Fundado en 1910

05 de mayo de 2024

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús MonteroEuropa Press

El Gobierno ya lleva 25.441 millones más de gasto acumulados en agosto que en 2022

La orgía desenfrenada de gasto continua. No importa el día ni la hora, lo único es que hay que gastar. Pero gastar puede no ir siempre ligado a contabilizar para que la situación no se descomponga y así tenemos que un Gobierno especializado en subvencionar cualquier cosa que se mueva, pero que, a finales de agosto, lleva contabilizados un 17,7 % de subvenciones menos que en 2022.
Y no me pongo un colchón en el suelo, me tiro encima de él y me cuento un chiste de Eugenio, no sé si saben aquel que «diu oye tú sabes cómo repartir subvenciones y diu claro una para mí otra para ti»
Un Gobierno que suelta el dinero en subvenciones como si fuese gratis el conseguirlo, va y se marca el rollito de que está ahorrando, en lo único que no se cree nadie.
Claro que eso le permite decir que ha gastado 2.208 millones menos que, sumados a los que seguro se ha gastado, se han contabilizado 5.000 millones menos y parece que no vamos tan mal, solo 1.127 millones más de déficit que en el 2022, cuando con el objetivo con Bruselas es bajar el déficit.
El Ministerio de Hacienda y Función Pública, dirigido por la cirujana M.ª Jesús Montero –que me da que no entra en un quirófano desde las calendas griegas– sabe que lo importante no es gastar, sino contabilizar cuando mejor convenga, que eso si lo aprendió en la Junta de Andalucía.
El gran problema está en que antes o después tendrá que contabilizar y la experiencia me demuestra que, si ahora viene mal, más tarde viene peor. Lo mejor que alguien que tiene responsabilidades públicas debe hacer es mantener la contabilidad al día, porque se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.
Pero si analizamos los números, vamos a ver cosas que llaman mucho la atención y es que creciendo más los ingresos que los gastos –con las trampas sin incluir–, a pesar de ello crece el déficit contable y la explicación es muy sencilla: aunque nunca hemos ingresado tanto, nunca hemos gastado tanto. Veámoslo:
Los ingresos consolidados de la Administración General del Estado, la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas, crecen en 24.314 millones, que supone un incremento del 7,1 %. Pero no tenemos que olvidar que el año pasado los 343.156 millones ingresados eran una cifra histórica de ingresos.
Esta subida de los ingresos viene de una subida de los impuestos del 5,7 %, que suponen 10.481 millones más en el 2022 y ya han llegado a 195.844 millones de euros. A esta cifra hay que sumarle los ingresos por cotizaciones sociales, que suben un 9,1 % y aportan otros 10.772 millones de ingresos. Y si a estas dos cifras le añadimos 3.061 millones de incremento en las ventas de bienes y servicios, en otros ingresos corrientes y en otros ingresos de capital, llegamos a la subida de 24.314 millones y unos ingresos totales de 367.470 millones.
Pero los gastos suben en 25.441 millones, que suponen una subida del 6,8 % y se quedan rozando la frontera de los 400.000 millones, y suman 397.400 millones.
Así tenemos que, los gastos generales crecen en 2.639 millones que son un 8,1 % más que en agosto de 2022, los salarios se han incrementado en un 6,4 % y suman 85.427 millones sin contar los Ayuntamientos ni las Diputaciones. Los intereses suman un 6,2 %, cifra muy baja para todo lo que se ha endeudado este Gobierno y a los tipos de interés mucho más altos que estamos pagando.
Las prestaciones sociales son las que más duelen en esta cuenta, pues suben 15.461 millones con una subida del 9,0 % y que vienen fundamentalmente tocadas por la subida de las pensiones contributivas. Por último están las subvenciones en negativo y los otros gastos corrientes y de capital que se incrementan en 3.141 millones.
Y podemos manipular lo que queramos, tergiversar los datos y obstruir la contabilización real de lo que el Estado se está gastando, pero llega el momento en que hay que poner la realidad encima de la mesa.
Nuestro Estado a cierre de agosto de 2023, según el Banco de España, ha llegado a una deuda con el Protocolo de Déficit Excesivo de 1,563 billones de euros, que son 70.800 millones de euros más de deuda emitida y en circulación por el mundo. Contablemente podemos decir que, a falta de consolidar los Ayuntamientos y Diputaciones, tenemos un déficit contable de 29.930 millones de euros. El Banco de España, nos dice que las Corporaciones Locales no han incrementado su deuda.
Así que aquí tenemos la cuadratura del círculo. Desde el punto de vista contable solo generamos un déficit de 29.930 millones, pero desde el punto de vista de caja necesitamos 70.868 millones de deuda.
A buen entendedor pocas palabras bastan. O hemos pagado muchas facturas atrasadas y Hacienda dice que paga a menos de 45 días, o estamos pagando facturas no contabilizadas, cosa que es prácticamente imposible. Quizá estamos metiendo en la caja los Fondos Next Generation para poderlos gastar, porque antes utilizamos el dinero de la Unión Europea para otras cosas, o nos faltan muchos gastos por contabilizar.
Comentarios
tracking