Objetivo número uno: las cuentas de Alcaraz para recuperar el cetro de la ATP de aquí a final de año

Una vez finalizada la primera mitad de la temporada tenística, Carlos Alcaraz ya está pensando en cómo afrontar la segunda, una en la que históricamente ha flaqueado por falta de fuerzas, que se antoja vital para el tenista murciano si quiere estar en disposición de recuperar el cetro de la ATP a final de año.

Cuatro son los meses que tiene por delante el número dos del mundo para tratar de desbancar de la cima a un Jannik Sinner que, en esta parte de la temporada, defiende 6.030 puntos y sabe que debe de dar el máximo si no quiere verse relegado en el ranking mundial.

La diferencia entre ambos, en estos momentos, es de 3.430 puntos. Sinner es el actual líder con 12.030 y Carlitos cuenta con 8.600 en su casillero. Por lo tanto, se puede afirmar, sin ningún tipo de problema, que el regreso de Alcaraz al número uno del mundo no es para nada descabellado. Eso sí, es obligatorio sacar la calculadora.

Las cuentas para Alcaraz son muy claras. Tiene que hacer una segunda mitad de la temporada prácticamente perfecta y esperar a que Sinner falle en todos aquellos torneos en los que defiende los máximos puntos posibles. Es decir, el Masters 1000 de Cincinnati, el US Open, el Masters 1000 de Shanghái y las ATP Finals, lo que suma un total de 5.500 puntos (los 530 restantes salen de los 200 que consiguió en el Masters 1000 de Toronto y los 330 que sumó como subcampeón del ATP 500 de Pekín).

La presión, en estos momentos, la tiene Sinner. Básicamente porque, de aquí al final de 2025, Alcaraz defiende apenas 1.060 puntos, lo que le deja en una posición relativamente cómoda y le permite afrontar esta segunda parte del año con confianza y dependiendo de sí mismo.

El único torneo en el que no puede fallar es, precisamente, en el ATP 500 de Pekín, donde defiende la corona de campeón que logró el año pasado. En el resto cuenta con margen suficiente, aunque sabe que debe rendir a muy buen nivel si quiere 'cazar' a Sinner, que, desde que volvió de su sanción de tres meses por dar positivo en clostebol, está a un nivel espléndido.

La mejor forma de explicar todo esto es a través de un ejemplo. Si Alcaraz decide no jugar en el Masters 1000 de Toronto y gana Cincinnati y US Open deberá de esperar a que falle Sinner para quedarse a menos de 500 puntos de diferencia en el mes de septiembre. El murciano sumaría 3.000 y el italiano tendría que caer, preferiblemente, antes de las semifinales de esos dos torneos, en los que defiende el título de campeón.

Esos dos torneos reparten muchos puntos y Alcaraz lo tendría que hacer muy mal para no sumar. En el Masters 1000 de Cincinnati tan solo logró 10 puntos, por caer en primera ronda ante Gael Monfils, y en el cuarto Grand Slam de la temporada defiende 50 puntos, que corresponden a la segunda ronda en la que cayó eliminado.

Pero, sin duda alguna, el torneo en el que Alcaraz sabe que debe de ir con todo es la Copa de Maestros que se disputa a final de año en el Pala Alpitour de Turín. 1.500 son los puntos que se lleva el ganador de este torneo y al murciano le vendrían de maravilla para recuperar el número uno del mundo, el objetivo principal que tiene de cara a esta segunda mitad de la temporada.

En resumen, Carlitos va a ir con todo de aquí a que acabe el año y quiere seguir disfrutando en una pista de tenis, tal y como reconoció nada más perder su primera final de Grand Slam en Wimbledon. «Estoy orgulloso y feliz por todo lo que estoy haciendo. Al principio de la temporada sufrí un poco por dentro y fuera de pista, pero de repente volví a disfrutar en pista y ser feliz, a tener esa emoción al pisar la pista, gracias a mi equipo, mi familia, amigos, que tengo la suerte de que están aquí. Sin ellos yo no estaría aquí, con esa alegría en pista. Está siendo un gran viaje por el momento, quiero que siga y seguir disfrutando en pista».