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Sébastien Lecornu.

Sébastien Lecornu.DPA vía EP

El terremoto político en Francia provoca un nuevo susto en los mercados europeos

La dimisión del primer ministro provoca una fuerte caída en la Bolsa de París y un repunte de los bonos soberanos

El inesperado paso atrás del primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha desatado una oleada de desconfianza en los mercados y ha puesto en evidencia la creciente fragilidad política del país. Apenas unas horas después de haber presentado su gabinete, Lecornu presentó su dimisión al presidente Emmanuel Macron, quien la aceptó de inmediato. La noticia se tradujo en caídas superiores al 2 % en el CAC 40, el principal índice de la Bolsa de París, y en un repunte de los rendimientos de los bonos soberanos hasta niveles no vistos en lo que va de año.

A media sesión, el CAC 40 limitaba las pérdidas al 1,6 %, con fuertes descensos en el sector bancario –Société Générale (-5,75 %), BNP Paribas (-4,88 %) y Crédit Agricole (-4,14 %)–, mientras Stellantis (+1,95 %) y TotalEnergies (+0,08 %) resistían en terreno positivo. En el mercado de deuda, el rendimiento de los bonos a diez años (OAT) rozaba el 3,6 %, con una prima de riesgo cercana a los 90 puntos básicos frente al Bund alemán, su nivel más alto del año.

«La sorprendente dimisión esta mañana del primer ministro francés Lecornu agrava el malestar político y económico de Francia», advierte Alex Everett, director de inversiones sénior de Aberdeen Investments. En su opinión, la ruptura del Gobierno «supone una prueba más de que los grupos afines a Macron no pueden liderar el Parlamento» y abre la puerta a «peticiones de nuevas elecciones» que reducirían aún más el control del presidente. «Vemos pocos motivos para el optimismo político, ya que incluso el statu quo de un nuevo primer ministro probablemente solo incitaría aún más la ira de los partidos de la oposición», señala.

El analista Matthew Ryan, de Ebury, coincide en que el repunte de los rendimientos refleja una prima de riesgo específica de Francia más que un cambio de tendencia global. «Los rendimientos de los bonos soberanos franceses se dispararon esta mañana, ya que los mercados asignan una nueva prima de riesgo a los activos del país», explica. Según Ryan, la inflación preliminar de septiembre –2,2 % en el índice general y 2,3 % en el subyacente– y unos indicadores de actividad «consistentes con una expansión sostenida pero lenta» permiten al BCE mantener los tipos en torno al 2 % durante un tiempo prolongado, por lo que la reacción de los mercados «obedece más a la telenovela política francesa que a factores económicos de la eurozona».

Desde la agencia Scope Ratings, Thomas Gillet, analista del sector público y soberano, considera que «la dimisión del primer ministro Lecornu, apenas un día después del anuncio de su gabinete, refleja la creciente inestabilidad política en Francia y eleva aún más el riesgo de parálisis institucional». Según Gillet, las «persistentes dificultades para impulsar reformas estructurales en un Parlamento altamente fragmentado» y la «incapacidad para formar una coalición gubernamental duradera» enturbian las perspectivas fiscales del país.

La actual agitación política aumenta el riesgo de retrasos en la aprobación del presupuesto de 2026

El analista advierte de que «la actual agitación política aumenta el riesgo de retrasos en la aprobación del presupuesto de 2026 y limita de forma significativa las posibilidades de que el presupuesto del próximo año incluya medidas relevantes de consolidación fiscal». Esa incertidumbre, apunta, «socava la confianza en la ejecución sostenida del plan de consolidación del Gobierno y eleva la probabilidad de que los resultados fiscales sean peores de lo previsto».

Scope Ratings mantiene la calificación crediticia de Francia en AA-, aunque en septiembre revisó su perspectiva de ‘estable’ a ‘negativa’, al considerar que el déficit público permanecerá en torno al 5,4 % del PIB hasta 2030 y que la deuda podría superar el 125 % del PIB a final de la década. El deterioro del clima político y el repunte de los costes de financiación no hacen sino reforzar esa advertencia.

Un adelanto electoral intensificaría la presión al alza sobre los tipos de interés

Desde Edmond de Rothschild AM, Michaël Nizard y Nabil Milali creen que la crisis política francesa «deja a Macron sin margen de maniobra» y que la disolución de la Asamblea Nacional se perfila como una opción cada vez más probable. A su juicio, un adelanto electoral «intensificaría la presión al alza sobre los tipos de interés franceses y acentuaría la infravaloración del CAC 40», con riesgo de contagio a otros activos como los bancos, el euro y los diferenciales periféricos.

Los expertos describen tres escenarios: una disolución y victoria del Reagrupamiento Nacional (RN), que «podría traducirse en un notable ensanchamiento del diferencial francés» por el temor a un mayor deterioro presupuestario; la designación de un primer ministro de consenso con la izquierda, lo que implicaría una política fiscal más laxa pero sin un colapso inmediato de confianza; o un gobierno técnico, de carácter transitorio, encargado de gestionar el presupuesto actual hasta que Macron decida convocar elecciones.

«Ninguno de estos escenarios ofrece buenas perspectivas para los bonos franceses», concluyen Nizard y Milali, que prefieren mantener un peso reducido de deuda gala en sus carteras hasta que el panorama político se aclare.

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