Fundado en 1910
Larry Ellison, cofundador de Oracle.

Larry Ellison, cofundador de Oracle.Hartmann Studios

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Cómo Larry Ellison pasó de un humilde barrio de Chicago a convertirse en el hombre más rico del mundo

El fundador de Oracle desbanca a Elon Musk tras un rally histórico y consolida su influencia en la inteligencia artificial, la política y Hollywood

Larry Ellison no esquiva una tormenta. Ya sea en Silicon Valley, Wall Street e incluso en la Casa Blanca, su peculiar carácter le ha servido para crear amigos y enemigos por igual. Pero esta semana, el mar se agitó a su favor: las acciones de Oracle, la compañía que fundó en 1977, se dispararon un 42 % inflando su fortuna en 101.000 millones de dólares en apenas unas horas. Gracias a esta particular ‘propina’, el magnate ha logrado destronar a Elon Musk como el hombre más rico del planeta, con un patrimonio personal valorado en 393.000 millones de dólares.

A sus 81 años, este triunfo es anecdótico. Ellison representa como nadie la convergencia entre tecnología, política y poder. Su imperio no se limita a Oracle, sino que se extiende a través de una red de influencias que recorre la Casa Blanca, Hollywood e incluso la industria militar israelí desde la isla hawaiana de Lanai, su refugio privado. Allí, en un territorio que compró por 300 millones de dólares en 2012, cultiva granjas hidropónicas, levanta resorts de lujo y organiza reuniones discretas con multimillonarios, ejecutivos, presidentes y aliados estratégicos. Musk es visitante habitual. Netanyahu, también.

Su trayectoria empezó lejos de esos paraísos. Nacido en Nueva York en 1944, creció con sus tíos en un modesto barrio de Chicago y abandonó dos universidades antes de encontrar su camino. En los años setenta, cuando Silicon Valley era apenas un germen, desarrolló una base de datos para la CIA con un nombre en clave: Oracle. A partir de ahí, construyó un imperio de software y, con los años, supo evolucionar. Hoy, Oracle ya no es solo una compañía de bases de datos: es uno de los grandes proveedores de infraestructura para inteligencia artificial, un mercado donde también se libra la batalla entre Estados Unidos y China.

Para Ellison, la inteligencia artificial «es más importante que la electricidad o la Revolución Industrial», como afirmó hace unos meses. Sus recientes contratos colocan a Oracle en la vanguardia de la nube. La compañía acaba de anunciar encargos por 455.000 millones de dólares y desarrolla proyectos estratégicos que sostienen modelos como ChatGPT y otros sistemas generativos. Cada nueva adjudicación permite a Oracle mirar de frente a gigantes como Microsoft, Amazon y Google, y lo convierte en un actor clave en el futuro de la informática.

Pero el cofundador de Oracle no construyó su poder solo con tecnología. Ha tejido, durante décadas, una red política que amplifica su influencia. Su relación con Donald Trump es cercana: ha asistido a cenas en Mar-a-Lago, ha participado en reuniones privadas en la Casa Blanca y Oracle llegó a posicionarse como candidata para comprar TikTok bajo el impulso de la Administración republicana. Su peso se mide también en millones: ha financiado super PACs conservadores y ha respaldado campañas de figuras como Marco Rubio y Tim Scott.

En 2017, Ellison realizó una donación histórica de 16,6 millones de dólares a la organización Friends of the Israel Defense Forces

Su influencia se extiende también hasta Oriente Medio. En 2017, Ellison realizó una donación histórica de 16,6 millones de dólares a la organización Friends of the Israel Defense Forces, consolidando su relación con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, a quien ha recibido varias veces en Lanai. Allí, entre playas privadas y reuniones de alto nivel, se tejen conversaciones que combinan tecnología, política y seguridad global.

Su ambición, sin embargo, no se detiene en la tecnología. En agosto adquirió casi el 50 % de Paramount Skydance, un conglomerado mediático que controla CBS, MTV y Paramount Pictures, bajo la dirección de su hijo David. Con ello, extiende su influencia a Hollywood y a la industria cultural global. No es un movimiento aislado: su hija Megan, productora independiente, ha financiado cintas como Zero Dark Thirty y La gran estafa americana, mientras David ha respaldado franquicias como Misión Imposible y Terminator.

Su rivalidad con Elon Musk también es destacable, aunque en realidad se limita al plano empresarial, ya que son buenos amigos. El sudafricano lo considera «uno de los hombres más inteligentes que he conocido» y, al mismo tiempo, su adversario más sólido en el tablero de la nueva economía digital. Mientras Tesla pierde cuota de mercado y sufre retrocesos en Bolsa, Oracle cabalga sobre el auge de la inteligencia artificial, con contratos que reconfiguran Silicon Valley.

Ellison canaliza sus donaciones a través del Ellison Institute of Technology, dedicado a la biotecnología, la energía limpia y la agricultura sostenible

Lejos del despacho, Ellison es un apasionado de la vela –fundador de la liga SailGP y antiguo defensor de la Copa América– y propietario de Indian Wells, conocido como el «quinto Grand Slam». Su nombre también figura en la Giving Pledge, el compromiso impulsado por Bill Gates y Warren Buffett para donar la mayor parte de la fortuna tras la muerte, pero Ellison lo ha reinterpretado a su manera. Prefiere canalizar sus aportaciones hacia el Ellison Institute of Technology, dedicado a la biotecnología, la energía limpia y la agricultura sostenible, en lugar de ceder el control a fundaciones ajenas.

Pero, en el fondo, el cofundador de Oracle nunca es un magnate convencional. A diferencia de otros millonarios como Richard Branson, Jeff Bezos o el propio Musk, Ellison prefiere las conversaciones discretas, los acuerdos estratégicos y las partidas largas. Sus inversiones en inteligencia artificial, sus alianzas políticas y sus operaciones en Hollywood dibujan el perfil de un hombre que juega a varias bandas mientras el resto corre detrás.

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