Existen diferencias significativas entre ambas modalidades
Diferencias entre ERE y ERTE: los impactos que tienen en el trabajador
La elección de aplicar un ERE o un ERTE depende de la situación específica de la empresa, así como de las previsiones futuras
En el ámbito laboral español, los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son herramientas utilizadas por las empresas para manejar situaciones de crisis. Sin embargo, existen diferencias significativas entre ambas modalidades que repercuten directamente en los derechos y obligaciones de los trabajadores.
El ERE es una medida que permite a las empresas extinguir contratos laborales de manera definitiva. Este tipo de regulación frecuentemente se aplica en contextos de reestructuración empresarial, y los trabajadores afectados no solo pierden su empleo, sino que también pueden tener derecho a indemnizaciones.
Por su parte, un ERTE es una alternativa que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos laborales o reducir la jornada de trabajo. Al mismo tiempo, los trabajadores pueden recibir prestaciones por desempleo proporcional a la reducción de sus horas laborales, permitiendo así que su situación económica no se vea severamente afectada.
Consecuencias
Las implicaciones de un ERE son indiscutiblemente más severas para los trabajadores en comparación con un ERTE. En concreto, la primera de ellas es la pérdida definitiva del empleo, por lo que los empleados pierden su puesto de trabajo sin garantía de retorno. Tras ello, a pesar de que pueden acceder a la prestación por desempleo, el ingreso se coloca en una situación incierta tras la extinción del contrato.
Por otro lado, en un ERTE, los trabajadores tienen la posibilidad de reincorporarse a sus empleos una vez que se levante la situación que llevó a la regulación temporal. Es decir, en la mayoría de los casos, pueden esperar volver a su puesto laboral.
La elección de aplicarlos depende de la situación específica de la empresa, así como de las previsiones futuras en el contexto económico. Por todo ello, los trabajadores deben estar informados sobre sus derechos y las consecuencias que cada medida conlleva, así como estar al tanto de los posibles recursos y apoyos disponibles.
