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04 de mayo de 2024

Sánchez se dirige a Casado durante el pleno del Congreso

Sánchez se dirige a Casado en el Congreso, en una imagen de archivoEuropa Press

En vía muerta

Los desprecios constantes de Pedro Sánchez a Pablo Casado envenenan su escasa relación

El presidente lleva 17 meses sin citar a La Moncloa al líder de la oposición. En ese tiempo ha recibido a seis presidentes regionales y a dos alcaldes. Solo quiere de él la renovación del CGPJ

Desde que Pablo Casado pisó La Moncloa por última vez, en un lejano 2 de septiembre de 2020, Pedro Sánchez ha recibido allí a los presidentes de la Comunidad de Madrid, Cataluña, Andalucía, Galicia, el País Vasco, Ceuta y hasta a los alcaldes de los municipios pacenses de Villanueva de la Serena y Don Benito, ambos acompañados por el presidente de Extremadura. También han sido convocados al palacio presidencial Inés Arrimadas, Gabriel Rufián y Aitor Esteban. Eso sin salir de la política doméstica. E incluso Àngels Barceló y Antonio García Ferreras, en el terreno periodístico.
17 meses, que es el tiempo que lleva el presidente sin convocar al líder de la oposición a una reunión, dan para mucho. Para una pandemia, una crisis económica, otra migratoria y política con Marruecos, un volcán en erupción durante 85 días, el fin de dos décadas de misión internacional en Afganistán y un polvorín en Ucrania. Más los que le queden.
Ni siquiera en mitad de la que el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, considera «el momento más peligroso de la Guerra Fría», Sánchez ha cambiado su actitud hacía Casado. El presidente mantiene su intención de ignorar al líder de la oposición hasta que este se avenga a renovar el Consejo General del Poder Judicial.
El pasado 24 de agosto, tras el primer Consejo de Ministros del curso político, la portavoz del Gobierno ya advirtió a Casado que toda interlocución entre el presidente y él pasaba antes por el CGPJ. Y en esas sigue el socialista. Este martes, y en esa misma sala de prensa de La Moncloa, la propia Isabel Rodríguez se jactó de que seguía sin estar en los planes del presidente llamar a Casado. E insinuó que si el líder de la oposición quería algo de él, ya sabía su número.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez

La portavoz del Gobierno, Isabel RodríguezEfe

El malestar de los populares fue in crescendo. Toda comunicación en una crisis de tal magnitud era hasta este martes por la noche la mantenida entre el ministro José Manuel Albares y la portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores, Valentina Martínez. Ni siquiera con Cuca Gamarra.
Ante el cierre de banda de Sánchez, el líder de los populares decidió este miércoles por la mañana tomar la iniciativa y descolgar el teléfono. Exactamente igual que tuvo que hacer en mayo del año pasado, cuando Mohamed VI desató una avalancha migratoria contra Ceuta.
La conversación duró 25 minutos. El PP envió un comunicado informando de que el líder de la oposición había trasladado al presidente su apoyo. Solo le pidió a cambio que informe en el Congreso, en lugar de delegar en su ministro de Asuntos Exteriores.
Casado iba en son de paz y se encontró con un presidente que aprovechó la llamada para recriminarle, en privado y luego público, las críticas del PP al reparto de los fondos europeos y a la falta de controles.
Al mensaje en tono conciliador del PP siguió uno de la Secretaría de Estado de Comunicación en estos términos: «En la misma conversación, el presidente del Gobierno ha solicitado a Pablo Casado que deje de poner en duda la gestión de los fondos europeos. El Gobierno entiende que la respuesta de la Comisión Europea debería ser suficiente y que la estrategia seguida hasta la fecha por el PP solo daña la imagen de España».
Después Sánchez insistió en rueda de prensa en reprobar a Casado: «Le he pedido que después de la respuesta de la Comisión Europea cese y rectifique su posición. No es bueno para España que la imagen del principal partido quede dañada», destacó de toda la conversación.
En los más de dos años de legislatura, Sánchez ha recibido a Casado dos veces en La Moncloa. Una de ellas antes de que estallara la pandemia, el 17 de febrero de 2020. Durante el confinamiento ambos mantuvieron cierta interlocución. Sin embargo, en el momento en que el líder del PP le comunicó que después de tres prórrogas del estado de alarma no apoyaría una cuarta, a principios de mayo de 2020, la relación entre ambos entró en un punto muerto.
El día que se debatió aquella prórroga en el Congreso, Casado le dijo a Sánchez algo que sigue resumiendo el sentir de los populares: «Usted no quiere pactos, solo quiere culpables de que no los haya».

Cuando Sánchez lideraba la oposición

Cuando era líder de la oposición, Sánchez visitó La Moncloa con asiduidad. Concretamente en nueve ocasiones. La primera vez que el entonces presidente Mariano Rajoy citó al socialista a una reunión fue el día después de ser elegido por primera vez secretario general del PSOE. En concreto, el 28 de julio de 2014.
La primera vez que Sánchez visitó La Moncloa, en 2014

La primera vez que Sánchez visitó La Moncloa, en 2014Efe

Después estuvo en el palacio presidencial el 3 de junio, el 10 de noviembre y el 23 de diciembre de 2015; el 28 de agosto de 2016; el 6 de julio, el 7 de septiembre y el 2 de octubre de 2017; y el 15 de mayo de 2018. Entre medias Sánchez fue destituido de su cargo durante nueve meses.
En su primera legislatura, tras ganar la moción de censura, su relación con Casado fue más fluida. Se reunieron en La Moncloa el 3 de agosto de 2018, al poco de que el popular ganara las primarias de su partido, y tres veces en 2019, los días 6 de mayo, 24 de junio y 16 de octubre. 
Claro que entonces el presidente, que lo era en funciones, solo pretendía convencer a su interlocutor de que se abstuviera. Quería ser investido a la primera y no tener que verse abocado a una repetición electoral como la que finalmente se produjo. Desde entonces la relación no ha hecho sino empeorar.  
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