Normalidad absoluta
Felipe VI ha presidido este miércoles la reunión del Consejo de Seguridad Nacional, celebrada en Zarzuela. Un encuentro que se ha producido dos días después de que Don Juan Carlos confirmara su intención de viajar a Sanxenxo la próxima semana, sin que esta vez el Gobierno haya querido criticar la visita, como sí lo hizo la anterior.
De hecho, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, la circunscribió este martes al ámbito personal del anterior jefe del Estado; y la encuadró en la «normalidad» de un ciudadano que vuelve a su país.
El Rey y Pedro Sánchez se han saludado afectuosamente antes de la reunión, en la que han despachado sobre la situación en Ucrania y la regulación del Consejo de Seguridad Aeroespacial, según fuentes de la Moncloa. Además, los miembros del Consejo han aprobado el Informe Anual de Seguridad Nacional 2022.
En el encuentro han participado las vicepresidentas Yolanda Díaz y Teresa Ribera. Nadia Calviño no porque se encuentra en Washington, en las asambleas de primavera del FMI. También han estado los ministros José Manuel Albares, Pilar Llop, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Raquel Sánchez, Héctor Gómez, Félix Bolaños, Isabel Rodríguez, José Manuel Miñones y Diana Morant.
Además, el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Óscar López; el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban; la directora del CNI, Esperanza Casteleiro; el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez; y el director del Departamento de Seguridad Nacional, Miguel Ángel Ballesteros.
Sánchez estuvo hace apenas dos semanas en China, donde se reunió con el presidente Xi Jinping para exponerle su apoyo a Ucrania y escuchar de primera mano el plan de paz del gigante asiático.
Por lo que se refiere a la visita del Rey Juan Carlos, y aunque el Gobierno está manteniendo una actitud distante, fuentes gubernamentales no ocultan la incomodidad que supone para ellos el viaje. No tanto por su presencia en España, sino porque temen que acabe convertida en un espectáculo, como aseguran que fue la anterior.
Ya antes de aquella, el propio Sánchez había hablado en más de una ocasión de «conductas incívicas» e «informaciones perturbadoras» para referirse a la situación de Don Juan Carlos.
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