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Estación fantasma de Ezquioga-Ichaso

Estación fantasma de Ezquioga-IchasoWifelipe54 (Wikiloc)

El AVE vasco estrella a socialistas y PNV y amenaza con dejar vacía una estación fantasma de cuatro millones

El equivalente vasco al aeropuerto de Ciudad Real languidece, abandonado y cubierto cada vez más por las pintadas y la maleza

La alta velocidad conecta a Madrid con Sevilla desde 1992, a la capital con Barcelona desde 2008, con Orense desde 2021 o con Asturias desde 2023. Sin embargo, no se podrá viajar hasta las tres capitales vascas, como poco, hasta finales de esta década o principios de la que viene, tras una sucesión de retrasos que supera ya las tres décadas.

Al desafío técnico fruto de la orografía y la amenaza del terrorismo —en 2007 ETA asesinó a Ignacio Uría, propietario de una de las empresas concesionarias del proyecto— se ha sumado en no pocas ocasiones la vertiente política. Si primero Juan José Ibarretxe quiso hacerse con las riendas del faraónico proyecto, ahora el punto de conexión entre el trazado en forma de Y que conectará Vitoria, Bilbao y San Sebastián con el resto de España está levantando ampollas entre los socialistas y el PNV, partido aliado tanto en Lakua como en Madrid.

Este fleco quedó pendiente a pesar de que el Gobierno aprobó el pasado octubre invertir 146 millones en el nudo de Arcaute, una pieza clave de la red en las cercanías de Vitoria que incorporará vías para dar servicio a los ramales de conexión entre las capitales vascas, Pamplona y Francia. La decisión definitiva está a la espera de unos informes técnicos que iban a haber estado listos el verano pasado y ahora amenazan con eternizarse.

Alternativas para la conexión de la Alta Velocidad en País Vasco

Alternativas para la conexión de la Alta Velocidad en País VascoEl Debate

El actual lendakari, Imanol Pradales, defiende que la conexión sea por el municipio guipuzcoano de Ezquioga-Ichaso, una opción más rápida pero también mucho más cara: costaría 1.705 millones de euros frente a los 580 que requeriría conectar el trazado vasco a través de Vitoria. Esta segunda opción es por la que ha abogado públicamente el ministro de Transportes, Óscar Puente, y más recientemente el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, que acusó a Pradales de «insensato». Más claramente se pronuncian los socialistas alaveses, cuyo líder, Javier Hurtado, llegó a decir que la conexión «será por Vitoria o no será», una opción que también es de la preferencia del PP.

El problema, además de los costes, es que una parte del trazado a través de Ezquioga-Ichaso ya se ha construido. La primera piedra se puso en 2012, con un coste previsto de 56,4 millones de euros, y en 2020 el Gobierno vasco construyó incluso una estación, con un coste adicional de cuatro millones de euros —más de la mitad ya gastados—, que languidece totalmente abandonada desde 2022.

La decisión final tiene implicaciones no solo para el pequeño municipio, de 600 habitantes, y su comarca. Según el Gobierno vasco, la opción de Álava implicaría que el TAV (como se refieren a la alta velocidad para evitar el apellido «española») tardaría 19 minutos más en llegar a San Sebastián y 17 más a Bilbao, que suman 1,2 millones de habitantes. A cambio, ahorraría seis minutos a Vitoria, la capital vasca, que cuenta con 250.000 habitantes.

Proyección de cómo quedaría la estación si llega a entrar en servicio

Proyección de cómo quedaría la estación si llega a entrar en servicioE. D.

Mientras tanto, con el choque político cada vez más candente, ha empezado a abrirse camino una tercera opción: partir de Ezquioga-Ichaso pero bordear la sierra de Aralar, quitándose así no solo el problema de la orografía sino también la fuerte oposición de los vecinos a ver expropiados sus terrenos. Por ahora, el secretario de Estado de Transportes, el vasco José Antonio Santano, avisa de que la solución final «va a tardar».

Mientras, en el gobierno vasco hay también quién empieza a resignarse a que el trazado vencedor acabe siendo el de Vitoria, buscando usos futuros a la estación hoy abandonada. «A medio o largo plazo será una estación de viajeros» aunque no haya conexión con la Y, afirmó el pasado septiembre la consejera vasca de Movilidad, Susana García Chueca. Hasta entonces, el equivalente vasco al aeropuerto de Ciudad Real languidece, abandonado y cubierto cada vez más por las pintadas y la maleza.

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