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23 de abril de 2024

Pedro Sánchez y Fernando Grande Marlaska, en un encuentro con Mohamed VI

Pedro Sánchez y José Manuel Albares, en un encuentro previo con Mohamed VIEFE

Visita oficial de España

Sánchez viaja a Rabat para sellar ante Mohamed VI su cesión sobre el Sáhara

El propósito de la visita es zanjar la crisis diplomática entre los dos países a costa de consolidar el giro de la posición española

Quedan pocas horas para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajen mañana jueves a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI. El propósito de la visita es zanjar la crisis diplomática entre los dos países y marcar el inicio de la nueva etapa en la relación bilateral, si bien muchos observadores consideran que Sánchez ha efectuado un giro unilateral con el Sáhara Occidental que rompe a peor un consenso de 47 años en política exterior española.
En un contexto de dudas crecientes sobre el alcance real del acuerdo –por el momento solo se conoce la carta de Sánchez a Mohamed VI, filtrada por la prensa marroquí–, parece seguro que el presidente de España mantendrá un encuentro con el monarca alauí, tras el cual habrá una cena. Dado que la visita coincide con el Ramadán, se tratará del iftar, la cena con la que se rompe el ayuno que los musulmanes mantienen durante el día en este mes sagrado.
Carlos Ruiz Miguel

Carlos Ruiz Miguel, catedrático de Derecho Constitucional y director del Centro de Estudios sobre el Sáhara Occidental en la Universidad de Santiago de Compostela
El Debate

El ministro Albares ha puesto en valor este último hecho, subrayando que la invitación de alguien externo al círculo familiar al iftar «es un signo de amistad muy fuerte por parte del rey», y ha adelantado que el presidente español permanecerá hasta el viernes en Rabat, donde se está ultimando una agenda que aún está por cerrar. Albares, asimismo, ha asegurado que la nueva posición española sobre el Sáhara Occidental supone «un paso más o profundización» en la política que apoya España desde 2007, cuando Marruecos presentó su propuesta de autonomía para la zona.
Otros actores políticos, sin embargo, difieren de esta postura. Por ejemplo, el diputado de Nuevas Canarias, Pedro Quevedo, quien en la sesión de control del miércoles le ha reprochado a Albares que, con la nueva posición española, se le dice al Sáhara Occidental que «debe formar parte de Marruecos o seguir como está, pero nunca ser independiente».
Mohammed VI besando la tumba de su padre, Mohammed VI

Mohammed VI besando la tumba de su padre, Hasán IIEl Debate

Expansionismo marroquí

Quevedo ha señalado que el cambio de postura del Gobierno de Sánchez supone «ceder al chantaje» de Marruecos y a la «política expansionista de Marruecos», que incluye la delimitación de aguas territoriales colindantes a Canarias. Albares ha respondido que la posición del Gobierno es que la cuestión se tiene que resolver en el marco de ONU y con una solución mutuamente aceptable; «lo decimos en todos los foros y lo dice el presidente Sánchez en su carta al rey de Marruecos», ha reiterado el ministro.
Amnistía Internacional, por su parte, ha instado a Pedro Sánchez a que «aproveche» su viaje a Marruecos este jueves para que el respeto de los Derechos Humanos se tenga en cuenta «de una forma relevante y eficaz» y «deje de ser un tema residual» en las relaciones bilaterales entre ambos países.
Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, considera «imprescindible» que durante la visita de Sánchez a Rabat «se impulse el respeto» por el ejercicio de la libertad de expresión, reunión y asociación pacífica en el Sáhara Occidental.
Carlos Ruiz Miguel, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela y director del Centro de Estudios sobre el Sáhara Occidental, considera que este viaje «va a oficializar el vasallaje de Sánchez al sultán de Marruecos».
Interior del mausoleo con el sepulcro de Mohamed V en primer plano

Interior del mausoleo marroquí con el sepulcro de Mohamed VEl Debate

Para reformar su análisis, el catedrático formula una pregunta retórica: «¿Por qué no viaja Mohamed VI a España?». Ruiz Miguel recuerda, asimismo, que cada vez que se realiza un viaje oficial de estas características, el presidente del Gobierno es conducido al mausoleo oficial de Marruecos, donde reposan los restos de Hassan II y Mohamed V, dos antecesores del actual rey marroquí.

Una saga de sátrapas

«Ambos, Hassan II y Mohamed V, son genocidas. Además, atentaron contra España, matando a españoles. En el reinado de Mohamed V se bombardeó a civiles en el Rif y atacó a España en el Ifni y Sahara matando a 400 españoles en la guerra de Ifni en 1957, y Hassan II entre 1975 y 1976 también realizó atentados con muertos contra españoles y bombardeó a civiles saharauis. A parte, claro, está toda la cuestión del Sáhara, en la que Marruecos es la potencia colonial, agresora y ocupante», reflexiona el catedrático.
Ruiz Miguel señala la singularidad de lo viajes oficiales que realiza España a Marruecos. «¿Qué otros presidentes o jefes de Estado europeos han viajado a Marruecos? Ninguno. Solo lo hizo una vez Macron, y fue una visita privada, por lo que no tuvo que rendir honores en el mausoleo. Marruecos tiene relación con muchos países europeos, Reino Unido, Alemania, Francia, etc., pero sus representantes no viajan a Marruecos, porque no ponen flores ante tumbas de genocidas. Conviene recordar que la reanudación de relaciones de Marruecos con Alemania se ha hecho sin que el canciller, Olaf Scholz, o su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, hayan viajado a Alemania. Es más, han invitado a Mohamed VI a que sea él el que vaya a Alemania».
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, rindiendo tributo a la tumba de Hassan II

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, rindiendo tributo a la tumba de Hassan IIEFE

Para el catedrático de Santiago, la actitud de España solo se explica por «la tradicional actitud derrotista y acomplejada» que, a su juicio, caracteriza España. Ruiz Miguel considera que la visita de Sánchez, «más que sellar un acuerdo, significa ceder a un chantaje; cumplir un Diktat».
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