La portavoz del Partido Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, durante la sesión extraordinaria en el Congreso de los Diputados
Primer examen del curso
El PP vota «sí» a dos de los tres decretos ley del Gobierno y solo recibe más insultos
El mantra desplegado por Sánchez y sus ministros durante días sobre la actitud «obstruccionista» de Feijóo se demostró falso en el Pleno de este jueves. Pero aun así nada ha cambiado
«El PP tiene muy difícil justificar su no permanente». Éstas fueron las primeras palabras de la ministra de Transportes al salir del hemiciclo, una vez aprobado el decreto ley con medidas de ahorro y eficiencia energética, en el que el Gobierno ha metido también becas, ayudas a los transportistas y rebajas en los abonos transporte.
Y eso fue lo más suave que oyeron en todo el día Alberto Núñez Feijóo y los populares de Raquel Sánchez y de otros miembros del Ejecutivo. De hecho, la titular de Transportes llegó a definir al PP como la «derecha más rancia de Europa» y acusó a su líder de oponerse a que los estudiantes tengan una beca digna, y a que los trabajadores tengan el transporte público bonificado. Un día antes, el propio Pedro Sánchez le había recriminado desde Bogotá su falta de «sentido de Estado».
Sin embargo, el panel de las votaciones al final del Pleno extraordinario de este jueves demolió de golpe el argumentario que viene desplegando el Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos; ese según el cual el PP practica una oposición «negacionista y obstruccionista».
Los de Feijóo votaron a favor de la convalidación de dos de los tres decretos ley y solo recibieron a cambios insultos. En realidad, más insultos, puesto que no eran los primeros. «El PP se ha instalado en la estrategia de la mentira para intentar sacar rédito político», llegó a recriminarle el diputado del PSOE César Joaquín Ramos.
En concreto, los populares apoyaron el decreto ley relativo al cambio en el sistema de cotización de los autónomos, que salió adelante por 260 votos a favor, 64 en contra y 25 abstenciones; y el del combate contra los incendios, que fue convalidado con 265 votos a favor, seis en contra y las abstenciones de Vox, ERC, el PNV, el PDeCAT y Foro Asturias.
Los populares aplauden a Cuca Gamarra al término de su intervención
El propio Feijóo, desde Pontevedra, puso esos dos «síes» como ejemplo de que su formación «vota sí a los intereses de España pero no a los de Sánchez». «El de los autónomos lo hemos apoyado porque el Gobierno ha hablado con los autónomos y hay un consenso de mínimos. El de los incendios porque, aunque no lo hayan consensuado con las comunidades, con los incendios toda unidad es poca», explicó el líder de la oposición.
El PP únicamente se opuso al llamado «decreto ley ómnibus», por la falta de diálogo del Gobierno y por ser un batiburrillo. Durante su debate, Cuca Gamarra lamentó que el Ejecutivo no hubiera descolgado el teléfono para llamar al principal partido de la oposición, pero aun así aseguró que la puerta de su partido seguirá abierta. «Para hacer cosas serias tienen la mano del PP».
E, incluso votando en contra del decretazo número 128 de Pedro Sánchez, Feijóo ha decidido no presentar un recurso de inconstitucionalidad por invasión de competencias autonómicas, como hará Isabel Díaz Ayuso y como también anunció Vox este jueves; marcando diferencias con el PP.
El Gobierno lleva días extendiendo el mantra de que Feijóo se opone por sistema a todo, pero desde el martes ha sido un bombardeo constante: los ministros han dado una veintena de entrevistas en radio y televisión, a lo que se suman dos comparecencias del presidente el miércoles desde Bogotá y este jueves desde Quito.
Y, en todas las intervenciones, el mensaje siempre ha sido el mismo. Ya lo diera Pedro Sánchez, Teresa Ribera, Yolanda Díaz, Isabel Rodríguez, Félix Bolaños, Raquel Sánchez o incluso el ministro de Agricultura, Luis Planas, menos acostumbrado a la refriega partidista pero disciplinado como el resto.
El Gobierno saca todo adelante
En cualquier caso, el primer examen del curso le salió al Gobierno a pedir de boca, sin apuros en ninguna de las votaciones. Logró que la Cámara Baja diera luz verde a los tres decretos ley que llevaba a convalidación y, a mayores, que aprobara de forma definitiva la Ley del solo sí es sí, una reforma de la Ley Concursal y la Ley de Ciencia. Las tres venían devueltas del Senado, con enmiendas de la Cámara Alta.
La «mayoría Frankenstein» funcionó como un reloj suizo, con ERC, el PNV y Bildu dándole cuerda. Así que los ministros abandonaron el Congreso con una sonrisa en la boca. Y presumiendo, como suelen hacer, de que al final siempre les salen los números.
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