Fundado en 1910

28 de abril de 2024

Cartel indicativo de la cárcel de Pamplona

Cartel indicativo de la cárcel de PamplonaPablo Ojer

El Gobierno cumple las pretensiones de Bildu y casi completa el acercamiento de etarras al País Vasco

El 91 % de los presos ya se encuentran en las cárceles vascas o navarras. Solo quedan 14 por trasladar

Solo 14 etarras se encuentran fuera de las cárceles del País Vasco y Navarra, según la asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat, por lo que los planes de Arnaldo Otegi de «sacar a los presos de las cárceles» está a punto de concluir su paso definitivo.
Despertamos el año escandalizados de que el 53 % de los presos etarras, 92, dormían ya en las cárceles vascas o navarras. Este 31 de diciembre serán ya el 91 %, 147 etarras, los que se repartirán entre las 3 cárceles del País Vasco y la de Navarra. Tan sólo 14 permanecen en las cárceles del resto de España mientras que hace un año eran 81.

Situación actual de los presos etarras

  • En País Vasco o Navarra: 147 (92 en 2021)
  • En cárceles del resto de España: 14 (81 en 2021)
  • En Francia: 12 (21 en 2021)
A modo comparativo, hace 4 años, cuando Pedro Sánchez estaba recién entrado en el Gobierno, había 261 presos etarras de los que en las cárceles vascas sólo había 3, 2 en Basauri y 1 en Zaballa.
Si por algo se ha caracterizado este 2022 ha sido por el traslado masivo de etarras a las cárceles vascas para que se pudieran acoger a las políticas más laxas del Gobierno de Urkullu. De hecho, mientras que en la prisión de Pamplona en enero había 16 etarras, en la actualidad son 10 y uno de ellos, José Luis Barrios, ya tiene aprobado el cambio de destino a la prisión de Martutene (Guipúzcoa), lo que desmonta la demanda que tantas manifestaciones provocó de pedir el acercamiento de los presos para estar más próximos a los suyos. Aunque los presos sean navarros, aprovechan cualquier resquicio para solicitar el traslado al País Vasco y así tener más próxima la concesión del tercer grado que les dejaría en semilibertad.

Modus operandi

De esta forma, el Gobierno de Pedro Sánchez pretende que antes de que comience el embrollo preelectoral de las elecciones de mayo y concluya la legislatura, todos los presos se encuentren en las cárceles vascas y navarras, lo que muestra a las claras la existencia de una hoja de ruta que el Ejecutivo siempre ha negado.
Primero fue concentrar a los presos en las cárceles de la mitad norte de España, algo que se consiguió en el verano de 2021. Después, y coincidiendo con el traspaso de las competencias penitenciarias al Gobierno vasco, llevar en las cárceles vascas a los que ya se encontraban en las aledañas de Zaragoza, Cantabria, Soria o Logroño y a estas provincias a los que se encontraban más alejados. La tercera fase, que ya está a punto de concluir, sería meter en las cárceles del País Vasco o de Navarra a los que se encontraban en esas cárceles próximas. De manera que, posiblemente en las próximas semanas, todos los presos encarcelados estén en las prisiones de Zaballa (Álava), Basauri (Vizcaya), Martutene (Guipúzcoa) o Pamplona (Navarra).

Solo 173 etarras en prisión

Además, a lo largo del año, un total de 21 etarras han quedado en libertad después de cumplir la condena que se les había impuesto. A día de hoy, quedan 173 etarras en las cárceles, incluyendo los 12 que cumplen condena en Francia.
«Se está trabajando por los profesionales con tranquilidad, de forma individualizada y cumpliendo la ley», aseguró el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, en agosto de 2018 cuando saltó el escándalo porque se concedieron los dos primeros terceros grados a presos etarras. Entonces había 203 presos en primer grado y 28 en segundo.
Hoy ya no queda ninguno en primer grado y los terceros grados se acercan a los 40 entre los concedidos por el Gobierno central y el Gobierno vasco. La mayoría, de este segundo Ejecutivo. Si bien, un total de 7 terceros grados han concurrido en irregularidades y los terroristas han tenido que volver a prisión.

El año de Txapote

Más allá de los números, si por algo se recordará este 2022 en lo que se refiere a los presos de ETA, además no ya del acercamiento, sino de la incursión en las cárceles vascas, será por ser el 'año de Txapote', el año en que uno de los más sanguinarios miembros históricos de ETA, el que disparó dos disparos a bocajarro a Miguel Ángel Blanco, y el 'año de Parot', el más sanguinario de los terroristas, que cumple condena de casi 5.000 años de prisión.
Comentarios
tracking