Fundado en 1910

29 de marzo de 2024

Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, durante su segundo cara a cara en el Senado

Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, durante un cara a cara en el SenadoEFE

Sus intenciones

Sánchez prepara una encerrona a Feijóo en el Senado: «Su liderazgo se cae»

El presidente ha retado al líder de la oposición al cuarto duelo parlamentario del curso, a un mes del 28-M, con el objetivo de minar su imagen y situarlo frente a sus futuribles pactos con Vox

A los socialistas se les iluminaron los ojos cuando el lunes escucharon a Alberto Núñez Feijóo pronosticar, delante de la Junta Directiva Nacional del PP, que el PSOE «aguantará mejor» en las elecciones municipales y autonómicas que en las generales. Aunque, a renglón seguido, lo atribuyera a la «lógica electoral».
En Ferraz y la Moncloa consideran que el líder de la oposición estaba, claramente, «rebajando las expectativas» de cara a la contienda del 28 de mayo. Y lo atribuyen a que a Feijóo le ha entrado el miedo porque su valoración «ha caído en picado» en las encuestas. En concreto, 15 puntos en un año, sostienen. «Su liderazgo se cae y no hay un proyecto detrás», argumentan desde el entorno de Pedro Sánchez. «Donde está el recorrido, el margen de crecimiento, es en el bloque progresista», continúan.
Es por eso que Sánchez ha decidido retar al presidente del PP a un nuevo duelo parlamentario en el Senado, el cuarto del curso político, que tendrá lugar el martes 25 de abril. En plena precampaña, a un mes escaso del examen en las urnas y solo seis días después de que el propio presidente comparezca en el Congreso para informar sobre el último Consejo Europeo, el nuevo envío de armas a Ucrania y la Reunión de Alto Nivel con Marruecos del 1 y 2 de febrero. «Feijóo decía que el 28-M era una primera vuelta de las generales, una moción de censura contra el presidente, un plebiscito, ¿no? Pues a ver ahora», añaden desde la Moncloa.

Fue en el Senado donde Feijóo pronosticó en noviembre que el 28-M sería una moción de censura para Sánchez

En la Cámara Alta, y con el reloj de su parte –en ese tipo de debates no tiene límite de tiempo, juega con ventaja–, el presidente del Gobierno quiere poner contra las cuerdas a su oponente, hacerlo preso de sus palabras. Puesto que fue en uno de esos debates, el del pasado 23 de noviembre, donde Feijóo se fijó un listón muy alto. Entonces proclamó: «La moción de censura se hará. Y se hará el 28 de mayo. Pero no en una urna en el Congreso de los diputados, sino en miles de urnas en todos los ayuntamientos de España. Ahí es donde la sacaremos adelante para empezar a pasar página de la pesadilla más grande que ha vivido España gracias a su Gobierno y a usted», sostuvo.

Ánimo ¿«constructivo»?

Desde el PSOE se limitan a señalar que el presidente acudirá al Senado con el ánimo «constructivo» de explicar las últimas medidas anticrisis que su Gobierno ha puesto en marcha. Pero lo cierto es que eso ya lo hizo en su último cara a cara en la Cámara Alta, el pasado 31 de enero. Porque el último paquete que aprobó el Ejecutivo fue el del 27 de diciembre, y desde entonces no ha habido más. Aquel incluyó el cheque de 200 euros para las familias con rentas de hasta 27.000 euros (lo han solicitado 2,8 millones de personas y de momento solo lo han recibido 50.000), la supresión del IVA para los alimentos de primera necesidad y la rebaja del 10 al 5 % del IVA de la pasta y el aceite.
Por tanto, el objetivo de Sánchez no es otro que ponerse el traje de faena electoral y arremeter contra Feijóo y contra las comunidades gobernadas por el PP, sin que estas últimas tengan derecho a réplica. En realidad, la gestión de regiones como Madrid, Andalucía y Castilla y León viene siendo una constante en los últimos lances parlamentarios del presidente. Además, el presidente pretende poner al líder de los populares frente a sus futuribles pactos con Vox tras el 28-M.
El hecho de que la Moncloa haya decidido colocar un debate entre Sánchez y Feijóo a un mes de las elecciones municipales y autonómicas encierra otra clave. Los socialistas tenían muchas esperanzas puestas en el debate de la moción de censura de Vox. Supuestamente, iba a servir de argamasa para el bloque de la investidura e iba a impulsar a Sánchez, cuya imagen no remonta.
Pero ni lo uno ni lo otro: la única beneficiada en el bloque de izquierdas resultó ser Yolanda Díaz, que utilizó su discurso en la tribuna parlamentaria como pista de despegue para su candidatura al frente de Sumar. Ante Irene Montero y Ione Belarra, que ni pudieron ni quisieron disimular su malestar.
Tanto Sánchez como Feijóo han vuelto de la Semana Santa hiperactivos, encadenando mítines. Las elecciones están muy abiertas y la gestión de los pactos posteriores al 28-M será crucial. En el PP proclaman que hay partido en comunidades y ayuntamientos donde hace unos meses parecía imposible que la izquierda sufriera, como Extremadura, Sevilla, Cantabria, Valladolid, Comunidad Valenciana y hasta Baleares. Y en el PSOE creen que serán capaces de mantener todos sus fortines y derribar el discurso de los populares de que el cambio de ciclo ha comenzado y es imparable.
Comentarios
tracking