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25 de abril de 2024

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, el domingo en el Alderdi Eguna

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, el domingo en el Alderdi EgunaEFE

Al mejor postor

El PNV usa a Feijóo para presionar a Sánchez: exige el traspaso de Cercanías y la Seguridad Social

Los de Ortuzar amagan con romper con el Gobierno aprovechando el acercamiento del líder del PP, pero no quieren hacerlo: con quién si no con Sánchez iban a conseguir más después de prisiones y del IMV

El PNV está utilizando el acercamiento iniciado por Alberto Núñez Feijóo para presionar a Pedro Sánchez, en plenos prolegómenos de la negociación de los Presupuestos de 2023. Unas conversaciones que, extraoficialmente, ya han comenzado: el pasado jueves, la ministra de Hacienda mantuvo una charla a solas con el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, según pudo comprobar El Debate.
Este domingo, el presidente del PNV aprovechó el Alderdi Eguna (el día del PNV) para mandar un mensaje a Sánchez: a su partido no le interesa «cambiar de caballo a mitad del río», en alusión a su apoyo al Gobierno de coalición para lo que queda de legislatura; pero si Sánchez no cumple, el PNV se sentirá con las manos libres para retirar su apoyo al Gobierno central. Y, llegado el caso, echarse en brazos de Feijóo, que telefoneó a Andoni Ortuzar el pasado jueves para agendar un encuentro (todavía sin fecha).
Los de Ortuzar quieren que el Gobierno les transfiera sin más dilación las competencias en el transporte ferroviario de Cercanías, que reclaman desde hace años. Eso en el corto plazo. En el medio plazo, antes de que acabe la legislatura aspiran a cerrar el traspaso de la Seguridad Social, lo que para la oposición sería romper la «caja única».
Éste último es el gran objeto de deseo del nacionalismo vasco, que sabe que solo puede suceder con Sánchez en La Moncloa. En febrero de 2020, recién empezada la legislatura, hubo un acuerdo entre el Gobierno y el PNV para un traspaso parcial de la Seguridad Social. En concreto, del régimen económico, por lo que el País Vasco pasaría a gestionar y controlar la cotización y la recaudación de las cuotas y demás recursos de financiación del Sistema de la Seguridad Social. Pero dejando las pensiones al margen, que seguirían en manos del Ejecutivo central.
Sin embargo, estalló la pandemia y todo quedó por concretar. El pasado mes de marzo, ambos gobiernos cerraron la transferencia del ingreso mínimo vital (IMV). El PNV aprovechó para volver a meter en la agenda el traspaso de la Seguridad Social, pero subiendo la apuesta: primero el régimen económico; más adelante, por qué no, las prestaciones por desempleo y las pensiones.
Ya en 2016, en un documento titulado «Hacia un sistema propio de Seguridad Social y pensiones para el País Vasco y Navarra» (detalle no menor el de incluir Navarra), el PNV contemplaba la creación de un órgano gestor que llamaría Lagunkidetza «capacitado para la preparación del modelo de traspaso del régimen económico de la seguridad social en un primer momento y capaz de la gestión completa de la seguridad Social en su dimensión más universal más tarde».
La ministra Isabel Rodríguez junto al vicelendakari vasco, Josu Erkoreka

La ministra Isabel Rodríguez, junto al vicelendakari vasco, Josu ErkorekaEFE

Por lo que se refiere a las Cercanías, el PNV considera que ese nuevo traspaso puede serles muy provechoso de cara a la campaña de las elecciones municipales (en el País Vasco están en juego no solo los ayuntamientos, sino también las poderosas diputaciones forales). Puesto que su rivalidad con Bildu va en aumento y esos comicios servirán para determinar el poder territorial de uno y otro.
En esa rivalidad y en el papel cada vez más decisivo de Arnaldo Otegi en la gobernabilidad de España está la clave del distanciamiento entre el PNV y el Gobierno de Sánchez. «No entiendo por qué el Gobierno español tiene este ritmo caribeño y esta desidia en el impulso de la relación con el Gobierno vasco y el cumplimiento de los acuerdos con el PNV. No hay socio más fiable que nosotros, nadie que ponga más solvencia y sentido común a la política española, y la respuesta que tenemos es la apatía. Eso tiene que acabar. Tienen que poner el despertador», se quejaba Ortuzar el sábado en una entrevista en el diario Noticias de Álava. En sus páginas advertía al presidente español de que, si no se toma en serio las transferencias pendientes, el PNV se planteará presentar una enmienda a la totalidad de los Presupuestos de 2023.
En septiembre, su formación lanzó una encuesta entre su militancia a través de Internet en la que el 80 % se mostró partidario de romper con Sánchez si no hay más transferencias. Era una forma de ponerse la venda en caso de una futura herida. Así, la cúpula del PNV se sentiría respaldada si tuviera que tomar una decisión drástica.
En realidad, a los de Ortuzar e Iñigo Urkullu no les interesa soltar amarras con un presidente que les ha entregado el control de las cárceles vascas y la gestión del ingreso mínimo vital. Y que está por entregarles los Cercanías y la Seguridad Social, la joya de la corona.
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