La vicepresidenta Ribera en el Pleno de este jueves.
La soga al cuello del Gobierno
El Gobierno asume que es incapaz de frenar la luz y anuncia más parches
La vicepresidenta Ribera defiende en el Congreso la convalidación de un real decreto con medidas que han quedado desfasadas. Echenique le pide que no ceda al «chantaje» de las eléctricas y del PNV
Todos los diques de contención que el Gobierno ha puesto para intentar detener la riada del recibo de la luz están siendo insuficientes. Cuando no directamente inútiles.
Y cada vez es más evidente que Pedro Sánchez será incapaz de cumplir su promesa de que a final de año los españoles pagarán una factura similar a la de 2018. Por lo pronto este jueves el INE ha cifrado el IPC de septiembre en el 4%, récord desde septiembre de 2008, por el encarecimiento de la electricidad y los carburantes. La inflación es otra soga al cuello del presidente.
Con todo, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha visto este jueves en la tesitura de subir a la tribuna del Congreso para pedir la convalidación de un real decreto ley que sabe caduco, desbordado. Y lo que es más: que será modificado en las próximas semanas para intentar solucionar el desaguisado creado con los contratos bilaterales de las renovables.
Ribera ha reconocido implícitamente que el real decreto de las eléctricas, el que entre otras cosas recorta los llamados beneficios caídos del cielo en 2.600 millones de euros, ha sido insuficiente. De hecho ha anunciado que su Ministerio seguirá parcheando: «En las próximas semanas esperamos poder completarlo con medidas adicionales que garanticen la cobertura a través de contratos bilaterales para la industria», ha señalado. También quiere mejorar el bono social.
De entrada ello supone una victoria para el PNV, que había llegado a amenazar a Sánchez con no apoyar los Presupuestos si no se avenía a modificar el real decreto ley para que la industria no siga pagando los platos rotos de los beneficios que dejan de percibir las eléctricas por un lado y acaban repercutiendo en los precios. «No se trata de ceder, sino de corregir, de modular», ha aclarado la portavoz de los nacionalistas vascos, Idoia Sagastizabal.
El PNV se abstendrá finalmente en la convalidación de este decretazo en vez de oponerse (su aprobación nunca ha corrido peligro porque el Ejecutivo tenía votos suficientes entre la izquierda). Señal de distensión. Pero Sagastizabal ha advertido a la vicepresidenta que ahora le toca lograr un acuerdo con «las empresas afectadas» y que su grupo estará vigilante. Si no, las represalias llegarán en la negociación presupuestaria.
Entre la espada y la pared
El problema para Sánchez y Ribera ahora es cómo soplar sopas con Unidas Podemos y sorberlas con el PNV. Porque los morados no quieren tocar una coma del real decreto ley, salvo que sea para endurecerlo: «El hachazo no debe ser coyuntural, sino permanente» ha afirmado sin paños calientes el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique (puesto que las medidas que contempla son temporales, hasta marzo).
Echenique ha advertido a la vicepresidenta Ribera: «Éste es un real decreto ley que tenemos que defender. Le pido que no ceda a las presiones del oligopolio, sean directas o por partidos interpuestos (en alusión al PNV), no ceda al chantaje», le ha solicitado Echenique. Además ha cargado contra el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, por sus métodos. «Detrás del Gobierno de coalición hay casi 10 millones de españoles y a nosotros solo nos da órdenes la gente con su voto», ha concluido.
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