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26 de abril de 2024

Pedro Sánchez hablando por su móvil

Pedro Sánchez hablando por su móvilEFE

La tragedia de Melilla

El apoyo cerrado de Sánchez a Marruecos aumenta la desconfianza de socios y oposición

La mayoría Frankenstein registra una solicitud para que el presidente explique lo sucedido el viernes en la valla. Unidas Podemos muestra su malestar, pero fuera de la mesa del Consejo de Ministros

Si no consigue esquivarla a tiempo, Pedro Sánchez se enfrenta a otra comparecencia en el Pleno del Congreso a propósito de su nueva relación con Marruecos. Pero, en esta ocasión, no tendrá que ver con el Sáhara Occidental, sino con la tragedia registrada el viernes en la valla de Melilla.
Los socios parlamentarios del Gobierno registraron este lunes una petición en el Congreso para que el presidente dé explicaciones. Él y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En concreto, la iniciativa lleva la firma de ERC, Bildu, el PDeCAT, Más País y Compromís, de la llamada mayoría Frankenstein. Y, a mayores, las de Junts, la CUP y el BNG.
No así la de Unidas Podemos, aunque su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, presentó este lunes una iniciativa parlamentaria para que el Gobierno impulse una investigación independiente. «Estamos horrorizados. No ya como demócratas sino también como personas. España tiene que estar a la vanguardia de la defensa de los derechos humanos», sostuvo.
Aunque los morados se desmarquen, si el PP apoya esta comparecencia en la Junta de Portavoces, saldrá adelante y a Sánchez no le quedará más remedio que volver a la Cámara Alta. Los populares también quieren que se explique.
El dantesco episodio no ha hecho sino aumentar la desconfianza de la oposición respecto a lo que encierra el giro copernicano del presidente con Marruecos, desde que el 18 de marzo el reino alauita informó de que España apoyaba su plan de autonomía para el Sáhara.
El PP ha vinculado en varias ocasiones este movimiento con la información sustraída del teléfono del presidente en mayo del año pasado, más de 2,6 gigas de datos sin determinar. Un robo que la propia Moncloa hizo público el 2 de mayo, en medio de la crisis de Pegasus con el independentismo.
A mayores, El Debate reveló el pasado 21 de marzo que los servicios de inteligencia españoles habían alertado a Sánchez de que Marruecos podía estar tramando una nueva avalancha humana para presionarle; similar a la que desencadenó entre los días 17 y 18 de mayo en la frontera ceutí del Tarajal.
El pasado fin de semana, un digital francés muy polémico, France Soir, lanzó la supuesta noticia de que Marruecos está presionando a Sánchez porque tiene información comprometedora sobre los negocios de su mujer, Begoña Gómez. La información fue este lunes la comidilla en las redes sociales y varios medios españoles se hicieron eco. Más ruido.
La oposición lleva meses reprochando al presidente su falta de claridad, sus constantes evasivas en el Congreso. En su última comparecencia, a primeros de junio, dedicó parte de su tiempo a hablar del problema de la inmigración: «La gestión de las migraciones es otro de los grandes desafíos conjuntos que tiene el continente africano y también el conjunto de la Unión Europea, y España no va a tolerar la instrumentalización de la tragedia de la emigración irregular como arma de presión. Frente a ello, el mejor instrumento para una gestión ordenada de los flujos migratorios es la cooperación internacional», señaló.
Y añadió: «De ahí la importancia de que hayamos reactivado ya un marco estable tras dos años de parón, de ahí la importancia de los modelos exitosos de migración circular con Marruecos que estamos poniendo en marcha y de ahí la importancia del liderazgo compartido con Marruecos en un modelo de cooperación regional en materia migratoria, el llamado Proceso de Rabat, que vuelve a ser un ejemplo al que mira la Unión Europea. La cooperación es clave en materia migratoria».

Un problema doméstico

Lo cierto es que el asalto de Melilla ha creado al jefe del Ejecutivo un problema doméstico por su condescendencia hacia Marruecos, a pesar de la controvertida actuación de los agentes marroquíes. Y de las imágenes de las fosas comunes en Nador para enterrar a las víctimas sin autopsia ni identificación siquiera.
Los socios de Sánchez, empezando por Unidas Podemos, esperaban que este lunes el presidente modulara el mensaje que él mismo envió el sábado desde la Moncloa. Pero, en lugar de eso, la portavoz del Ejecutivo volvió a agradecer a Marruecos su colaboración y culpó a las mafias de lo ocurrido. Isabel Rodríguez ni siquiera dejó a Irene Montero fijar postura en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, a pesar de que hasta en cinco ocasiones la ministra de Igualdad fue interpelada por los periodistas al respecto de su opinión.
Fuentes cercanas a Montero restaron después importancia a lo sucedido. Según estas fuentes, la mesa del Consejo de Ministros no está para riñas partidistas y Unidas Podemos ya se había pronunciado de forma clara.
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