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Imagen de una instalación de suministro de gas

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Bruselas negociará con los Estados la fórmula para poner fin a las importaciones de gas ruso en 2027

La Comisión prohibirá los nuevos contratos a finales de 2025 y explorará con los países la posibilidad de prohibirlas totalmente dentro de dos años

La Comisión Europea ha planteado este martes una hoja de ruta para que la Unión Europea corte los lazos energéticos que aún quedan con Rusia, en particular las compras de gas y uranio, cuyo mantenimiento tres años después de la invasión de Ucrania ha motivado una gran polvareda política.

La Comisión prohibirá los nuevos contratos a finales de 2025 y los contratos spot (al contado, para entrega inmediata o menos de 30 días), lo que reducirá en un tercio las importaciones de gas ruso que aún se mantienen. Además, explorará con los países la posibilidad de prohibirlas totalmente dentro de dos años.

El problema es que varias empresas europeas, como Naturgy –con Yamal LNG–, mantienen contratos a largo plazo con empresas rusas firmados antes de la invasión, con las correspondientes cláusulas de penalización si se finalizan antes de tiempo.

De ahí que Bruselas no hable abiertamente de prohibir sino de «implicar a los Estados miembros afectados y velar por que las propuestas se basen en una evaluación adecuada de las repercusiones jurídicas y económicas para dar la seguridad necesaria a las empresas», pero sin hablar específicamente de prohibición.

La UE importaba, en 2021, 150 kilómetro cúbico de gas natural (bcm por sus siglas en inglés) de Rusia , cifra que suponía en torno al 45 % de la demanda de gas europeo, y superaba esta cifra en países del Este y centroeuropea. En 2024, sin embargo, esta cifra se situó en el entorno de los 54 - 55 bcm, de los cuales 34 llegan a través de gasoductos y otros 20 en GNL a través de los puertos europeos.

El año pasado, diez Estados miembro importaron gas natural ruso, tres Estados miembros importaron petróleo ruso y seis Estados miembros importaron uranio enriquecido o servicios de uranio de Rusia.

La prohibición total del gas ruso es algo que la UE lleva barajando prácticamente desde el inicio de la guerra, si bien no ha logrado hasta la fecha el consenso necesario. En la 14ª ronda de sanciones lo que sí se adoptó fue la prohibición de que las instalaciones de la UE se utilicen para el trasbordo de GNL ruso a terceros países, para así reducir los importantes ingresos que obtiene Rusia por la venta y transporte de este combustible.

En el primer trimestre del año pasado nuestro país se situó como el segundo mayor importador de GNL ruso, alcanzando éste el 33 % del total, debido precisamente a los contratos a largo plazo previamente firmados. Según datos provisionales, las importaciones de gas de Rusia a España en los tres primeros meses del año han caído hasta el 13 % del total, por detrás de Argelia (32 %) y EE.UU (también 32 %), situándose en niveles previos a la guerra.

En cuanto al uranio, la propuesta de la Comisión plantea nuevas restricciones sobre la importación de uranio enriquecido, así como restricciones a los nuevos contratos de suministro firmados conjuntamente por la Agencia de Abastecimiento de Euratom (ESA) para uranio, uranio enriquecido y otros materiales nucleares procedentes de Rusia. También se prevé una nueva iniciativa para garantizar el suministro de radioisótopos médicos e impulsar la producción nacional.

En lo referido al petróleo, Bruselas adelanta que se impondrán nuevas medidas para hacer frente a la flota «en la sombra» que permite a Rusia eludir las sanciones internacionales. Para ello, la Comisión promete intensificar sus esfuerzos diplomáticos y la implantación de misiones marítimas en el marco de la política común de seguridad y defensa de la UE.

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