
Los trabajadores acampados en las instalaciones de Zumosol, en una imagen de archivo
Crisis empresarial
El triste final del primo de Zumosol
La emblemática fábrica de zumos de naranja ubicada en Palma del Río se debatirá en septiembre entre la extinción o su venta a otros inversores después de unos meses muy turbulentos
La pesadilla en la que lleva dos años instalada la plantilla de Zumosol se terminará en septiembre con la disolución de la empresa o su adquisición por parte de otros inversores. En ese mes se celebrará un juicio tras el que los propietarios de la compañía, el grupo turco Toksöz, tendrán que decidir si reanudan la actividad, extinguen la empresa o la venden.
Los turcos se han portado muy mal con los 38 empleados de Zumosol. Cuando en 2020 tuvieron que hacerse cargo de nuevo de la división de exprimido de las naranjas (había otra división de envasado), trataron de deshacerse de ella de forma sucia. Un año después de haber declarado un ERTE, dijeron que habían encontrado un comprador, pero el comprador no era de fiar. Los trabajadores descubrieron que Cegeplas (Central Andaluza de Gestión y Suministros Plásticos) tenía un capital social de 3.000 euros, una cantidad irrisoria para afrontar los gastos fijos de un millón de euros al mes que tenía la empresa.
A pesar de ello, Cegeplas se hizo con la fábrica y los trabajadores, y a los ocho días los dio de baja en la Seguridad Social. Según el representante de CCOO en Zumosol, «los dejaba de este modo en una situación de vulnerabilidad total, sin prestaciones por desempleo ni indemnizaciones, y cometiendo numerosas irregularidades con consecuencias legales graves que son las que la inspección de trabajo ha puesto de relieve en su resolución tras la denuncia de nuestro sindicato». Anteayer se conoció dicho informe de la Inspección de Trabajo. Reconoce esta operación como un modo de desvincularse fraudulentamente de los trabajadores ocupados en la planta sin hacer frente a las indemnizaciones correspondientes por despido.
El informe se une a una sentencia reciente del Tribunal Supremo en la que se reconoce como nulo el último ERTE de la compañía, realizado entre el 15 de abril y el 15 de octubre de 2021, y se exhorta a Toksöz a abonar a los trabajadores las seis nóminas de ese periodo.El informe de la Inspección y la sentencia del Supremo hacen pensar a Agustín Jiménez, secretario general de Industria de CCOO en Córdoba, que tienen todas las de ganar en el juicio que se celebrará en septiembre. Si está en lo cierto, Toksöz tendría entre sus opciones readmitir a los trabajadores y tomar la poco probable elección de seguir con la empresa, cerrarla e indemnizar a los empleados o vender la compañía a alguno de sus posibles compradores. Entre ellos se encuentran de momento una empresa de telecomunicaciones y huertos solares (Magtel) a la que podría interesarle Zumosol para trabajar en un proyecto de economía circular con las naranjas, y otra de alimentación que ha manifestado algo de interés pero no muy en firme. Buena parte del freno para los inversores está en que la división de exprimido de las naranjas lleva parada un año y medio, y la de envasado (LGC Fruits and Juices SL), seis meses.
Una trayectoria prometedora que se truncó
La marca Zumosol nació en 1988. Fue una de las pioneras en el segmento de los zumos y alcanzó el liderazgo en el mercado español en muy poco tiempo. Vivió su gran momento de esplendor a partir del año 2001 tras ser adquirida por el Grupo Leche Pascual, y se hizo famosa con su anuncio del primo de Zumosol. Pascual invirtió y llevó el zumo de Palma del Río a once países del mundo.
A finales de la primera década de los 2000 el negocio dejó de funcionar tan bien, y Pascual empezó a pensar en vender Zumosol. Primero alquiló las instalaciones de envasado a la multinacional holandesa Refresco. Se ocupó de la fábrica hasta febrero de 2012.
A final de 2013 compró la empresa el Grupo Toksöz. Pascual le apoyaba con su red logística y comercial.
Toksöz alquiló la línea de exprimidos a la empresa brasileña Citrosuco, que desechó comprarla en 2020. La línea de envasado se vendió en 2019 a LGC Fruit, una compañía española del sector cítrico.
Tras desechar Citrosuco la compra, comenzaron los problemas comentados más arriba. Ahora solo queda confiar en que se resuelvan de la mejor manera posible.