Un momento de la protesta de los funcionarios de prisiones
Cientos de funcionarios de prisiones piden el cese de la cúpula de la consejería catalana de Justicia
Los trabajadores de la cárcel de Murcia se suman a las protestas
Cientos de funcionarios de prisiones se han concentrado este miércoles ante las puertas del Palacio de la Generalitat para pedir la dimisión o la destitución de la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, y del responsable de prisiones, Amand Calderó, por el asesinato hace una semana de la cocinera de la cárcel de Mas d'Enric a manos de un preso que después se suicidó.
En la concentración han participado cientos de funcionarios
A la concentración han asistido familiares de la trabajadora asesinada de esta prisión, situada en El Catllar (Tarragona), los cuales han depositado un ramo de flores ante la puerta de la sede de la Generalitat en homenaje a la víctima, ante los gritos de los funcionarios de prisiones de «dimisión, dimisión» y «todos somos Núria», que es como se llamaba la cocinera asesinada.
Los funcionarios de prisiones han colocado dos grandes pancartas frente a las vallas que custodian el Palacio de la Generalitat, una recordando el asesinato de la trabajadora y otra que rezaba «Sin convivencia no hay reinserción».
Protesta en Murcia
Mientras tanto, los funcionarios de prisiones de la cárcel de Murcia I, en Sangonera la Verde, se han sumado a las protestas que se desarrollan en diferentes cárceles españolas a raíz del asesinato de la cocinera de la prisión catalana.
En concreto, sesenta funcionarios mantienen cortada la entrada a la prisión murciana, lo que ha impedido el relevo de los turnos.
Los manifestantes se concentraron de forma espontánea, sin ningún sindicato detrás que haya organizado esta protesta, cortaron la carretera quemando neumáticos en la calzada que fueron apagados por los bomberos de Murcia.
Además de una pancarta en la que se podía leer «Todos somos Nuria», en alusión a la funcionaria asesinada en la prisión de Tarragona, profirieron gritos en contra del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Una dotación de la Guardia Civil vigilaba el exterior de la cárcel mientras que en el interior lo hacían agentes de la Policía Nacional que no llegaron a actuar contra los funcionarios que se habían manifestado sin autorización oficial.
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