Los fondos tendrán tres meses para tomar el control de Celsa

El culebrón de Celsa parece estar llegando a su fin. La siderúrgica catalana, que cuenta con 10.000 empleados, 3.000 millones de euros de deuda y hasta ahora ha sido propiedad de la familia Rubiralta, pasará a manos de otros propietarios en un periodo estimado de tres meses.

Celsa (Compañía Española de Laminación) es el primer grupo siderúrgico español y el tercer fabricante de productos de acero en Europa. Fundado en 1967, en 2022 batió récord de facturación y beneficios: 6.084 y 867 millones, respectivamente, pero la falta de entendimiento histórica entre los fondos acreedores y la familia Rubiralta va a terminar con los fundadores fuera de la compañía.

El último intento de entendimiento se dio el pasado mes de abril. La familia podría haberse quedado entonces con un 49 %, pero su negativa a perder parte de su propiedad les ha hecho perderla entera.

Los fondos acreedores de Celsa presentaron en septiembre de 2022 un plan de reestructuración para sanear la compañía y hacerse con el 100 % del capital. Desde entonces han estado negociando hasta llegar a la solución final. Entre los acreedores de Celsa se encuentran los bancos Deutsche Bank y Goldman Sachs y los fondos Anchorage, Capital Group y Attestor Capital.

La solución final pasa porque entre en el accionariado un socio industrial español con hasta el 20 % del capital, se mantenga la sede en Castellbisbal (Barcelona) y se restrinjan el cierre de plantas y los despidos durante un tiempo.

El grupo de acreedores ha accedido a estas condiciones. Se estima que en tres meses podrá hacerse con el control de la empresa y en seis meses deberá abrir el capital de la compañía para que entre el citado socio español. Según La Vanguardia ya hay algunas firmas que se han interesado. Entre ellas se encuentran Sidenor Aceros Especiales y CL Grupo Industrial.

Permiso del Gobierno y la Generalitat

El Gobierno y la Generalitat de Cataluña han comunicado a las sociedades acreedoras la necesidad de asegurar, a través de compromisos firmes y vinculantes, el mantenimiento de la viabilidad de la empresa en el largo plazo, la toma de decisiones del grupo en España y la protección del empleo y las capacidades productivas en el marco del carácter estratégico de Celsa.

El Gobierno ha trasladado a los acreedores la necesidad de establecer un consejo de administración independiente e incorporar un socio industrial que fortalezca la gestión de la compañía. Por su parte, los fondos han manifestado al Gobierno su total compromiso con el objetivo de sanear y fortalecer la posición financiera de Celsa, mantener su plantilla y sus capacidades productivas en España y con el resto de los objetivos señalados.

Los fondos han manifestado al Gobierno su compromiso con el objetivo de sanear y fortalecer la posición de Celsa

Los fondos ya están poniendo en marcha algunos de los compromisos adquiridos con el Gobierno, como son la propia solicitud de autorización de inversión en España, o el nombramiento de Rafael Villaseca como presidente de un consejo independiente. En cuanto al resto de compromisos, se irán implantando a medida que avance el proceso.