Fundado en 1910

16 de junio de 2024

Montaje Serrano-Saura

El expresidente de Correos, Juan Manuel Serrano, y el nuevo, Pedro SauraPaula Andrade

Comienzan las huelgas y se acumulan las notificaciones en Correos por la mala gestión del amigo de Sánchez

Vizcaya y Albacete abren unas movilizaciones que pueden extenderse a otros territorios

Vizcaya y Albacete han sido las primeras regiones en saltar por la que consideran difícil situación de la plantilla de Correos como consecuencia de la mala gestión económica desarrollada por su anterior presidente, Juan Manuel Serrano, amigo de Sánchez, y heredada por el actual, Pedro Saura.

Como ya contábamos en este artículo hace dos semanas, Correos tiene un gran desafío con sus gastos de personal: suponen unos 1.600 millones de euros anuales, prácticamente la misma cantidad que genera la compañía por su actividad postal y de paquetería. En este contexto se plantea una posible reducción de la plantilla, algo en lo que los sindicatos no van a ceder con facilidad.

El nuevo presidente se ha acercado más a los sindicatos, con quienes Serrano tenía un enfrentamiento total. Aun así, el nuevo convenio colectivo parece haberse atascado, y ya hace dos semanas empezaba a hablarse de posibles huelgas en Extremadura, Bilbao y Madrid.

De momento quienes se han adelantado han sido Vizcaya y Castilla-La Mancha (Albacete). En Correos Vizcaya se han convocado cuatro jornadas de paros completos entre el 31 de mayo y el 5 de junio para denunciar el «caos» en las unidades de reparto por la falta de cobertura de puestos de trabajo, y para exigir «condiciones dignas para toda la plantilla». En Albacete se inició el lunes el primer día de huelga como protesta por la falta de personal en las unidades de distribución de Albacete, Hellín, Tobarra, Almansa y Madrigueras. El seguimiento fue de un 90 % en Albacete capital y un 100 % en las otras cuatro localidades.

Situación delicada heredada de Serrano

La «delicada» situación económica de Correos, «heredada de su expresidente, Juan Manuel Serrano», se ha traducido en «un recorte brutal de contratación», sostiene Eva Belmonte, responsable de Correos de Comisiones Obreras en Albacete. «Además de afectar negativamente a los trabajadores, que tienen que asumir todo el volumen de trabajo, está provocando un colapso en el servicio postal en los centros afectados y retrasos en la entrega de correspondencia y paquetería», añade Belmonte, con los cuales están «incumpliendo con las obligaciones que Correos tiene encomendadas».

«Nos encontramos ante una situación crítica e insostenible. En la provincia de Albacete, en cuanto al número de carteros urbanos y rurales operativos se refiere, la situación es verdaderamente preocupante en localidades como Almansa, que tiene tan sólo un 40 % de sus efectivos trabajando; en Tobarra, con el 33 %; en Hellín, donde tan sólo hay un 40 % de efectivos, y en Madrigueras, con un 55 %. Lo mismo sucede en Albacete capital, donde se cuenta con menos del 50 % de la plantilla». La situación, alegan, «va a empeorar todavía más de cara al verano, cuando los trabajadores se cojan sus días de vacaciones y no se cubran sus puestos».

«La política de recursos humanos es la de no contratar sea cual sea la contingencia o el motivo de absentismo laboral, por lo que en todos los centros de trabajo y en todas las categorías profesionales se da la falta de cobertura por jubilaciones, bajas por incapacidad temporal, vacaciones, y cualquier ausencia de los trabajadores», han apuntado desde el sindicato.

Elecciones y notificaciones retrasadas

Tanto en Albacete como en Vizcaya alertan de que ahora además llegan las elecciones europeas. Mientras se resuelve su dotación de personal, las notificaciones sin repartir se amontonan: «Hay 38.000 notificaciones acumuladas solo en los centros de trabajo de Bilbao. Están saliendo a reparto con cuentagotas debido a que no hay manos suficientes para poder prestar un servicio de calidad», apuntan desde los sindicatos.

Se trata de notificaciones de ayuntamientos, Diputación o el Sepe, entre otros: «Llegan a los ciudadanos con los plazos vencidos y acarrean problemas muy serios que conllevan la pérdida de prestaciones, subvenciones o ayudas», señalan desde los sindicatos. «Ni el cartero ni los trabajadores de las oficinas son los culpables de no pasar por los domicilios todos los días, como así establece el Servicio Postal Universal (SPU), dejando a la ciudadanía sin correspondencia cuatro o cinco días. La responsabilidad está en la empresa y en las personas que nos dirigen», concluyen.

El Debate se ha puesto en contacto con Correos para preguntarle cómo pretende arreglar esta situación, pero no ha obtenido respuesta.

Temas

Comentarios
tracking