La sombra creciente de la trama Koldo sobre el rescate a Air Europa y el papel de Begoña Gómez
Seguramente Globalia tenga mucho que explicar, y también Begoña Gómez
Ábalos, Armengol, Begoña Gómez y Koldo.
Todo empezó en Barajas. O eso creíamos entonces. La extraña entrevista de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez con José Luis Ábalos provocó una colección de mentidos y desmentidos que pringaron definitivamente la imagen del todopoderoso ex secretario de Organización del PSOE y entonces ministro de Transportes. Sobre todo porque la vice tenía prohibido pisar suelo europeo «por violaciones graves de los derechos humanos», y porque además nunca supimos a qué había venido realmente a España. Álvaro Nieto en Conexión Caracas Moncloa cuenta magistralmente cómo se produjo aquel encuentro y la filtración.
Pero lo más llamativo de aquel affaire es que en él ya participaron algunos de los personajes que ahora estamos conociendo más a fondo: Koldo García, que conducía el coche, o hacía de escolta, o cogía el maletín, o lo que fuera; y José Luis Ábalos, el artífice de todos los tinglados del antes, del medio y de después. También aparecían ya las empresas aéreas y no aéreas que luego alcanzarían protagonismo: Adif, Plus Ultra, Globalia, Air Europa… Luego se extrañan algunos de que tras dejar el Ministerio viajaran a tantos países… Y por supuesto estaban las otras empresas, las de este tinglado que vamos conociendo poco a poco: Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas, la SEPI, Puertos del Estado, Emfesa, MTM 180 Capital, Renfe… y esperemos que no se apunte al juego la nueva SEPI de Escrivá. Completan la patulea los empresarios o sedicentes como Víctor de Aldama, Juan Carlos Cueto, Íñigo Rotaeche, Javier Hidalgo, y prácticamente todo el staff de Óscar Puente, el hoy ministro de Transportes que siguió con el lío de su predecesor. Todo en el más puro estilo: mariscadas y puticlubs. A veces las apariencias no engañan.
El debate político lo ha embarrado el PSOE recuperando al hermano de Ayuso, a Miguel Tellado y a un tal Alberto
El debate político lo ha embarrado el PSOE recuperando al hermano de Ayuso, a Miguel Tellado, a un tal Alberto -imaginamos que Núñez Feijóo- que aparecen citados de refilón en el sumario. Pero todos señalados por María Jesús Montero poco antes de decir que había que respetar a la familia: se refería a la de Pedro Sánchez, claro, no a la de los demás. Vana pretensión. El asunto de las comisiones y estafas con las mascarillas huele desde Canarias a Baleares, con una presidenta del Congreso Francina Armengol cazada ya en varias mentiras que solo pueden acabar con su dimisión.
Otro frente, el judicial, va por su cuenta, con un juez instructor, Ismael Moreno, que señala al exministro José Luis Ábalos como intermediario de la trama a la que supuestamente pertenece Koldo García, su asesor en el Ministerio de Transportes. Una investigación larga en el tiempo que incluso sitúa al ex ministro, hace apenas un par de meses, intentando solucionar los pufos de Armengol en Baleares, con el nuevo gobierno del PP.
Pero como en toda corrupción hay muchas derivadas, me gustaría detenerme un poco más en la empresarial. De lo que vamos conociendo, claro está.
Ya sabemos que Koldo García creó con la ayuda de Víctor de Aldama, presidente del Zamora Club de Fútbol, un entramado de 7 sociedades en Portugal para esconder su patrimonio inmobiliario obtenido presuntamente de forma ilegal. Así lo recoge el auto. En ese juego “participarían sus socios Luis Alberto Escolano Marín, Ignacio Díaz Tapia, Javier Serrano Costumero y César Moreno García, algunos de los cuales tienen vínculos con Koldo". La cosa crecerá por ahí.
La reunión «casual» entre Javier Hidalgo y Begoña Gómez acabó con un rescate de 615 millones de euros a Globalia y a su compañía aérea Air Europa
Pero sin duda la parte mollar de todo el entramado empresarial es la información que publicó esta semana El Confidencial, en la que el ínclito Víctor de Aldama y el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, se reunieron en 2020 con la esposa del presidente del Gobierno Begoña Gómez para «presentarle oportunidades de negocio y tratar de conseguir su respaldo». Una reunión casual, nos dicen, de las muchas que la esposa de Pedro Sánchez mantiene con empresarios. Eso dice María Jesús Montero. Pues peor me lo pone. La cosa debió funcionar, pues no mucho tiempo después el Gobierno concedió un rescate de 615 millones de euros a Globalia y a su compañía aérea Air Europa a través de la SEPI.
Curiosamente, en esta concesión fue decisivo el informe del entonces Ministerio de Ábalos. Quizá tuviera algo que ver que Koldo García llevaba meses colaborando con Air Europa y que Víctor de Aldama ya no solo era comisionista en adjudicaciones fraudulentas de mascarillas durante la pandemia, sino también asesor de la aerolínea como la propia empresa ha reconocido. Le pagaban 10.000 euros mensuales y era su representante en las reuniones con el Ministerio de Transporte. Un campeón. Quizá por eso el juez Ismael Moreno dice en su auto que Aldama tenía «un pase especial» en el Ministerio de Transportes y que conocía de antemano el material que se iba a comprar, para así preparar las contrataciones. Más que un campeón.
La UCO, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, ha detectado también un pago de Globalia a Aldama de 157.300 euros, pues «podría haber facilitado la firma de dos contratos entre Soluciones de Gestión y dos sociedades de Globalia: Air Europa y Global Broker Services lo que, según la información tributaria analizada, suponen unos ingresos de 3,65 millones». Soluciones sería la empresa que supuestamente utilizó Juan Carlos Cueto para pagar comisiones a Koldo García. Un negocio redondo mientras otros empresarios, como Amancio Ortega, traían de China millones de mascarillas, pero gratis.
Consiguieron un negocio redondo mientras otros empresarios, como Amancio Ortega, traían de China millones de mascarillas, pero gratis.
La querella que presentó la Fiscalía Anticorrupción por el caso Koldo recoge también una información de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude según la cual la empresa de los Hidalgo transfirió dinero a MTM 180 Capital SL, la sociedad con sede en Luxemburgo que utilizó Aldama para desviar el dinero de los presuntos contratos irregulares en los que también estuvo implicado Koldo García. MTM pasó de no facturar nada antes del Covid a alcanzar los 2,5 millones en 2020 con una sola persona empleada. Y todo apunta a que la trama continuó en los años siguientes, ya que, en 2021 y 2022, los ingresos fueron de 1,2 millones.
Para completar el lío, el Gobierno concedió a Globalia Broker Services SA ocho contratos para el transporte de material sanitario por valor de 6,5 millones de euros. Contratos que coincidieron con la petición de rescate de Air Europa. El grupo Globalia, propiedad de la familia Hidalgo, fue, de hecho, el holding más favorecido por los rescates de la SEPI.
Me dirán que soy un malpensado por tantas coincidencias, pero el problema es que nadie ha sido capaz de contar nada hasta que este escándalo ha unido asesores y contratos, mascarillas con fraudes y estafas, y dimisiones con silencios. En la política puede valer todo, o a veces parece que vale todo, pero con el dinero público y el privado no se juega. Seguramente Globalia tenga mucho que explicar. También Begoña Gómez debería aclarar su relación o patrocinio con el holding. Por muchas razones, pero sobre todo porque las ayudas que aprobó su marido no deberían haberse producido si esa relación existía.
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