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09 de mayo de 2024

Varias personas con una pancarta y banderas durante una protesta contra la constitución española, a 6 de diciembre de 2022, en Madrid (España). La protesta ha sido convocada por Frente Obrero y Espacio Republicano de Madrid para pedir una tercera república, entre otros asuntos. La manifestación ha coincidido con el 44º aniversario de la Constitución española que se celebra hoy 6 de diciembre.
06 DICIEMBRE 2022;CONSTITUCION;CONSTITUCION ESPAÑOLA;PROTESTA
Juan Barbosa / Europa Press
(Foto de ARCHIVO)
06/12/2022

Miembros de Frente Obrero, uno de los partidos con decenas de miles de votos que no ha obtenido representaciónEuropa Press

Un reparto desigual

Pacma, Frente Obrero y otros ocho partidos se han quedado sin escaño pese a recabar casi medio millón de votos

El sistema electoral español está diseñado de manera que partidos con decenas de miles de votos no obtienen ningún escaño mientras otros con menos papeletas sí lo hacen

El modelo electoral español viene determinado por el número de escaños que se eligen, su reparto por circunscripciones y la Ley D´Hondt. Esta conjunción de factores provoca que partidos con decenas de miles de votos no obtengan ningún escaño mientras otros con menos papeletas sí lo hagan.
Esto es exactamente lo que ha ocurrido tras las últimas elecciones generales, del pasado 23 de julio, cuando diez formaciones políticas con más de 10.000 sufragios se han quedado sin asientos en el Congreso de los Diputados a la vez que otros con menos papeletas depositadas en el interior de las urnas sí que cuentan con representantes en el Hemiciclo. Entre todas ellas recaban 495.282 votos. Casi medio millón de papeletas que han acabado en la basura en términos de rédito político.
Es el caso de un partido veterano como Pacma. Los animalistas obtuvieron –antes del recuento final con el voto CERA– 165.768 votos el 23-J y su resultado se ha traducido en cero asientos en la Cámara Baja. Por poner en contexto esta cifra, es el triple de apoyos de los conseguidos por Unión del Pueblo Navarro (UPN), que sacó 51.764, y más que los 114.718 de Coalición Canaria o los 152.327 del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), que lograron un representante en el Congreso cada uno.
Otro de los partidos perjudicados fue la Candidatura de Unidad Popular (CUP). A los independentistas catalanes de extrema izquierda los votaron 98.794 personas. Un soporte insuficiente para conservar los dos diputados que tenían. Destaca, asimismo, el éxito cosechado por el Frente Obrero, un partido de izquierdas que no transige con los secesionismos y que recabó el 23-J el nada desdeñable resultado de 46.605 votos –más que la ciudad de Soria– y también se quedó con el casillero a cero.
Más de lo mismo en el caso de Nueva Canarias-Bloque Canarista, que, con un apoyo ligeramente inferior, de 45.557 votos, tampoco consiguió representación tras los comicios. El PDeCAT, otrora un partido poderoso en Cataluña, con sus 31.687 papeletas se quedó en las mismas. También Recortes Cero –23.254 votos–, Unión del Pueblo Leonés –23.010 sufragios–, Por un Mundo más Justo –22.391–, o Existe –20.298–. Todos ellos, como vemos, por encima de los 20.000 votos.
Con más de 10.000, nos encontramos al Partido Comunista de los Trabajadores de España –no confundir con el Partido Comunista de España, federado en Izquierda Unida y ésta, a su vez, coaligada con Sumar–, que logró 17.918 votos. Unos sufragios que no han servido para nada más allá de dejar testimonio de su existencia, pero que no les sirven a ninguno de estos partidos para obtener una parcela de poder, por pequeña que sea.
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