Fundado en 1910

09 de mayo de 2024

La líder de Podemos, Ione Belarra, y la de Sumar, Yolanda Díaz (en primer plano)

La líder de Podemos, Ione Belarra, y la de Sumar, Yolanda Díaz (en primer plano)Iván Delgado / Europa Press

El equilibrio en Sumar

Podemos se consolida como un dolor de muelas para Yolanda Díaz

El fin del periodo electoral no da por finalizada la guerra interna en la izquierda radical por el reparto de poder

Las elecciones del pasado 23 de julio no han llevado la paz al seno de la izquierda radical. La pugna por el reparto de poder dentro de Sumar, la coalición de una quincena de partidos liderada por Yolanda Díaz, ha dejado a Podemos, el ya penúltimo representante de la izquierda a la siniestra del PSOE, con una cuota de poder escasa respecto a la que venía teniendo en los últimos comicios y los 'morados' han mostrado en público su malestar por los resultados obtenidos en las urnas por un espacio en el que ellos ya no mandan.
De los 31 escaños que ha conseguido la plataforma fucsia de la vicepresidenta segunda del Gobierno, cinco han ido a parar al partido liderado por Ione Belarra, justo la mitad que los de la cuota de Sumar como partido político y los mismos que Izquierda Unida, antes integrada en los 'morados' –lo que derivó en la marca Unidas Podemos–, donde tenía muy poco peso. También han logrado cinco asientos los Comunes de Ada Colau, un partido muy minoritario en comparación con la formación de Belarra.
Javier Sánchez Serna, Noemí Santana, María Martina Velarde, Lilith Verstrynge y la propia Belarra –que se salvó de la quema en las papeletas del 23-J, a diferencia de Irene Montero y Pablo Echenique, que este miércoles anunciaba su adiós de la política advirtiendo que Podemos ejercería su autonomía– son los representantes podemitas en la Cámara Baja para la próxima legislatura, si es que finalmente sale adelante, dado lo ajustado del resultado entre los dos bloques. Y esa cuota de poder tan reducida ha encendido los ánimos en el partido cofundado por Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, entre otros.
Este enfado lo verbalizó la secretaria general de Podemos a las pocas horas de finalizar el recuento, al reprocharle a Díaz en un vídeo que el nuevo espacio político de la izquierda radical se había dejado «700.000 votos y muchos escaños respecto al peor resultado de Unidas Podemos», en las anteriores elecciones generales, en noviembre de 2019, cuando los 'morados' consiguieron siete representantes más que el 23-J. Aunque los datos de las dos últimas citas electorales no sean equiparables, la realidad es que Sumar logró tres millones de votos el 23-J y Unidas Podemos apenas un millón en las autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo.

La estrategia de renunciar al feminismo e invisibilizar a Podemos no ha funcionadoIone BelarraSecretaria general de Podemos

«La estrategia de renunciar al feminismo e invisibilizar a Podemos no ha funcionado», abundaba Belarra, en clara referencia al veto a la ministra de Igualdad, quemada políticamente después de las consecuencias de la aplicación de la ley del 'solo sí es sí'. La norma ha rebajado las penas a 1.155 violadores y pederastas y excarcelado a otros 117, que ya caminan por las calles, lo que ha obligado a Igualdad a desembolsar 50 millones de euros para comprobar que no reinciden.
La dirigente Navarra se mostraba, en todo caso, satisfecha de haber logrado «frenar» en las urnas a la derecha de Partido Popular y Vox, algo que se había conseguido, a su juicio, gracias a «la enorme responsabilidad y generosidad de Podemos», que tuvo que tragar con unos vetos que, para Belarra, constituyen «un acuerdo que ninguna otra fuerza política habría aceptado».
El pacto fue alcanzado in extremis, a horas de cerrarse el plazo para presentar las listas, dejando a Podemos subsumido dentro de Sumar, aunque ahora la también ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 presume de que «el motor ideológico del espacio político y del gobierno de coalición» seguirá siendo Podemos, partido al que Sumar trató de «invisibilizar» durante la campaña, según denuncia.

Iglesias no pasa página

Un día, después, este miércoles, Iglesias echaba más leña al fuego. En una entrevista en la televisión autonómica catalana, TV3, el exvicepresidente del Gobierno señalaba que mucha gente no había entendido la «crueldad» del «veto unilateral» y «enormemente injusto» dictado por Díaz contra su pareja, la citada Montero, a quien definía como un «enorme» activo político. Sobre este asunto, añadía que «no se puede permitir» que sean «cinco o seis personas» las que designen a los perfiles para la representación institucional «sin dar la palabra a los militantes y a los inscritos», aunque admitía que fue él quien dirigió su dedo hacia Díaz cuando se marchó del Gobierno, en 2021.
Desde Sumar aseguran que no hay fisuras en la coalición, compuesta por una quincena de partidos de muy diversa índole, aunque, a tenor de las palabras de los representantes de Podemos, parece más un mensaje de cara a la galería que un análisis realista de los hechos.
Este martes, Díaz salía al paso de las críticas de Belarra e Iglesias durante una entrevista en el programa de La Sexta Al Rojo Vivo: «Yo creo que los partidos políticos son dueños de sus palabras y las tienen que valorar ellas mismas», apuntaba la líder del partido y la coalición fucsia, quien afeaba a Belarra que no le había transmitido esa opinión durante la noche electoral, en la que ambas dirigentes coincidieron, constatando que Podemos se ha consolidado como un verdadero dolor de muelas para ella.
Comentarios
tracking