Era un intercambio constante de derechazos y de reveses paralelos. Alcaraz hacía lo que quería y tenía controlado el partido. Se estaba moviendo de maravilla y le estaba haciendo correr a un Zverev de un lado a otro. El alemán se estaba empezando a desquiciar y cuando eso pasa, las miradas hacia su banquillo se convierten en habituales. El consejo que le dio su padre era el de mantener la calma.

Zverev celebra un punto durante la final de Roland Garros

Zverev celebra un punto durante la final de Roland GarrosX / Roland Garros

Qué razón tenía. En ese momento, el marcador estaba 2-2 y la igualdad era máxima. Podía pasar cualquier cosa. Zverev encontró una forma de jugar distinta y su derecha le empezó a hacer más daño a Carlitos. Lo que en el primer set fue un dominio claro del español, en este segundo lo fue del alemán. Se podría esperar. El tenista de Hamburgo cambió la actitud y se quitó la presión de encima. Esa mejoría le permitió abrir hueco en el marcador y aprovechó el bajón tenístico de Alcaraz en los momentos decisivos del segundo parcial y puso el empate en el marcador. 6-2 para el alemán.

Tercer set

Con un set para cada uno, Alcaraz sabía que tenía que volver a subir el nivel para frenar a Zverev. El tenista alemán le dejó claro al murciano que si estaba en la final era por algo. No iba a ir de farol y si tenía que arriesgar para tratar de desbordar al español lo iba a hacer.

Alcaraz necesitaba volver a ser incisivo con su juego, pero al mismo tiempo era consciente de que no podía caer en la precipitación. Poner el modo máquina en una final de Grand Slam no es la opción más recomendable. Hay que mantener la mente fría y jugar con cabeza. De vez en cuando, el español soltaba algún «¡Vamos!» para animarse. Ese 3-2 le llenó de moral.

Carlos Alcaraz celebra un punto en la final de Roland Garros

Carlos Alcaraz celebra un punto en la final de Roland GarrosEFE

Lo siguiente era volver a romperle el saque a Zverev. El alemán estaba sacando a 215 km/h de media y parecía imposible lograr el quiebre, pero en el quinto juego del tercer set llegó el premio para el español. Y lo logró con un 0-40. ¿Qué hizo Alcaraz para conseguirlo? Muy sencillo. Avanzó un par de metros en el segundo saque de Zverev y eso le permitió subirse encima de la bola, aspecto fundamental para sorprender al alemán al resto. 4-2 para el de El Palmar.

El set se le puso bastante de cara al murciano. Todo volvía a depender de él. El siguiente juego era vital. Zverev también lo sabía. El alemán metió presión al resto y tuvo varias opciones para recuperar el break perdido en el juego anterior. Alcaraz resistió, combinó sutileza con potencia y consiguió afianzarlo para ponerse 5-2 arriba. El tercer set se le había puesto muy de cara al número tres del mundo. Sólo tenía que cerrarlo, la tarea más difícil de todas. Y cuando servía para ganar el tercer set, Zverev se volvió a crecer y le rompió para colocar el 5-4.

Zverev aguantó el chaparrón y se apoyó en su saque para devolver la igualdad al marcador. Alcaraz necesitaba tener paciencia. No quedaba otra. Pero el alemán volvía a estar muy inspirado con su juego. Echó para atrás al español y le dio la vuelta al marcador. 6-5 a favor del alemán y saque para cerrar el tercer set. Muy mal asunto para los intereses de Carlos. Sascha sufrió pero se lo acabó llevando por 7-5.

Cuarto set

Carlos Alcaraz estaba contra las cuerdas. Era evidente. Zverev le ganaba por dos sets a uno y sólo necesitaba uno más para llevarse (por fin) su primer Grand Slam a sus 27 años. Pero lo que es el tenis. Alcaraz entró en el cuarto set en modo bólido y en muy poco tiempo se puso con un resultado de 4-0 a su favor.

Reacción de campeón por parte del murciano. El cuarto set se le había puesto muy de cara. Entre medias, Alcaraz, recibió asistencia médica del fisioterapeuta, se tomó un antiinflamatorio y como nuevo. Zverev se había ido por completo en este cuarto parcial.

Carlos Alcaraz disputa un punto durante la final de Roland Garros

Carlos Alcaraz disputa un punto durante la final de Roland GarrosEFE

Con 5-1 a su favor, Carlos Alcaraz sirvió para ganar la cuarta manga. Había dado un paso adelante para llevar la final al quinto y definitivo set. Nadie pensaba que eso iba a suceder teniendo en cuenta su bajón anímico en el tercero después de estar 5-3 arriba. El murciano la cerró con un 6-1 majestuoso.

Quinto set

La final no estaba decepcionando en absoluto. Se podría afirmar que era, claramente, una montaña rusa de emociones. Pero sólo podía ganar uno. A estas alturas de la película, el cansancio ya no importaba. Lo que se iba a imponer era el saber estar en pista.

Una vez más, Carlos Alcaraz volvió a demostrar un punto más de madurez en los momentos clave y con 1-1 en el marcador le volvió a romper el saque a Alexander Zverev en un juego que no fue para nada brillante. Pero en el tenis todo vale. Da igual cómo se ganen, lo importante es sacarlos adelante.

Alcaraz celebra su primer set en la final de Roland Garros

Alcaraz celebra su primer set en la final de Roland GarrosEFE

Con 2-1 a favor, Alcaraz levantó un 0-40 en contra con su particular grandeza y le cerró la puerta del contrabreak a Zverev. Qué partidazo estaban regalando los dos. Tenis en su máxima expresión. A la hora de la verdad, Carlitos estaba quemando la pelota y se estaba moviendo de maravilla.

Los juegos pasaban y la diferencia del break se mantenía. Zverev reclamó al árbitro alguna bola dudosa. Y a eso había que añadirle la picardía del español en los puntos clave. Bolas cortadas con poco bote y problemas para el alemán a la hora de entrar en pista. Eso le sirvió para ponerse 5-2 arriba y turno de saque para ganar su primer Roland Garros. Sueño desbloqueado. Carlitos triunfó en París y lo celebró a lo Rafa Nadal. Es decir, tirándose al suelo.

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