
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón
Barbón se enroca en la oficialidad del bable mientras sigue sin apagar las protestas educativas
El socialista insiste en debatir sobre el asturiano y el eonaviego cuando aún sufre las consecuencias de la peor crisis de la izquierda en la región
El PSOE asturiano ostenta el poder en el Principado desde el inicio de la autonomía en el año 1982 y solo interrumpido por el gobierno de Sergio Marques (PP) entre 1995 y 1999, y los diez meses que duró Francisco Álvarez-Cascos (Foro Asturias) entre julio de 2011 y mayo de 2012. En todo este período, jamás se le había revuelto uno de los colectivos en los que recoge más votos: los docentes.
Y es que los profesores de todos los niveles han provocado un fuerte dolor de cabeza al actual presidente, Adrián Barbón, después de mantenerse varias jornadas en huelga y protagonizando manifestaciones muy numerosas en toda la región. «Mi gobierno no supo ver la gravedad del problema y el malestar en Educación», se disculpó este viernes el socialista.
Pero esta presión ha sido lo suficientemente intensa como para provocar la dimisión de la consejera de Educación desde 2021, Lydia Espina, y que ha dejado muy tocado al socialismo asturiano. Ante la tardanza en el acuerdo, los profesores llegaron a pedir la cabeza de Barbón, aunque finalmente los docentes llegaron a un acuerdo con la Administración, aunque no del todo satisfactorio para muchos.
En medio de todo este conflicto, el Gobierno del Principado quiere correr un tupido velo de su semana horribilis tapándolo con un debate manido: el de la oficialidad del asturiano y el eonaviego. Y es que el tema ha vuelto este jueves a la Junta General, donde se ha votado de nuevo por los diputados y donde, al igual que ocurrió el pasado mes de febrero, no ha salido adelante.
Esto se debe a que, para que el bable sea oficial en Asturias es necesario modificar el Estatuto de Autonomía, para lo que se necesita un respaldo mínimo de 27 diputados, es decir, tres quintas partes de la Cámara. Dada la composición actual de la Junta General, solo podría salir adelante si contase con el apoyo del PP, que ya ha dicho que no va a apuntalar una medida que implique obligatoriedad.
Entre el PSOE, sus socios de Izquierda Unida y la diputada del grupo mixto, Covadonga Tomé (repudiada de Podemos), suman 23 escaños, a cuatro del número mágico. Aunque Foro Asturias se posicionase de su lado en algún momento, algo que no parece probable, su único diputado les dejaría con 24, aún lejos de esos tres quintos, ya que el PP y Vox se niegan a apoyar este cambio.
El portavoz de IU-Convocatoria por Asturias, Xabel Vegas, incidió en que el pleno de esta semana era «particularmente importante» por esta reforma. «La calle lo está reclamando», ha asegurado, indicando que los asturianos valoran la necesidad de realizar un reconocimiento y dotar de estatus legal al asturiano.
Desde el PP consideran que Barbón vuelve a «enredar con la oficialidad», algo que utiliza como arma arrojadiza de división y crispación cada vez que quiere ocultar el fracaso de su gestión, ha apuntado. Porque Barbón ya tuvo en su mano reformar el Estatuto, según Queipo, y «si cuando la aritmética parlamentaria le era favorable no lo hizo, ¿por qué lo propone ahora que sabe que no puede?».
Desviando la atención de las protestas
Este nuevo debate sobre la oficialidad coincide en el tiempo con una nueva protesta contra Barbón. En este caso es la educación concertada y los educadores infantiles los que han llenado la plaza de España, un símbolo ya de las protestas de los docentes en la comunidad. Los representantes de los sindicatos de la enseñanza concertada han llegado incluso a encadenarse en el interior de la Junta General del Principado como forma simbólica de presión para reclamar una reunión urgente con el Ejecutivo autonómico.
Con ello buscan llamar la atención sobre sus demandas, centradas en el refuerzo de las plantillas, la posibilidad de acceder a jubilaciones parciales, la mejora de las condiciones salariales y la equiparación de derechos laborales con los trabajadores de la red pública.
Por su parte, decenas de educadores de escuelas infantiles de Asturias han secundado este miércoles una jornada de huelga y se han concentrado frente a la Consejería de Educación en Oviedo para exigir al Gobierno del Principado la apertura de una mesa de negociación con garantías ante el proceso de integración de sus centros en la red autonómica de escuelines. Los trabajadores critican el «proyecto estrella» del Gobierno asturiano y denuncian la «inacción» del Ejecutivo y la «falta absoluta de información» sobre sus futuras condiciones laborales.
Y mientras tanto, Barbón se mantiene enzarzado en la oficialidad del asturiano y el eonaviego, algo que, a la vista está, al ciudadano de a pie le da igual.