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06 de mayo de 2024

El Rey Felipe VI, durante su discurso tras los incedentes en Cataluña durante el 1-O en 2017

El Rey Felipe VI, durante su discurso tras los incedentes en Cataluña durante el 1-O en 2017Casa de S.M. el Rey

Seis años del crucial discurso del Rey tras la consulta ilegal del 1-0: las claves que lo hacen vigente

Dos días después de la asonada separatista, Felipe VI transmitió a los españoles la tranquilidad de que prevalecería la Constitución

El golpe a la soberanía e integridad territorial de España perpetrada por los líderes separatistas en octubre de 2017 fue probablemente el momento de mayor inestabilidad política en nuestro país de la última década y, por ende, del reinado de Felipe VI.
Emulando el discurso que tuvo que pronunciar su padre, Don Juan Carlos, tras el intento de golpe de Estado del 23-F, en 1981, el Jefe del Estado envió a los españoles el mensaje rotundo de que la unidad de España, el Estado de derecho, la democracia y la Constitución prevalecerían.
La alocución del Monarca ante el desafío independentista encabezado por el expresidente de la Generalidad de Cataluña, el prófugo de la Justicia Carles Puigdemont, contiene numerosas ideas que hoy recobran su vigencia ante las negociaciones de la investidura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Éstas incluyen la amnistía de todos aquellos delitos y una hipotética celebración de un referéndum de independencia que esta vez sí sería legal y vinculante, según sus exigencias. En este contexto, volviendo la vista atrás seis años y repasando algunas de las frases pronunciadas por el Rey, parece que hubieran sido pronunciadas hoy mismo. Y es que los fines de los independentistas no han cambiado en absoluto.

Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática

Entonces, como ahora, la fragilidad de la democracia se hacía patente, como apuntaba Felipe VI desde el arranque de su discurso y lamentaba que estuviésemos «viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática». «Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada (ilegalmente) la independencia de Cataluña», abundaba.
«Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno», continuaba el Monarca, en una frase que bien podría referirse, por ejemplo, a los constante ataques al derecho a estudiar en castellano en aquella comunidad autónoma.
El Rey también se refería a que «con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña». Estas mismas autoridades siguen mostrando una deslealtad palpable. Valga como ejemplo el plantón que le darán a Felipe VI en la ronda de consultas para la investidura, a la que no acudirá ERC, el partido que gobierna actualmente la región.

Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada

«Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando (desgraciadamente) a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada», continuaba la alocución del Rey. Esa fractura social, por mucho que desde el Gobierno de Sánchez se publicite que se ha sanado bajo su mandato, es notorio que sigue doliendo, y mucho, en esa tierra.

Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional

La siguiente frase también mantiene toda la actualidad si se ligara al peaje que Sánchez parece estar dispuesto a pagar para tratar de ser investido: «Ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía».
Otra parte del discurso que valía en 2017 y vale para 2023 es aquella en la que se dirige a los ciudadanos de Cataluña para «reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la Ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos».

No están solos, ni lo estarán

Hacia el final del discurso, el Rey fue modulando el tono para tomar un cariz de calma. Primero, cuando se dirigía a los catalanes ante su «preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas»: «A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos». Y, después, a todos los españoles, «que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos», a quienes les transmitió «un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza».
«Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos», añadía, antes de «subrayar» el «firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia», así como su «entrega al entendimiento y la concordia entre españoles» y su «compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España».
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