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05 de mayo de 2024

Promoción de vivienda pública en el barrio de Can Ribes de Gavà

Promoción de vivienda pública en el barrio de Can Ribes de Gavà.Europa Press

Análisis económico

¿Crisis inmobiliaria a la vista?

La crisis está servida, el Gobierno cazando moscas y los bancos, preocupados

El Banco de España publicó el pasado viernes 25 de agosto una información muy potente sobre la situación de la banca española, pero lo que más me interesaba era saber cómo está reaccionando la banca y las entidades financieras con respecto a la financiación a la actividad productiva y, a la vez, con las familias, en sus préstamos y en hipotecas para compra o para rehabilitación de las viviendas.
Los datos que se han publicado no son buenos. No lo son al comparar la última información disponible, que es del primer trimestre del año, con el primer trimestre del 2022. Nos encontramos con una reducción de 12.453 millones de euros.
Los préstamos bancarios son deudas que tienen las empresas y las economías familiares para poder funcionar.
Es casi imposible poder comprar una vivienda sin endeudarse. Por lo tanto, la deuda es buena en estas ocasiones porque activa la economía.
Las empresas difícilmente pueden abrir una fábrica o comprar maquinaria para retirar la obsoleta y así poder mejorar la producción sin pedir un préstamo para pagar esa inversión, con lo cual de nuevo la deuda es necesaria y buena, porque genera mejoras en productividad, puede llegar a bajar costes y ayuda a la empresa a ser más competitiva.
Por lo tanto, no siempre endeudarse es malo y va en contra de los postulados liberales.
Lo que es malo es endeudarse todos los años porque tus gastos son superiores a tus ingresos, pero no lo es cuando se utilizan para la compra de bienes que por su valor y coste no pueden materializarse con los ingresos de un año, pero se pueden llegar a pagar a lo largo del tiempo porque lo habitual es que los ingresos sean superiores a los gastos, y se permite pagar los intereses del préstamo y amortizar mes a mes el capital que recibieron como préstamo.
Cuando una familia se endeuda para la compra de un piso, no es solo la familia la que hace números: es la entidad financiera quien tiene la sartén por el mango a la hora de conceder esa hipoteca. Lo mismo le pasa a una empresa: son los departamentos de riesgos los que valoran la operación.
Y eso es lo que en su momento va a pasar con la deuda pública: que los mercados van a empezar a mirar con lupa la capacidad de devolver la deuda de España.
Pero volviendo a los préstamos de la banca a los sectores productivos y a los hogares, la noticia de la reducción de préstamos, aunque es pequeña, ha bajado un 1 %. La caída de esta cifra es ligeramente inferior al 1 % del PIB. Es un síntoma que sabemos que ya está encima y que, posiblemente, en el segundo trimestre, esta cifra haya subido, y dentro de poco empecemos a tener enormes dificultades para que estos colectivos se financien.
La reducción en la financiación va a reducir la compra de viviendas, el volumen de la construcción y de las Actividades inmobiliarias, que en nuestro país suman, entre las dos, un 20 % del PIB.
Si además también se reduce la financiación en los sectores productivos, la generación de riqueza por la compra de equipamiento o de bienes de producción va a afectar también al crecimiento del PIB.
Veamos qué ha pasado:
La reducción de préstamos en las actividades productivas ha caído en 6.647 millones. Si nos fijamos bien, en los servicios ha caído el 86 %, pero solo las actividades inmobiliarias se llevan el 47 %.
Si miramos lo que sucede con la financiación a las personas físicas, resulta que la financiación baja en 5.806 millones, pero crece en 2.725 millones para financiar bienes de consumo y baja en 8.505 millones en los préstamos de hipotecas para la adquisición de viviendas y rehabilitación de estas.
Esto nos dice que, mientras los prestamos han bajado en total 12.453 millones, la construcción, las actividades inmobiliarias y las hipotecas se han reducido en 12.088 millones de euros. Significa que los préstamos se han reducido en un 97 % por estas actividades.
Cuando vemos estos números, es fácil deducir que se nos viene encima una crisis inmobiliaria, que sin duda alguna tiene efectos en que hoy las expectativas económicas de cara al futuro no son buenas; que los tipos de interés ya están por encima, poco, pero por encima, del 4 %, que esos tipos de interés producen una contracción de la compra de pisos y a su vez en la construcción de estos y de las Actividades para promoverlos.
La crisis está servida, el Gobierno cazando moscas, los bancos preocupados, porque el BCE les ha dicho que va a subir la morosidad y que vayan preparándose para provisionar, y si estos no cambian, iniciaremos de nuevo una tormenta perfecta en la construcción y las actividades inmobiliarias que nos llevarán a una crisis en el PIB y lo que ello supone para nuestro país.
Ojo, y esto con solo 12.500 millones, pero que se han concentrado en estos sectores.

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