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El presidente de Correos, Pedro Saura.

El presidente de Correos, Pedro Saura.Jesús Hellín / Europa Press

Correos da pasos en la reubicación del personal, pero uno de los sindicatos plantea una huelga

La salida del pozo de Correos está siendo muy compleja. Tras quedarse prácticamente en la quiebra con la anterior presidencia, la compañía logra a duras penas el dinero necesario para pagar las nóminas, y va dando pasos de mejora muy lentamente.

Entre las cuestiones que van avanzando está la recolocación de las alrededor de 800 personas que trabajaban en los centros nodales. Estas instalaciones logísticas para recepción, clasificación y distribución de envíos que puso en marcha la anterior presidencia costaban a la compañía entre 27 y 29 millones de euros de pérdidas anuales. El que es presidente de Correos desde diciembre de 2023, Pedro Saura, decidió acabar con ellos. En lugar de despedir a los empleados como ocurriría en cualquier empresa privada, negocia con los sindicatos el modo de recolocar a estos trabajadores en la empresa.

La reubicación de los 800 trabajadores de los centros nodales va bien; las prejubilaciones aún no están sobre la mesa

La gestión no está siendo fácil. Entre los trabajadores de estos centros los hay a tiempo completo, parcial y eventuales. Se trata de buscarles un puesto lo más parecido posible a la función que desempeñaban, acorde a los costes de personal previstos por la empresa y lo más cerca posible de su ubicación actual. Las situaciones de cada empleado son muy distintas y hay que hacer un auténtico sudoku para reubicarles, pero fuentes sindicales apuntan que el proceso está avanzando bien, aunque no siempre se está pudiendo cumplir con las mismas condiciones que tenían antes (conciliación, turnos de mañana, etc.).

Para poder recolocar a estos trabajadores, ha de haber una vacante disponible, y no siempre podrá adjudicarse a los empleados de los centros nodales. En principio tienen preferencia, según el convenio, por haberse cerrado sus centros de trabajo, pero también hay que tener en cuenta las peticiones de los concursos de traslados, que llevaban tiempo paradas y tienen a muchos empleados interesados en acogerse a ellos. Según el convenio deberían haberse hecho nueve adjudicaciones anuales desde el año 2022, pero no se terminaron de hacer, y en 2024 se retomaron y aún se va por la sexta, según indican desde la Confederación General del Trabajo (CGT).

Por otro lado, está en marcha el plan de excedencias voluntarias incentivadas para los 2.200 funcionarios que quedan en la compañía (la plantilla es de 47.000 empleados). Ya lo han solicitado entre 600 y 700 trabajadores. Se está viendo cómo materializarlo con unas condiciones que los sindicatos consideren aceptables.

Lo que aún no está sobre la mesa son las prejubilaciones. Previsiblemente se comenzarán con un primer tramo de mayores de 65 años para bajar luego al de mayores de 63 años, pero todavía no se está hablando sobre ello.

Como ya hemos contado en otras ocasiones, el plan de la compañía es rebajar los costes de personal al 70 % de su facturación. Actualmente son más del 90 %, algo que hace a la empresa inviable.

En cuanto al nuevo modelo de negocio, acaban de empezar a comercializarse los seguros de AXA en las oficinas de Correos. Es un cambio de paradigma en la compañía. Más adelante vendrá la utilización de las oficinas como ventanilla de servicios administrativos y administradora de servicios financieros. La inyección de los 3.000 millones prometidos por el Gobierno está pendiente del avance del plan previsto por el presidente de la compañía y su principal accionista, la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), y de cómo se encauzan teniendo en cuenta que sigue sin haber Presupuestos Generales del Estado.

El sindicato CGT convoca huelga para el 28 de mayo

La situación dentro de la compañía sigue siendo complicada. En ella la mayoría de los sindicatos (Libre, CSIF, UGT) ha optado por negociar con la dirección de la compañía para intentar reencauzar la empresa del mejor modo posible. CC. OO. sigue en su línea de sacar el mayor partido que pueda a la situación, en connivencia con el director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez, y CGT (Confederación General del Trabajo) no está nada de acuerdo con cómo se están llevando a cabo las cosas.

Por este motivo, CGT ha convocado a partir del próximo miércoles 28 de mayo nuevas huelgas que concluirán a final de junio con una nueva jornada de huelga estatal y una manifestación en Madrid el viernes 27.

Plantean movilizaciones que concluirían el 27 de junio

«Tras muchos años de empeoramiento del servicio público y de las condiciones laborales que han ocasionado un gran malestar, se esperaba que la negociación del IV Convenio abriera una ventana a las mejoras laborales y del servicio público prestado por Correos», afirman desde CGT. «Sin embargo, la directiva de Correos —encabezada por el presidente Pedro Saura y el director de Recursos Humanos Fernando Ramírez— ha puesto sobre la mesa una batería de agresivas modificaciones que, de llevarse a cabo, supondría un gravísimo revés para la prestación del servicio postal público. Uno de los principales objetivos del documento, es reducir la masa salarial a un 70 % en dos años (actualmente oscila en un 90 %), lo que conllevaría una reducción de la plantilla de entre 8.000 y 10.000 puestos de trabajo», según cálculos del sindicato CGT, convocante de la huelga.

El sindicato estima que esto «supondría una mayor carga de trabajo para el personal restante, con zonas de reparto más amplias e imposibles de repartir y una estocada de muerte a la adecuada prestación del servicio postal público en las condiciones que recoge la ley postal».

A falta de un mes para que expire la negociación del convenio (el 30 de junio), CGT lamenta que «no hayamos tenido reuniones ni documentación en los dos últimos meses». Exigen «una consulta general mediante referéndum a toda la plantilla previa a la firma de cualquier acuerdo que afecte al conjunto del colectivo postal», algo que parece difícil que pueda llevarse a cabo.

Afirman que la plantilla no es culpable de «la nefasta gestión llevada a cabo en Correos en los últimos veinte años». «Nuestra primera reivindicación es el cumplimiento literal del servicio encomendado a Correos y garantizar que llegamos a todos los domicilios del país diariamente. Exigimos, incluso, que se nos den nuevas funciones de carácter público. Recordemos que somos los únicos trabajadores públicos que llegamos a cada rincón de España diariamente. Cualquier ciudadano podría realizar cualquier gestión con la Administración tratando directamente con el cartero sin necesidad de pedir una cita o desplazarse a una oficina».

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