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29 de abril de 2024

Pedro Sánchez, en su escaño en el Congreso

Pedro Sánchez, en su escaño en el CongresoEva Ercolanese/ PSOE

Encuesta Target Point para El Debate

Vamos a contar mentiras: la malversación no pasará factura al PSOE

El partido de Sánchez está jugando con fuego. Sus indecisos, que suman más de un millón, son una masa heterogénea pero con algo en común: ninguno quiere ver a un solo corrupto en la calle

No hay peor engaño que el autoengaño. Hubo un tiempo en que los socialistas llegaron a creerse que la corrupción de los EREs no les pasaría factura; que distraer 680 millones de euros de las arcas públicas no era para tanto. Como iba a pasársela, si Andalucía era su cortijo, Canal Sur mediante. Llegaron las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, el PSOE perdió 15 escaños y, aunque se mantuvo como primera fuerza, fue derechito a la oposición. Donde sigue hoy en día, completamente desdibujado ante la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno.
Hoy el PSOE pretende autoconvencerse de que la rebaja del delito de malversación no será una bomba de relojería en pleno año electoral. Lo dijo Pedro Sánchez el pasado martes en la Moncloa y hay que creerle: «Lo que estamos haciendo es homologar los delitos conforme a lo establecido en las principales democracias europeas, que no se despenaliza. Al contrario, quiero subrayar que en algunas cuestiones nos situamos a la vanguardia europea, porque reconocemos, junto con otros muy pocos países, como por ejemplo Portugal, la tipificación de un delito nuevo, (…) el enriquecimiento injustificado de responsables políticos». Amén.
La encuesta de Target Point para El Debate muestra que el PSOE está jugando con fuego. Y ya se sabe cómo acaba el refrán. Los socialistas se sitúan en una horquilla de entre 98 y 100 escaños y bajando, a pesar del arsenal de dinero público que ha utilizado en el último trimestre de 2022. El 6,7 % de sus votantes en las generales de 2019 ya se le han ido al PP, unos 455.000 atendiendo a sus resultados en aquellos comicios.

Los indecisos del PSOE

Pero es que hay más. El sondeo revela que el PSOE tiene una fidelidad de voto muy baja, del 58,7 %, y una volatilidad muy alta entre su electorado. Un 18,7 % de los encuestados que en las anteriores elecciones votó a Sánchez declara esta vez que se lo está pensando. Otro 3,1 % afirma directamente que no votará.
Todos esos indecisos vendrían a ser 1,27 millones de votantes. Personas no politizadas, más o menos de izquierdas, que podrían decantarse por el PP –unos–, por Yolanda Díaz –otros–, por repetir con Sánchez o por la abstención. Son una masa heterogénea, pero con algo en común: ninguno quiere ver una sola rebaja de pena para un cargo público condenado por corrupción, y mucho menos una excarcelación.
La versión oficial del Ejecutivo es que eso no ocurrirá, porque en la reforma del Código Penal incluyeron una disposición transitoria sobre revisión de condenas para evitar la retroactividad, como está sucediendo con la ley del 'solo sí es sí': «En las penas privativas de libertad no se considerará más favorable esta ley cuando la duración de la pena anterior impuesta al hecho con sus circunstancias sea también imponible con arreglo a esta reforma del Código», reza ésta. Pero esa premisa afecta a algunos casos, no a todos.
Más allá del argumentario oficial, en el seno del Gobierno existe preocupación. Incluso en el propio Ministerio de Justicia, según ha podido constatar El Debate. Un solo corrupto que vea reducida su condena, o incluso salga a la calle, supondrá un precio altísimo para el PSOE.
Por lo que respecta a Alberto Núñez Feijóo, las dudas entre el electorado socialista son una gran oportunidad para los populares, una vez completada la absorción por la base de Ciudadanos. De ahí que en su balance de 2022 defendiera un «proyecto sin etiquetas», que obligatoriamente debe superar las fronteras del PP: «Estamos viendo cómo cada vez hay más españoles que se están incorporando a este proyecto, que no nos habían votado que nos van a votar, y hay más españoles que no nos habían votado y sin embargo tienen clara una cosa: que no van a votar a quien había votado o a quienes habían votado en las últimas elecciones», se felicitó Feijóo.
Incluso en la estimación de escaños más baja, el PP y Vox obtendrían mayoría absoluta, según la encuesta de Target Point. El PP y Vox solo se tienen el uno al otro, mientras que Sánchez juega con la ventaja de que puede sumar con una decena de partidos. Y ni por ésas: la mayoría Frankenstein está cada vez más lejos de los 176 escaños.
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