
Manifiestación por la oficialidad del asturiano y el eonaviego
PP, Vox y Foro tumban la reforma del Estatuto de Autonomía para la oficialidad del asturiano
Los partidos de derecha impiden que se cumpla una de las obsesiones del presidente socialista, Adrián Barbón
PP, Vox y Foro Asturias han bloqueado este jueves la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias que pretendía declarar la oficialidad del asturiano y del eonaviego. Con el debate del dictamen como último paso necesario para sacar adelante la reforma, los votos a favor del PSOE, IU y la diputada Covadonga Tomé no han sido suficientes para lograr la mayoría cualificada requerida, tal como se preveía.
Desde las filas socialistas, Noelia Macías subrayó que «no es el punto final de ningún camino, porque este camino para la cooficialidad ya no tiene marcha atrás», defendiendo que «nada más la oficialidad garantiza, como prevé la Constitución, la libertad de uso lingüístico». En una intervención en asturiano, lamentó lo que calificó como «el asturianismo impostado y ficticio» del Partido Popular, acusando a esta formación de buscar únicamente la confrontación. En cuanto a Vox, afirmó que «yo no esperaba nada» y arremetió contra Adrián Pumares, de Foro Asturias, al señalar que «va de bandazo en bandazo» y que su actitud representa «el colmo de la ambigüedad».
Por su parte, el diputado Xabel Vegas, de Convocatoria por Asturias-IU, calificó la jornada como «un día y un debate histórico». También en lengua asturiana, apeló a la «altura de miras» e insistió en que la iniciativa «no va contra nadie, sino a favor de lo nuestro», defendiendo que «la protección del asturiano no nos aísla, al contrario, nos abre al mundo». Añadió que «por más que de algunos quieran caracterizar la oficialidad como un problema, la experiencia de otros territorios, de nuestros vecinos gallegos, nos demuestra que la oficialidad es un acto de madurez democrática, de cohesión social y de enriquecimiento cultural y económico».
La diputada Covadonga Tomé subrayó que el debate no es menor, sino que aborda «un tema de la mayor relevancia como es el reconocimiento de un derecho individual». Aunque la propuesta no ha salido adelante, aseguró que «el de hoy es un paso más en el reconocimiento pleno de nuestra asturianidad» y afirmó: «Tras esta propuesta que debatimos hoy en el Pleno, algunos dirán que fallida, sin embargo, saldremos más fuertes».
Desde el Partido Popular, José Luis Costillas reiteró la postura de su grupo: «asturiano, sí; obligatoriedad, no». Defendió la «libertad para su uso, promoción para su conservación y voluntariedad para su aprendizaje». Afirmó que la realidad sociolingüística de Asturias difiere de la de comunidades con lenguas cooficiales, como Galicia, Cataluña o el País Vasco, donde la oficialidad se recogió en los estatutos fundacionales hace más de cuatro décadas. «En Asturias, esa circunstancia no se dio, porque nuestra realidad era y sigue siendo distinta», señaló. También acusó al PSOE de ocultar que la cooficialidad conlleva una obligatoriedad de uso y aprendizaje que implicaría un gasto que, según él, el Principado podría no estar en condiciones de asumir.
Mucho más dura fue la intervención de Carolina López, portavoz de Vox, quien calificó la propuesta como «la más importante para el futuro de algunos asturianos, concretamente de cuatro caraduras que quieren vivir del cuento de los impuestos de los demás». Acusó al Ejecutivo autonómico de promover una reforma «dictatorial» que pretende imponer «a una mayoría lo que quiere una minoría». A su juicio, la iniciativa supone «poco respeto a los asturianos» y no contribuye a resolver los problemas reales de la región, sino que busca «dividir a la sociedad asturiana y seguir dilapidando dinero público». Calificó la propuesta como «la reforma del fraude, la mentira y el engaño».
Desde Foro Asturias, Adrián Pumares criticó que el PSOE haya pretendido reformar el estatuto «sin dar un solo paso en beneficio del consenso». En su intervención, también en asturiano, sostuvo que si realmente les importara el futuro de la lengua, se estaría debatiendo sobre cómo actualizar la ley de uso vigente desde hace más de veinticinco años, que ya no responde a la realidad sociolingüística actual. A su juicio, el intento de reforma responde más a intereses partidistas que a un compromiso sincero con la lengua.