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26 de abril de 2024

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, con los diputados de Bildu Mertxe Aizpurua y Oskar Matute

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, con los diputados de Bildu Mertxe Aizpurua y Oskar MatuteEduardo Parra / Europa Press

«Sirve para lo que sirve»

Bildu y ERC asumen que el CNI no revelará nada en la Comisión de secretos oficiales con ellos dentro

Los independentistas sospechan que, con ellos dentro, la directora de Inteligencia no aportará ninguna información sensible. Siguen queriendo una comisión de investigación en el Congreso

Si el Gobierno pensaba que dando entrada a ERC, Bildu, Junts per Catalunya y la CUP en la Comisión de secretos oficiales iba a saciar la sed de los independentistas, se equivocó. Quieren más. Quieren una comisión de investigación a la luz del día sobre Pegasus. Quieren ver a Margarita Robles y otros altos cargos desfilar ante las cámaras.
Y ésa será su siguiente batalla parlamentaria, para la que cuentan con el apoyo de Unidas Podemos. Su portavoz, Pablo Echenique, señaló este viernes que esa comisión de investigación sería «un gesto que podría ayudar a recomponer las relaciones con ERC», que el jueves votó contra la convalidación del decreto anticrisis del Gobierno. Los morados tienen especial interés en recomponer las partes de la mayoría Frankenstein para no dar el más mínimo hueco al PP.
Los partidos independentistas saben, o al menos sospechan, que su entrada en la Comisión del CNI hará que el Centro Nacional de Inteligencia se cuide mucho de aportar allí cualquier información realmente sensible para la seguridad del Estado.
«Esa comisión sirve para lo que sirve», señalan fuentes del grupo parlamentario de Bildu. «Allí no nos van a contar lo que queremos saber», añaden desde el grupo parlamentario de Esquerra.

La directora del CNI y Robles

El Gobierno ya ha registrado la solicitud de comparecencia en la Comisión, a petición propia, de la directora del CNI, Paz Esteban, que podría producirse la próxima semana. En paralelo, la ministra de Defensa comparecerá el miércoles 4 de mayo en la Comisión de Defensa. Aunque en teoría no para hablar del presunto espionaje, en la práctica será el gran tema.
Robles sabe que el independentismo ha puesto precio a su cabeza, aunque también cuenta con el respaldo en privado del presidente del Gobierno. Ya sea por convencimiento o interés propio, Sánchez no puede entregar a su ministra de Defensa en plena guerra en Ucrania y en vísperas de la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid el 29 y 30 de junio.
Bildu nunca hasta ahora había formado parte de la Comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados, que es así como se llama oficialmente, pero ERC sí. La última vez fue con el diputado Joan Tardà como representante, el padrino político de Gabriel Rufián. Con Mariano Rajoy de presidente, el PP mantuvo la puerta cerrada a Tardà durante años, pero cuando los populares perdieron la mayoría absoluta en su segunda legislatura y ERC tuvo grupo propio en la Cámara Baja, el PP accedió a regañadientes.
Los elegidos para esa Comisión están obligados a guardar el secreto de lo que allí se habla. Se les enseña documentación, pero no pueden llevársela. Solo tomar notas. Esta semana, el propio Tardà se quejó en la SER de que de allí no sacaba gran cosa porque lo que hacían los portavoces era más un acto de fe que otra cosa. «¿Cómo sé yo, aunque ponga todo mi empeño en saber las cosas, que todo lo que me cuentan es verdad o toda la verdad? ¿Cómo sé yo lo que no se callan o aquello que es importante para entender el contexto de lo que sí me aportan?», se preguntó.
Hasta ahora, Joan Tardà había sido el último independentista en dicha Comisión

Hasta ahora, Joan Tardà había sido el último independentista en dicha ComisiónEFE

Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Congreso entre 1986 y 2004, y por tanto en tiempos de los GAL, rememoró el miércoles en una entrevista en Público cómo ya en su época la Comisión de secretos oficiales era de todo menos de secretos, dada la presencia de un partido –el PNV– del que el entonces Cesid no se fiaba, en plenos años de plomo de ETA. «Cuando al ministro de Defensa o al director del CNI les interesaba, venían a calmarnos un poquito. Ahora si van a dar entrada a ERC y Bildu, no te van a dar jamás una información sensible», señaló.
En la votación del jueves para elegir a los miembros de la Comisión de secretos oficiales, si la presidenta del Congreso no hubiera rebajado la mayoría necesaria de 210 a 176 votos se habrían quedado fuera Gabriel Rufián (ERC), Marta Nogueras (Junts) y Mertxe Aizpurua (Bildu), que obtuvieron cada uno 186 votos, y también Albert Botran (CUP), que sacó 185.

La posible comisión de investigación

La tercera institución del Estado ha salido muy tocada de la crisis de Pegasus y la mayoría del Gobierno descompuesta, y todo para que el independentismo ya esté pensando en la nueva cuña que quiere meterle a Sánchez. ¿Tiene visos de prosperar la comisión de investigación? Los tiene, salvo que el PSOE use sus dotes de persuasión.
El jueves 21 de abril, recién estallada la crisis de Pegasus, Unidas Podemos se alió con ERC, Junts per Catalunya, PdeCAT, Bildu, la CUP, PNV, Más País, Compromís y el BNG para registrar la solicitud de creación de una comisión de investigación. Todo ello antes de que Batet desatascara la Comisión de secretos oficiales.
Si Unidas Podemos mantiene su postura como Echenique dejó caer este viernes, solo el voto del PP podría librar al PSOE de tener que crearla. Puesto que, el pasado lunes, los letrados del Congreso emitieron un informe en el que concluyen que no hay impedimento legal para que se constituya, según fuentes de la Mesa de la Cámara consultadas por El Debate.
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