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18 de mayo de 2024

Ilustración: Cataluña economía ruina independencia separatismo

Lu Tolstova

Así se hunde la economía catalana: testimonio de un empresario que emigró en 2017

Félix Revuelta fue uno de los primeros empresarios que abandonó Cataluña. En 2017 empezó a ver la deriva nacionalista y sacó de allí el grupo Kiluva, dueño de Naturhouse, con una pena tremenda que aún le dura. La compañía facturaba entonces 94 millones de euros.
Revuelta llegó a Barcelona en 1966. «Era la ciudad más importante de España. Estaba llena de emprendedores y empresarios con ímpetu y ganas, pero todo eso se ha echado a perder. Los políticos lo han echado a perder», recalca.
Félix Revuelta, presidente de Naturhouse

Félix Revuelta, presidente de NaturhouseEl Debate

La clase empresarial catalana estaba claramente en la vanguardia de España. El dueño de Naturhouse recuerda, por ejemplo, como hace treinta años ya viajaba a Suiza a vender: «Los únicos que salíamos fuera éramos los que estábamos en Cataluña. Los de otras regiones iban claramente por detrás». Pero buena parte de aquella brillante clase empresarial se está marchando. No hay más que ver los datos hasta noviembre que aparecen bajo estas líneas. Los empresarios huyen. Desde que empezó el Procés han salido de Cataluña unas 7.000 empresas; en lo que va de año, 877.
Cuatro años después de su salida, Revuelta lamenta que «ha sucedido lo que tenía que suceder. Hay un Gobierno que sólo mira por sus perspectivas personales, no por las empresariales. La región lleva diez-quince años de degradación por culpa de unos políticos mediocres. La seguridad jurídica está muy ausente».
Revuelta destaca, además, el crecimiento de las empresas públicas: «Cuando llegué a Barcelona sólo había cuatro o cinco. Ahora hay más que en Madrid. Van colocando a sus amigos. La alcaldesa también lo está haciendo, pero son los empresarios los que hacen rico a un país. En Estados Unidos han empezado a dar subvenciones y ahora hay gente que no quiere trabajar. Ya se han dado cuenta y lo están corrigiendo porque han visto que iban mal. Las empresas públicas son un cáncer que está creciendo desde hace años».
Como es lógico, Revuelta extiende el cáncer de la mediocridad a la política nacional. Sobre la regional lamenta el ataque absurdo al español, la lengua que hablan 500 millones de habitantes frente a los 9 millones que la Generalitat asegura que hablan el catalán (lo afirma en castellano en esta web). Sobre el Gobierno central y su apuesta por la creación de empleos públicos (han surgido más de 280.000 desde que Sánchez está en La Moncloa), Revuelta piensa que explica en buena medida por qué la economía española está a la cola de Europa. «España tiene un futuro difícil», lamenta. Por ese motivo sigue viajando de lunes a viernes como hacía hace treinta años para diversificar su negocio. Está presente en treinta países, pero eso sí: los fines de semana echa de menos estar en Barcelona, la ciudad en la que vivió 56 años y que fue emergente, pero cada vez lo es menos.
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