Fundado en 1910
Estación de Córdoba Adif, esta mañana tras el apagón

La pérdida repentina de energía obliga a los trenes eléctricos a detenerse de forma automáticaPablo Castillejo

Esto es lo que pasa cuando un tren se queda parado por un apagón eléctrico en España

Los sistemas de tracción, control y señalización dependen de una alimentación constante que, al fallar, inmoviliza el convoy para evitar riesgos

España ha sufrido una de las caídas más importantes de los últimos años. De hecho, afectó a millones de personas y dejó en evidencia hasta qué punto dependemos de la energía para mantener en funcionamiento infraestructuras críticas. Como consecuencia, decenas de trenes de Cercanías, Media Distancia e incluso algunas unidades de Alta Velocidad quedaron detenidos en mitad de la vía.

En este sentido, la repentina pérdida de energía obligó a todos los trenes a detenerse automáticamente como medida de seguridad. Los sistemas de tracción, control y señalización dependen de una alimentación constante que, al fallar, inmoviliza el convoy para evitar riesgos mayores y proteger a los viajeros.

Una vez ocurrido el incidente, el maquinista debe seguir un protocolo muy estricto. En primer lugar, debe avisar al Centro de Gestión de Tráfico Ferroviario de ADIF, informar del número de pasajeros a bordo, la ubicación exacta y el tipo de incidencia, y esperar instrucciones. A partir de ahí, se activa un protocolo de emergencia que prioriza la seguridad de los viajeros y la protección de la infraestructura.

Posteriormente, se corta el tráfico en la vía afectada, se evalúa la posibilidad de restablecer el suministro eléctrico y, si es necesario, se organiza el rescate o remolque del tren detenido. ADIF notificó el problema por primera vez a las 12:56 horas, y dos horas y media después pidió a los pasajeros con viajes previstos que «no se desplazaran a las estaciones».

¿Qué protocolo se activa?

Tras recibir el aviso del tren, el centro de control activa el protocolo de emergencia ferroviaria. La primera medida consiste en interrumpir el tráfico en la vía afectada para garantizar la seguridad. A continuación, se intenta restablecer el suministro eléctrico, si no es posible, se envía una locomotora de auxilio o un tren remolcador desde el punto más cercano.

Si la situación se agrava, se puede organizar una evacuación controlada de los pasajeros, siempre con el apoyo del personal ferroviario y de los servicios de emergencia. La prioridad, evidentemente, es proteger a las personas antes que intentar mover el tren.

Finalmente, evacuar a pie en una línea de alta velocidad es la última opción, ya que conlleva mayores riesgos. Renfe y ADIF realizan simulacros periódicos para preparar a sus equipos ante situaciones de emergencia como la vivida ayer, que dejó decenas de trenes detenidos en mitad de su recorrido.

Temas

comentarios
tracking