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06 de mayo de 2024

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, en la segunda jornada de la 26 edición del Debate sobre el Estado de la Nación, en el Congreso de los Diputados, a 13 de julio de 2022, en Madrid (España). Tras siete años sin celebrarse ninguno, la Cámara baja acoge durante los días 12, 13 y 14 de julio la vigésima sexta edición del debate sobre el estado de la Nación desde 1983 y el primero que se lleva a cabo con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Esta edición del debate, también es la primera para Unidas Podemos, Vox y Ciudadanos, ya que en 2015 ninguna formación tenía representación parlamentaria para participar. Durante el debate, el Gobierno expone y hace balance de los resultados de la política que ha llevado a cabo, la oposición comparece para fijar sus posturas y se votan las propuestas de resolución formuladas por las demás formaciones. Entre los temas que se discutirán está la reforma laboral, el plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, los últimos presupuestos generales del Estado aprobados, las políticas de recuperación tras la erupción del volcán en la isla de La Palma, los fondos europeos Next Generation, la excepción ibérica al gas, España como anfitriona en la cumbre de la OTAN y la presidencia del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023.
13 JULIO 2022;26 EDICION;DEBATE;NACION;ESTADO
Eduardo Parra / Europa Press
(Foto de ARCHIVO)
13/7/2022

Pedro Sánchez y la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam NoguerasEuropa Press

Puigdemont, crecido

La maldición de la ley de amnistía: siete días para que expire el plazo y va de mal en peor

Entre el fracaso del PSdeG en las gallegas, el caso Koldo y el infarto del principal negociador de Junts, la norma sigue empantanada. Y se supone que el 7 de marzo tiene que haber un acuerdo

El tiempo se le echa encima a Pedro Sánchez sin que consiga hallar una salida al callejón en el que se encuentra la ley de amnistía; dada la imposibilidad del presidente de garantizar a Carles Puigdemont una inmunidad total y, sobre todo, a prueba de jueces.
El plazo para que el PSOE y Junts alcancen un acuerdo y aprueben un nuevo dictamen en la Comisión de Justicia concluye justo dentro de una semana, el jueves 7 de marzo. O debería concluir, en condicional. Porque este miércoles, el portavoz de Justicia de Sumar, Enrique Santiago, insinuó que tal vez tendrían que pedir una nueva prórroga ante la falta de avances. «Podría ser», señaló, enigmático.
La coalición no puede dejar que la ley decaiga definitivamente porque es la piedra angular de esta legislatura, por más que desde el Gobierno aseguren que pueden gobernar con los Presupuestos de 2023 prorrogados. La cuestión es cómo estirar el margen, llegado el caso. Porque para ello los socialistas tendrían que retorcer el Reglamento del Congreso, que es muy claro al respecto. Y contar con la complicidad del secretario general de la Cámara Baja y letrado mayor, Fernando Galindo.

¿Retorcer el Reglamento... más?

El artículo 131.2 de la norma establece que, cuando un proyecto o proposición de ley orgánica no es aprobado por el Pleno y tiene que volver a la comisión correspondiente, ésta dispone de un mes de plazo para aprobar un nuevo dictamen. En este caso, en noviembre el grupo parlamentario socialista solicitó la tramitación de la ley por el procedimiento de urgencia, lo que reduce todos los plazos a la mitad. Por ello, en esta fase en vez de un mes eran 15 días, hasta el 21 de febrero. Cuando estaba a punto de cumplirse el plazo, los socialistas pidieron a la Mesa del Congreso una prórroga de 15 días más, que en teoría no debería ser ampliable: hasta el 7 de marzo. Por descontado, la mayoría encabezada por Francina Armengol votó a favor de concederla.
Este miércoles por la tarde, la Mesa de la Comisión de Justicia celebró una reunión ordinaria, para organizar el trabajo interno. Pero en ella no se habló absolutamente nada de la ley de amnistía ni de la posibilidad de que el PSOE intente estirar más los tiempos, según fuentes de la misma consultadas por El Debate. De hecho, el presidente de la Comisión, Francisco Lucas, no ha sido informado por la dirección de su partido de nada en ese sentido.
También este miércoles quedaron constituidas en el Congreso las tres comisiones de investigación sobre la operación Cataluña y el espionaje a líderes independentistas que Sánchez pactó con ERC y Junts a cambio de su investidura.
Míriam Nogueras (Junts) pasa frente a Pedro Sánchez y Teresa Ribera

Míriam Nogueras (Junts) pasa frente a Pedro Sánchez y Teresa RiberaEFE

Cuando el partido de Puigdemont echó atrás la ley en el Pleno del 30 de enero, los socialistas fueron conscientes de que el expresidente catalán apuraría hasta el límite temporal, como había hecho en anteriores ocasiones. Las posiciones estaban muy lejos: Junts quería y sigue queriendo incluir todo el terrorismo y hasta la traición, y el PSOE insiste en que eso sería inasumible para el Tribunal Constitucional de Cándido Conde-Pumpido y ofrece a cambio otras reformas legales colaterales. Por ejemplo, en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para reducir los tiempos de instrucción por parte de los jueces.

La decisión de dejar pasar las gallegas

Las conversaciones nunca se han interrumpido, pero a Sánchez le pareció una buena idea dejar la negociación para después de las elecciones gallegas. Sin embargo, en esos comicios el PSdeG se quedó en nueve escaños, y los problemas del presidente se agravaron. Porque la fase crítica de la amnistía arrancó con Sánchez debilitado por el desastre gallego y sin más plan que pactar de una vez por todas esa ley. De pronto, toda la presión que el PSOE había puesto sobre los hombros de Puigdemont en las semanas anteriores se había convertido en presión sobre Sánchez.
Inmediatamente después llegó el caso Koldo, que ha aumentado la necesidad del presidente de procurarse una huida hacia adelante. Y, por si todo ello fuera poco, el secretario general de Junts y principal negociador, Jordi Turull, sufrió un infarto el lunes. Parece una maldición. Una operación de urgencia le ha dejado fuera de juego en el momento clave; a él, que además era la mejor baza con la que contaban los socialistas. No en vano, estos meses Turull ha trabado una relación de confianza con su homólogo en el PSOE, Santos Cerdán. Aunque en los últimos días Cerdán ha estado más ocupado en convencer a José Luis Ábalos de que renunciara a su escaño –infructuosamente– que en la amnistía.
Así pues, los socialistas encaran la cuenta atrás sin ninguna certeza. Aunque no dejan de repetirse que Junts no puede permitirse dejar caer la ley. Ellos tampoco pueden permitirse que caiga.
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