El consejero delegado del Banco Sabadell, César González-Bueno, y el presidente del Banco, Josep Oliu.
El estratega Oliu y el ejecutor González-Bueno: así es la pareja del Sabadell que ha doblegado al BBVA
La combinación de habilidad política del primero y de capacidad de gestión y comunicación del segundo se han impuesto con claridad a los directivos de la entidad vasca
Pocos dudan de que el fichaje de César González-Bueno como consejero delegado del Banco Sabadell en el año 2020 fue un gran acierto del presidente de la entidad, Josep Oliu.
Sustituyó en el cargo a Jaume Guardiola, que llevaba trece años como consejero delegado y había pedido irse en varias ocasiones. A Guardiola le tocó lidiar con una época muy mala para los bancos: tipos de interés negativos, pandemia y los últimos coletazos de la burbuja inmobiliaria. En su último ejercicio tuvo que dotar unas provisiones de 2.275 millones de euros por la crisis del covid, los planes de reestructuración del banco en España y Reino Unido y la venta de carteras de activos problemáticos. Aun así, consiguió que el banco ganará dos millones de euros en su último año en el cargo.
Guardiola dejó el banco saneado en 2020 para que González-Bueno empezara a ejecutar un plan que ha sido un éxito
Guardiola dejó el banco saneado para que González-Bueno desembarcara en diciembre de 2020 y pusiera en marcha un plan que ha sido un éxito. El banco valía 1.976 millones de euros en Bolsa al cierre de ese año y hoy vale más de 15.000 millones. Tras la caída drástica del beneficio neto en el año 2020 como consecuencia de la pandemia, la entidad fue remontando en los años siguientes: en 2021 ganó 530 millones de euros, en 2023 ya llegaba a los 1.332 millones y en 2024 obtuvo un beneficio histórico de 1.827 millones.
Oliu fue quien diseñó el plan estratégico, y González-Bueno lo ha ejecutado a la perfección.
En la plantilla había cierto miedo al cambio cuando llegó González-Bueno, pero la realidad es que realizó unos pocos cambios quirúrgicos en la organización y promocionó a los de la casa para llevar a cabo su revolución. Planteó una nueva estructura basada en tres divisiones (banca corporativa, retail y empresas y clientes particulares) y dotó a la entidad de un mayor dinamismo. El año 2024 lo cerró con un beneficio récord de 1.827 millones de euros. El ROTE (retorno sobre el patrimonio tangible, principal indicador hoy de la rentabilidad de la banca) se ha doblado en cinco años: del 7,37 % en el año 2019 ha pasado al 14,9 % a final de 2024 (el de BBVA fue del 19,7 %).
González-Bueno no solo lo está haciendo muy bien con la gestión económica; también con la plantilla. Ha conseguido unir mucho al equipo, entre otras cosas, por mojarse defendiendo públicamente a algún directivo que ha recibido algún arreón en medio de esta opa por estar en primera línea de fuego.
Tiene fama de ser terco en la consecución de sus objetivos, y en esta opa lo ha mostrado al llevar la voz cantante en la defensa de la independencia del Sabadell frente a la oferta de compra hostil planteada por BBVA. Tiene la habilidad de simplificar y explicar de manera sencilla conceptos complicados, algo que no era tan capaz de hacer Guardiola, a pesar de que también es muy inteligente.
Oliu y González-Bueno son muy diferentes y complementarios, y de hecho hay quien no se los imagina siendo amigos
González-Bueno forma con Oliu una dupla que ha vuelto loco a BBVA, aunque al principio tuvieron algunas tiranteces. Son muy diferentes y complementarios, y de hecho hay quien no se los imagina siendo amigos. Pero el hecho es que de momento son una directiva de éxito.
Con la buena gestión que ha llevado a cabo de la opa, González-Bueno ha puesto otro hito brillante en la recta final de su carrera. Ya tiene 65 años, a pesar de su magnífico aspecto. Entre otros logros recientes de su trayectoria, dirigió con éxito ING Direct, el primer banco digital en España, en donde también hablaban muy bien de él en el plano personal, y reestructuró y privatizó Novagalicia. En el Sabadell, además de todo lo dicho, ha sido capaz de sanear el banco británico TSB, que se compró en 2015 por 1.700 millones de libras y se ha vendido al Santander por 2.900 millones de libras (3,4 billones de euros). Hay quien piensa que era una bala que tenía guardada Oliu por si la consideraba necesaria para ganar la batalla.
Por lo que se refiere a Oliu, en el sector financiero se piensa que en el BBVA le han minusvalorado. Este veterano banquero de 76 años, presidente ejecutivo de la entidad desde el año 1999 hasta 2020, tiene unos contactos políticos envidiables que han ayudando mucho al banco en este proceso. Junts y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) no querían que el banco se fuera de su región, y Oliu ha hecho piña con ellos. Además, ha conseguido que el PP no dé la guerra en esta batalla, y tuvo la habilidad de devolver la sede social del Sabadell a Cataluña cuando en el Gobierno central y el catalán mandaba el PSOE y le resultaba más fácil lograrlo. Si en algo coinciden quienes siguen de cerca esta opa es en que ha tenido un marcado carácter político, y Oliu lo ha manejado muy bien.
Por eso tanto él como González-Bueno están tan contentos de haber ganado esta guerra, y ahora hay que ver cómo consoguen qe crezca el Sabadell de manera independiente.