Fundado en 1910

05 de mayo de 2024

Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo

Carles Puigdemont, en el Parlamento EuropeoEFE

Semana clave para el horizonte judicial de Puigdemont: recurso, euroorden o amnistía

En mitad del debate sobre sus exigencias para investir a Sánchez, el líder del procés tiene que decidir si recurre su inmunidad al Tribunal de Justicia de la Unión Europea

Desde que Carles Puigdemont se fugara a Bélgica en 2017, huyendo de las consecuencias penales que le podía ocasionar haberse convertido en el líder del procés en Cataluña, parece que su vida se ha convertido en un sinfín de pasos hacia adelante, enviando la pelota más lejos para evitar rendir cuentas ante la Justicia española. En ese laberinto judicial en que el expresidente catalán ha convertido su vida, esta semana tendrá que tomar una importante decisión, ya que se le acaba el plazo para recurrir la última sentencia en su contra.
A principios de julio, el Tribunal General de la Unión Europea le retiró la inmunidad que tenía como eurodiputado, tras haberlo solicitado la Justicia española. El hecho de no haber acudido a territorio español para recoger su acta de diputado debía haber sido motivo suficiente para perder su derecho a serlo, un camino que ha habido que pelear en los tribunales. Tras casi una legislatura entera, la Justicia europea resolvió en contra de Puigdemont, que aún tiene unos días para recurrir la decisión al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La corte comunitaria daba a Puigdemont, Comín y Ponsatí tres meses y diez días para recurrir, contando a partir de la fecha de la notificación del fallo, que se hizo público el 5 de julio. Por tanto, los tres eurodiputados prófugos de la Justicia deben decidir esta semana su plan de actuación junto a su abogado Gonzalo Boye, que ya avisaba el pasado julio de sus planes de recurrir a todas las instancias posibles. Eso significaría no solo acudir al TJUE y pedir las cautelares para mantener su inmunidad, sino también recurrir al Tribunal de Estrasburgo si la última instancia de la UE no le da la razón, lo que podría alargar el caso hasta tres o cuatro años más.
En el caso de que cambien la estrategia y finalmente no recurran la retirada de su inmunidad, se abriría un escenario similar al de 2019, previo a las elecciones europeas. Por ese entonces, sobre Puigdemont y el resto de fugados pesaba una orden de búsqueda y captura por sedición y malversación, un delito por el que la Justicia belga no estaba dispuesta a extraditarlos. Ahora, sin embargo, la sedición se ha eliminado del Código Penal y el juez Llarena solo pediría la devolución de los prófugos por malversación. Y a eso sí están dispuestos los magistrados belgas.
Por tanto, si acabado el plazo no hay recurso, Llarena activaría inmediatamente la euroorden para que procedieran a detenerlos y su puesta a disposición de la Justicia estaría más cerca. El magistrado del Supremo ya activó dicha euroorden tras la decisión del TGUE, pero decidió suspenderla hasta que fuese firme. Si no hay recurso, ya lo sería.
El problema para la Justicia española llegaría si Puigdemont toma esa decisión con las cartas marcadas. Si el expresidente catalán no recurre al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y cesa en su lucha puede ser porque las negociaciones para una posible amnistía estén tan suficientemente avanzadas como para saber que nunca se sentará en el banquillo de los acusados.
El primero de los tres escenarios parece el más factible a día de hoy, aunque el último tampoco es descartable. Lo que es difícil es que se produjera el segundo y Puigdemont decidiera renunciar a su eterna pelea judicial. Si lo hace, cabría pensar que el tercer escenario no era una simple cábala.
Comentarios
tracking