Plaza de Jemaa el-Fna, en Marrakech.
Marruecos se consagra como la ‘puerta de entrada’ financiera a África
S&P otorga al reino alauí la calificación BBB-, que abarata su financiación, aunque advierte de vulnerabilidades por su dependencia de Europa, especialmente de España
Marruecos se ha convertido en el único país africano con grado de inversión en el mercado de eurobonos tras la decisión de S&P Global Ratings de elevar su nota soberana a BBB- con perspectiva estable. Una mejora que reduce los costes de financiación del reino y supone un espaldarazo internacional a cinco años de acoger el Mundial de fútbol de 2030 junto a España y Portugal.
El movimiento devuelve a Marruecos el estatus perdido en 2021, cuando la pandemia y la sequía golpearon de lleno a su economía. La nueva nota le sitúa al nivel de países como Hungría u Omán, muy por encima de sus vecinos africanos, que siguen en territorio «basura» en las tres grandes agencias de calificación.
S&P justifica la mejora en la solidez de las políticas macroeconómicas y en el impulso reformista del Gobierno. La agencia destaca la consolidación fiscal, la diversificación productiva, las reformas en la seguridad social y en el sistema tributario, y una agenda de inversión que ha logrado captar respaldo internacional, incluido el FMI. De hecho, Marruecos dispone de una línea flexible de crédito de 4.500 millones de dólares, considerada un aval de confianza por los mercados.
Buena parte de este impulso económico del país se debe al Mundial de 2030. Según cálculos del banco CIH citados por Bloomberg, Marruecos movilizará unos 35.000 millones de dólares en infraestructuras hasta esa fecha desde estadios y aeropuertos hasta puertos, ferrocarriles y la aerolínea nacional. A ello se suma el plan de reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto de 2023 en Marrakech.
Este esfuerzo inversor se financia ya en mejores condiciones. El pasado marzo, el país colocó 2.000 millones de euros en bonos soberanos, con una demanda tres veces superior y una fuerte caída de la rentabilidad en el mercado secundario, lo que anticipaba la mejora de la calificación.
Las previsiones de S&P apuntan a un crecimiento del 4 % anual medio entre 2025 y 2028, apoyado en la fortaleza de sectores como la automoción, la industria aeroespacial, los fosfatos, el turismo o las TIC. La inflación se ha moderado hasta situarse por debajo del 1 % desde la primavera y el déficit público se reducirá hasta el 3 % del PIB en 2026.
Vulnerabilidades
Sin embargo, persisten vulnerabilidades estructurales. La agricultura representa todavía un 10 % del PIB y un cuarto del empleo, pero es muy dependiente de las lluvias y cada sequía dispara el paro rural. Además, Marruecos importa más del 90 % de la energía que consume, lo que deja a su economía muy expuesta a la volatilidad internacional.
El PIB per cápita sigue siendo bajo –unos 4.700 dólares en 2025, que crecerán a 5.700 en 2028–, y el desempleo ronda el 13 %, con tasas mucho más altas entre jóvenes y mujeres, factores que limitan el efecto de las reformas en la sociedad.
«Puerta de entrada»
La mejora crediticia coloca a Marruecos en una situación adelantada frente a sus competidores regionales. Ni Egipto, ni Nigeria, ni Sudáfrica gozan de grado de inversión en sus emisiones en euros, lo que consolida al país magrebí como ‘puerta de entrada’ financiera hacia África, respaldado por una política macroeconómica ortodoxa y por la relativa estabilidad de sus instituciones.
El gran desafío será convertir el sello de S&P en crecimiento inclusivo y empleo estable, en un contexto de guerra arancelaria y dependencia de la economía española, principal socio comercial y destino de una cuarta parte de sus exportaciones. Pero a cinco años de comenzar el Mundial, Marruecos ya ha anunciado el primer tanto.