La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz
El gasto en paro crece un 9,2 % mientras que el desempleo solo un 2,5 %
Tratar de engañar a todos los españoles haciéndonos creer que el paro es mucho menor es totalmente inaceptable desde el punto de vista moral y ético
Los números tienen una terrible condición. Suelen ser malvados y perversos: les gusta destrozar a todos aquellos que pretenden subvertir la realidad y los convierten en pusilánimes. Pero a la par son mentirosos, cuando no incompetentes e inútiles. No respetan a nadie, salvo a aquellos que acostumbran a leerlos, entenderlos, pero nunca manipularlos.
A los que hacen lo contrario, se encargan de dejarlos en ridículo, cuando no en la más absoluta ignominia, por su incapacidad de entender que son soberanos y los reyes de la información.
Cualquiera que lea el titular del artículo y esta introducción y me lea por primera vez, puede pensar que estoy medio loco o loco entero. Cualquiera que me lea habitualmente sabrá que los números y yo somos amigos desde hace mucho tiempo y que tengo la suerte de que siempre les he hecho mucho caso. Por lo tanto no solo no me atacan, sino que me susurran y me ayudan para que los presente e interprete correctamente.
Hay muchas veces que no son sencillos de interpretar y hay que hacer muchas transformaciones de los originales para poder entender como interpretarlos. Pero con los susurros suficientes, se llegan a las conclusiones correctas.
El SEPE publica que el número de parados oficiales pasó en enero de 2,8 millones a 2,9 millones, con un incremento del 2,5 %, que equivale a 70.762 desempleados más.
En otro informe nos dice que el número de beneficiarios perceptores del seguro de desempleo pasa de 1,8 millones a 1,9 millones, lo que supone una subida del 3,4 % del número de beneficiarios, 63.141 personas más.
La primera incongruencia de los datos. Sabemos que la tasa de cobertura es del 65%, lo que significa que, como mucho, el número de beneficiarios debería haber crecido un máximo de 46.000 y no de 63.000.
Evidentemente, los datos que el SEPE saca por distintas vías empiezan a no tener congruencia y que en un mes los beneficiarios se han incrementado en 17.000 extras que son muy difíciles de explicar.
Por otro lado, está el gasto. En diciembre el gasto pagado por desempleo fue de 1.824 millones de euros y en enero de 2023 pasa a 1.992 millones, lo que supone un incremento en 168 millones más, un 9,2 %.
No hay nadie en estos momentos capaz de explicar que con un incremento del paro oficial del 2,5 %, los subsidios pagados se incrementan en un 9,2 %. La única razón es la que ya sabíamos todos: Yolanda Díaz miente a los españoles.
No soy jurista y por lo tanto eso no puedo saber si sería legal poner una demanda a la ministra de Trabajo por sus mentiras. Lo que sí tengo muy claro es que tratar de engañar a todos los españoles haciéndonos creer que el paro es mucho menor es totalmente inaceptable desde el punto de vista moral y ético.
Ya he utilizado muchas veces el refrán español de que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, y en la medida que van en aumento las mentiras, se multiplican las posibilidades de pillar al mentiroso.
Los funcionarios del SEPE que se encuentran en la tesitura de tener que poner cifras que no son correctas –y que reproducen falsedades– han decidido filtrar a los medios de comunicación la cifra de parados de los fijos discontinuos. Es a ellos a los que hay que darles las gracias.
Pero la ministra queda totalmente incapacitada para hacernos creer cualquier cosa que diga. Es una más de las políticas más nefastas que nos rodean. Estamos muy cerca de unas elecciones y habrá que hacer que este Gobierno se entere que los españoles estamos muy cansados de sus mentiras, de sus manipulaciones y de sus intentos de subvertir la realidad con falsedades.
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