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25 de abril de 2024

Juan Velarde

Un trabajo perfecto y necesario

Quien roba fiscalmente es la marcha del procés, como se explica en este libro de Ferran Brunet: Economía del separatismo catalán

Actualizada 08:38

Se necesitaba un trabajo de estas características, que comenzase, como sucede en este libro, por el análisis de la confrontación de intereses, generada en España, a partir del inicio de la Transición: por estar vinculada a la realidad de una globalización de nuestra economía, culminada a través de la inserción de España en la Unión Europea; y, por las consecuencias importantes derivadas de la Constitución de 1978, en lo que se refiere a las características que pasó a asumir la situación autonómica española, y, más concretamente, la de Cataluña. Y esa realidad que se va a exponer, que constituye un fuerte contraste, a lo largo de la exposición, muestra (pág. 240) que «los catalanes tienen derecho a que el Estado español les libere de la larga confrontación que padecen y les asegure la vigencia del estado de derecho en Cataluña, sus libertades y su progreso. Los catalanes confiarán en el Estado español si este les libera del yugo nacionalista».

DEUSTO, BARCELONA, 2022 / 551 PÁGS.

Economía del separatismo catalán

Ferran Brunet, prólogo de Francesc Granelle, epílogo de Mikel Buesa. Un análisis riguroso de las consecuencias económicas del «Procés» y la decadencia de Cataluña.

Y esto es obligado, tras la explicación de las consecuencias económicas inmediatas que un profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona pasa a exponer de modo, ciertamente, perfecto. La ratificación de la vieja tesis de Adam Smith sobre la homogeneidad del mercado es ratificada a la perfección, desde el comienzo al final de esta obra.
La realidad económica que, con lo señalado, se plantea es consecuencia –y es importante la denuncia– de que «el Gobierno central de España fue haciendo dejación de competencia y funciones en favor del Gobierno autonómico de Cataluña» (pag. 78). Y el resultado de ello constituye el centro de lo que se expone en las págs. 243-411, y se justifica documentalmente, bajo la frase «lo que desgraciadamente ocurrió (fue derivado de las) consecuencias económicas del desafío separatista».
Siempre resultará imposible, para el deseo de cualquier contradictor, eliminar el alud de datos sobre el llamado «coste del procés». Examinemos los datos que se ofrecen justificando este planteamiento; por ejemplo, en la pág. 246 se muestra cómo, entre 2010 y 2019, «Cataluña pasa del puesto 109 al 161 en el ranking de competitividad de las regiones europeas, mientras que Madrid está en el puesto 98. La Cataluña separatista expulsa. Madrid atrae, personas, empresas e inversiones». Y a partir de ese momento, se expone la dinámica del PIB de Cataluña, comparándolo con el de Madrid y donde uno de los motivos lo encontramos, como bien sabemos los economistas, en la intensidad reglamentaria, pues «la palma de la intensidad reglamentaria en España corresponde a Cataluña» como se observa con los datos de las páginas de los diarios oficiales de las Comunidades Autónomas. Todo ello explica que en Cataluña haya surgido «un infierno fiscal», porque se ha convertido en la región menos competitiva fiscalmente, y donde «la cumbre la consigue alcanzar la Generalitat», (pág. 277), que ha impuesto 15 tributos propios «que restringen la actividad establecida en esta región y limita su atractivo, perjudicando a los catalanes».
Todo esto contribuye a una especie de actualización de aquella frase del economista Vandellós de «Catalunya, poble decadent», no solo demográficamente, sino en multitud de otros aspectos que contribuyen a que la famosa frase de que «Espanya ens roba» se transforma, obligadamente, en que quien roba fiscalmente es la marcha del procés; la alusión, en la pág. 323, al impacto posible, en Cataluña, del cupo estilo vasco y navarro (pág. 323) es muy sugestiva, con el complemento de las diversas situaciones fiscales en relación con el voto separatista y las subvenciones de la Generalitat.
El alud de cifras derivadas de esta nueva realidad catalana –culminada con el «índice SCC del riesgo catalán» págs. 347-649–, explica los datos que a continuación aparecen sobre huidas de empresas y capitales.
Es imposible seguir señalando más datos que contribuyan a cerciorarnos de que su política económica genera la creación de un carácter antisocial en la Generalitat separatista de Cataluña, combinada con otra política presidida por carguismos y sectarismos (págs. 393-398). Un dato concreto (pág. 395) es que «el presidente de la Generalitat separatista cobra un 81,5 % más que el presidente del Gobierno de España»; todo ello ampliado a la realidad efectiva del cobro en diversos puestos –caso de «los sueldazos» en la TV3–, lo que se justifica porque los puestos separatistas estaban «muy explotados por el Estado español opresor» (Véase la nota 288).
Y no se puede dejar de señalar lo que se muestra en la pág. 433 sobre el impacto de una hipotética secesión en el PIB de Cataluña, que, inmediatamente, generaría una reducción de «un 9,3 % en el escenario bajo, un 16,1 % en el escenario medio, y un 24,4 % en el escenario alto», con inmediatas consecuencias sobre el empleo.
Y no olvidemos lo que esto significa para el conjunto de España: un hundimiento. Ya lo señaló y lo admitieron todos los economistas serios, a partir de Adam Smith. Esta obra indica cómo, si el separatismo triunfase, crearía, en Cataluña, una realidad análoga a la que en el Mediterráneo se contempla ahora en Albania.
  • Juan Velarde Fuertes es catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Complutense

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