Garicano, De Cos o Escolano son algunos de los nombres que han sonado
Se disparan las quinielas sobre el equipo económico del PP, aún con muchas incógnitas
Algunos nombres empiezan a descartarse, en un proceso que todavía no está claro
La cercanía de las elecciones y la posibilidad de que las gane el Partido Popular hacen crecer las especulaciones sobre quiénes formarán parte de su equipo económico. La decisión final solo la sabe el presidente, Alberto Núñez Feijóo, pero algunas incógnitas parecen empezar a despejarse.
Si el popular opta por el esquema actual de un vicepresidente económico o superministro, Luis de Guindos sería el óptimo para ocuparlo, pero ya ha dicho que no quiere hacerlo. Señala que es feliz en su cargo de vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y considera que está en una posición importante para nuestro país que no quiere perder, aunque tiene una comunicación fluida con Feijóo.
Una segunda opción que se ha vendido como oportuna para el próximo Gobierno es la del actual gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Cuenta con el inconveniente de la gran tarea que ha desempeñado para recuperar la reputación de la entidad que dirige. Si dejara su puesto como gobernador, lo abandonaría un año antes de lo previsto, lo cual produciría un daño reputacional en la entidad. Además, teniendo en cuenta lo crítico que ha sido con el Gobierno, parecería que se había estado preparando para este momento.
La tercera posibilidad de la que se habla tiene que ver con Luis Garicano. El prestigioso exeurodiputado de Ciudadanos y catedrático, de ideología económica más bien socialdemócrata, ha sido incorporado a la Fundación del PP Reformismo 21 por Alberto Núñez Feijóo con la idea de incorporar a toda aquella persona valiosa que esté a la derecha del PSOE, pero al parecer cuenta con un fuerte rechazo dentro del partido.
Román Escolano, que fue ministro de Economía unos meses en el Gobierno de Rajoy, podría ser una cuarta opción. Se incorporó hace unos meses a Reformismo 21. El problema es que tiene una posición cómoda en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y ha superado un cáncer, un hecho por el que puede no cuadrarle la intensidad de trabajo de un ministerio.
Por debajo de la figura del superministro, podrían estar las de ministros de Hacienda, Trabajo, Industria… según el esquema que elija Feijóo, si gana.
El trabajo económico previo a las elecciones se reparte entre el área de Economía del PP, que dirige Juan Bravo, y la Fundación Reformismo 21, que capitanea Pablo Vázquez. Vázquez, que fue presidente de Renfe entre 2014 y 2016 y director ejecutivo de Fedea, entre otras cosas, es un hombre confianza de Feijóo, al que conoce desde que coincidieron en el área de Sanidad con Aznar (Feijóo fue presidente del Insalud). Las fuentes consultadas no ven a Vázquez como ministro, pero sí con un perfil de director de la Oficina Económica de la Moncloa o un puesto similar.
Por lo que se refiere a Juan Bravo, que está desempeñando una gran labor, las fuentes consultadas no le ven como un superministro por faltarle un pedigrí que le dé peso ante una situación económica que va a ser muy difícil, aunque su acierto en Andalucía ha sido indudable.
Para el equipo económico también se habla de los hermanos Nadal, Álvaro y Alberto, que fueron ministros de Energía y secretario de Estado de Presupuestos y Gastos en el Gobierno de Mariano Rajoy, respectivamente. Estos hermanos gemelos, sin embargo, despiertan cierta hostilidad en el partido, no destacan por su empatía y no tienen buenas relaciones con las empresas y los medios de comunicación.
Tampoco parece factible que entre Fátima Báñez, artífice de la reforma laboral de 2012. Tiene buena relación con Feijóo y se ha incorporado a la Fundación Reformismo 21, pero le faltaría una mayor formación en economía e idiomas, además de que está ganando mucho dinero en los lugares en los que ya está (CEOE, consejos de administración de Iberdrola en Estados Unidos, Rovi y una sociedad no cotizada de Murcia). El coste de oportunidad de dedicarse a la política, económico y de reputación, es elevado para Báñez y para cualquier persona que venga de la empresa privada, pero el PP necesitará gente en esta área si llega al Gobierno, teniendo en cuenta la situación económica que va a heredar.
También ha llegado recientemente a Madrid Francisco Conde, actual vicepresidente económico de la Xunta de Galicia y muy cercano a Feijóo. Algunas fuentes le sitúan como posible ministro de Industria.
Además de los nombres que surgen como ministrables, aparecen los de economistas a los que el partido está pidiendo informes, estudios u opiniones para dar forma a su propuesta económica. Entre estos nombres están los de Daniel Lacalle, Lorenzo Bernaldo de Quirós, Ignacio Ruiz-Jarabo, Gregorio Izquierdo, José María Rotellar, María Blanco, Javier Santacruz y Gabriel Elorriaga, entre otros.
Algunas fuentes consultadas estiman que la clave no solo será el programa económico, sino las medidas que se tomen en los cien primeros días, que levantarán polvareda, sean las que sean, por muy necesarias que resulten. El éxito en la gestión de estos cien primeros días será clave para el futuro del Gobierno, que deberá enmarcar las medidas que tome en una visión general coherente de hacia dónde quiere llevar el país.
El encaje con Vox
Si el PP gana las elecciones, es posible que tenga que pactar con Vox para gobernar. El área económica del partido de Santiago Abascal está liderada por Víctor González Coello de Portugal, liberal ortodoxo de perfil poco mediático, diputado por Salamanca, que trabajó antes en firmas como Goldman Sachs o Ebro Puleva, en donde fue director financiero.
La desaparición de las listas de Rubén Manso y otros diputados de un perfil liberal conservador moderado lleva a algunas fuentes a pensar que puede dificultar el acuerdo económico entre ambos partidos, aunque en principio están de acuerdo en multitud de puntos básicos, entre los que se encuentran reducir impuestos, gastos superfluos y dinamizar la economía.
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