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02 de mayo de 2024

De izquierda a derecha, los etarras: Francisco Javier García Gaztelu "Txapote", Juan Carlos Iglesias "Gadafi", María Soledad Iparaguirre "Anboto" e Ignacio Gracia Arregui "Iñaki de Rentería

De izquierda a derecha, los etarras Francisco Javier García Gaztelu 'Txapote', Juan Carlos Iglesias 'Gadafi', María Soledad Iparaguirre 'Anboto' e Ignacio Gracia Arregui 'Iñaki de Rentería'El Debate (copyright)

Cerco judicial a la impunidad de ETA

Un antiguo informe policial abre la vía para encausar al fin a los cerebros de ETA

El dossier entregado en 2014 al Juzgado de Instrucción Central Número 3 podría servir a los magistrados que tratan de condenar a la cúpula terrorista por los atentados de la T4 o los asesinatos de Gregorio Ordóñez y el juez Querol

ETA ha vuelto a la Audiencia Nacional. Desde que los magistrados Santiago Pedraz y Alejandro Abascal admitieran a trámite, en las últimas semanas, sendas querellas presentadas por la Asociación Dignidad y Justicia para esclarecer varios de los crímenes cometidos por la banda armada, la maquinaria judicial se ha puesto en marcha. Un detallado informe policial entregado en 2014 al Juzgado de Instrucción Central número 3 del órgano judicial ha abierto, ahora, la vía para encausar, por fin, a los cerebros de la organización terrorista.
El dossier pericial, al que ha tenido acceso El Debate en exclusiva, apunta a cómo los más altos cargos jerárquicos de ETA –«entendiendo por tales los máximos responsables de los Aparatos históricamente más importantes, más algunos otros que han destacado por su especial carisma o ascendiente dentro de la Organización y el desempeño de ciertas funciones quizá más destacadas (como puede ser la gestión de la Tesorería o la jefatura y dirección de los comandos armados)»– habrían tenido «un alto nivel de capacidad decisoria, tanto en la determinación de la estrategia general como, seguramente, en la aprobación y ejecución de tácticas y actuaciones concretas».
Hasta ahora la impunidad de los ideólogos de ETA ha sido una constante, por la dificultad de acreditar, judicialmente, una conexión directa entre las órdenes de la cúpula terrorista y las acciones puntuales cometidas por sus miembros contra objetivos policiales, políticos e incluso civiles.
El documento, elaborado por la Unidad Operativa de la Comisaría General de Información –confeccionado, en gran medida, a partir de los papeles incautados en Francia a los terroristas Mikel 'Antza' Albisu y Soledad 'Anboto' Iparaguirre, en 2004– recoge el análisis de los datos sobre «los fines perseguidos por la banda terrorista ETA desde su constitución» y hasta la actualidad.

Según el informe policial, los cerebros de ETA tuvieron «un alto nivel de capacidad decisoria en la aprobación y ejecución de tácticas y actuaciones concretas»

Además, se traduce la nomenclatura en clave utilizada por los componentes de la organización; y, se identifica a «los integrantes de las sucesivas cúpulas» o «Zuba» (acrónimo de Zuzendaritza Batzordea) equivalente al Comité Directivo –o a la Comisión de Dirección–, compuesto por seis miembros, del que dependían los «Aparatos» distribuidos, a su vez, en tres bloques: Político, Logístico y Militar.
Uno a uno, los agentes encargados de la minuciosa labor de investigación han desentrañado una incógnita esencial: los nombres de los integrantes de la dirección de ETA, durante más de treinta años –entre 1976 y 2014– y los elementos de conexión interna entre los diferentes niveles organizativos. Una información que permitiría a los magistrados que actualmente lideran las dos causas abiertas, vincular a los históricos dirigentes etarras con los atentados concretos por los que están siendo investigados, el atentado en la T4 y los asesinatos de Gregorio Ordónez y el juez Querol, aunque no colocasen personalmente los explosivos ni apretasen el gatillo.

El atentado de la T4

El pasado 31 de enero, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, Alejandro Abascal, admitía a trámite la querella interpuesta por la Asociación Dignidad y Justicia contra cuatro exjefes de ETA por decretar el atentado de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, el 20 de diciembre de 2006 –por varios presuntos delitos de estragos terroristas, dos delitos consumados de asesinato terrorista y ocho delitos intentados de asesinato terrorista– «por su condición de dominadores de la organización terrorista ETA desde su posición de máximos dirigentes del órgano de dirección, el comité ejecutivo o ZUBA (acrónimo de Zuzendaritza Batzordea o Comisión de Dirección) en el momento del atentado».
La acción terrorista, que supuso la ruptura de la tregua de la banda armada, se cobró dos víctimas mortales –Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio y dejó, tras de sí, una veintena de heridos.
Al frente de la «Zuba» de la banda terrorista en el momento de perpetrarse el ataque José Antonio Urrutikoextxea, Josu Ternera; Mikel Carrera Sarobe, alias Ata; Airtzol Iriondo, alias Gurbitz; y, Ainhoa Ozaeta, alias Kuraia. A ellos apuntan la propia sentencia que condenó a los autores materiales de la acción criminal y las investigaciones policiales, por su presunta responsabilidad en la decisión de atentar contra la infraestructura. Sin embargo, y precisamente por las conclusiones extraídas del informe policial en posesión de la Audiencia Nacional, quedan fuera los entonces jefes supremos de ETA, por encima de aquel Comité Ejecutivo, 'Txeroki' y 'Thierry'.

El asesinato del juez Francisco Querol

En paralelo, el juez Santiago Pedraz ha ordenado que se tome declaración «a todos los querellados» señalados por Dignidad y Justicia por formar parte del Comité Ejecutivo de la banda terrorista en el momento de producirse el asesinato del magistrado del Tribunal Supremo José Francisco Querol. En la acción terrorista perpetrada el 30 de octubre de 2000, en Madrid, con un coche-bomba cargado con más de treinta kilos de dinamita, también murieron su escolta, Jesús Escudero, y su chófer, Armando Medina, resultaron heridas un total de 64 personas y sufrieron daños más de 400 viviendas.
Pedraz ha reclamado a la Policía y a la Guardia Civil información sobre la estructura y los componentes del comando Madrid, responsable del atentado, así como de los responsables de su aparato logístico implicados en la introducción en nuestro país de los explosivos utilizados en el mismo.
El jefe del comando era, presuntamente, Gorka Palacios. Junto a él tendrán que dar explicaciones ante el magistrado instructor, también, Ignacio Miguel Gracia, alias Iñaki de Rentería; Juan Carlos Iglesias, Gadafi; Javier García, Txapote; Juan Antonio Olarra, Jokin; Ainhoa Mujika, Olga; Asier Oyarzabal, Baltza; Mikel Albisu, Mikel Antza; Vicente Goicoechea, Willy; Ramón Sagarzazu, Ramontxo; y, la histórica jefa económica de ETA, María Soledad Iparraguirre, Anboto.
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