José Elías durante una entrevista en su canal de YouTube
José Elías revela el alto coste del impuesto de salida en España: «No tendría que pagar poco precisamente»
La Agencia Tributaria realiza una simulación de venta de la empresa, calculando la diferencia entre el valor actual del negocio y su precio de adquisición original
La situación financiera de los empresarios en España ha cobrado especial relevancia en el ámbito económico, en parte debido a los costes asociados al Tax Exit o impuesto de salida. Este término hace referencia a la carga impositiva que deben afrontar quienes desean trasladar fuera del país sus empresas o activos. En este contexto, José Elías, reconocido empresario multimillonario, ha manifestado públicamente su preocupación al respecto.
El proceso del Tax Exit se activa cuando un empresario que posee una empresa con presencia física en España decide trasladarse fuera del país. En ese momento, la Agencia Tributaria realiza una simulación de venta de la empresa, calculando la diferencia entre el valor actual del negocio y su precio de adquisición original. Sobre esa ganancia teórica se aplica un impuesto que puede oscilar entre el 21 % y el 28 %, dependiendo del importe.
En el caso de José Elías, este impuesto podría ascender a unos «200 millones de euros». Esto representa una carga significativa para cualquier empresario que considere el traslado a otro país. La situación contrasta notablemente con la de aquellos emprendedores que generan ingresos a través de internet o redes sociales, quienes tienen una mayor flexibilidad para moverse a voluntad.
Elías, y otros empresarios en su posición, se encuentran atrapados por las normativas fiscales, lo que complica su capacidad de trasladarse o diversificar sus operaciones internacionalmente.
«Aquí sigo, pagando religiosamente mis impuestos»
El empresario ha manifestado su desacuerdo respecto a cómo se gestionan estos impuestos en España. Si bien reconoce su deber de contribuir al sistema fiscal del país, también expresa su deseo de que esos recursos se gestionen de manera más eficiente. «Yo sigo pagando religiosamente mis impuestos en España. Y con gusto… si se utilizasen de forma correcta», afirma.
Este dilema refleja un problema más amplio dentro del sistema fiscal español, que en muchas ocasiones parece penalizar a quienes forman parte del tejido empresarial del país. De hecho, tal situación puede llevar a muchos a preguntarse si el actual marco regulatorio es el más adecuado para fomentar el crecimiento y la innovación.
La libertad en la economía digital
El contraste con los trabajadores de la economía digital no podría ser más evidente. A diferencia de los empresarios con presencia física, estos profesionales disfrutan de una notable movilidad geográfica que les permite operar desde prácticamente cualquier lugar del mundo. Esta libertad pone sobre la mesa importantes interrogantes sobre la equidad en el tratamiento fiscal y regulatorio entre los distintos tipos de trabajadores e inversores en España.
Los cambios en el mundo laboral, acelerados por la pandemia, han impulsado el auge de la economía digital, transformando profundamente la forma en que muchas personas se ganan la vida. En este nuevo contexto, donde cada vez más profesionales eligen trabajar desde cualquier lugar del mundo, se vuelve crucial que la legislación fiscal evolucione para adaptarse a estas nuevas realidades y garantizar un sistema más justo y equitativo.