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02 de mayo de 2024

Un grupo terrorista asentado en el Sahel

Soldados nigerianos posando con una bandera del grupo terrorista Boko HaramRT

Centro Nacional de Inteligencia

El esfuerzo del CNI en el Sahel da sus frutos al anticipar el auge del terrorismo y la inmigración ilegal

El intenso trabajo que está haciendo el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en el Sahel ha dado sus frutos. En los últimos meses, ha anticipado el auge del terrorismo y de la inmigración ilegal que se está viviendo a día de hoy en esta región africana. De esta manera, la institución que dirige Esperanza Casteleiro vuelve a destacar por su eficacia y se consolida una vez más como un referente a nivel internacional.
Tal y como figura en los últimos informes de Seguridad Nacional sobre el Sahel, se trata de «una zona prioritaria para España» que en estos momentos está plagada de «grupos yihadistas que pueden disponer de bases desde las que planificar acciones terroristas contra objetivos españoles o europeos». Seguidamente, alerta del poder de Rusia en esta zona africana. «Rusia que se ha asentado como socio prioritario de Malí e intensificando su esfuerzo por hacer lo propio en Burkina Faso y Níger», sostiene el documento.
La presencia de Rusia en el Sahel está contribuyendo a una inestabilidad que supone un riesgo y amenaza para la seguridad de la Unión Europea y de países como España. Dos de los temas que más preocupan son el auge del terrorismo, de corte yihadista en su mayoría, y la inmigración ilegal. La influencia de los rusos en la región africana ayuda a perpetrar los regímenes autoritarios e impide la consolidación de instituciones legítimas. Con estas acciones, el objetivo del país del este es extender su influencia para mejorar su posición geoestratégica aprovechándose de la debilidad de los gobiernos del Sahel.
Algunos de los motivos por los que Rusia está interesada en África son que el país del este pueda presentarse como alguien que no está aislado internacionalmente tras la imposición de las sanciones económicas por la invasión de Ucrania. También para establecer y proteger las vías para transportar sus mercancías -en su mayoría armas aunque también envían productos como los cereales-. Por último, para mantener su presencia en instituciones africanas, clave para llevar a cabo transacciones económicas eludiendo los controles internacionales.
Como consecuencia del esfuerzo que el CNI está haciendo en el Sahel, que se ha convertido en un trabajo de referencia para otros países europeos, España ha podido anticiparse a las acciones que están ocurriendo a día de hoy. El Servicio de Inteligencia español, considerado como uno de los mejores del mundo, cuenta con un destacado número de profesionales especialistas en esta materia que han sabido adelantarse con éxito a lo que está pasando en la actualidad. El Sahel es un objetivo del Centro desde hace varias décadas, pero su labor allí se ha intensificado recientemente desde los recientes golpes de estado que se han llevado a cabo en Níger y en Gabón.
Desde hace años, el Sahel ha sido testigo de un incremento alarmante de actividades terroristas y flujos migratorios clandestinos. La porosidad de las fronteras y la debilidad de los países de la región han creado un caldo de cultivo propicio para la proliferación de grupos extremistas y redes de tráfico de personas. Ante este escenario, el papel del CNI se ha vuelto fundamental.
Mediante el intenso trabajo de seguimiento constante de indicadores de riesgo y la evaluación de tendencias, los equipos de profesionales de élite del CNI han sido capaces de identificar los patrones emergentes y alertar a las autoridades pertinentes con la suficiente antelación. El papel del Centro tiene una importancia aún mayor en este contexto, ya que su capacidad para anticipar y neutralizar a las amenazas es fundamental para garantizar la seguridad y la estabilidad. En paralelo, este éxito del CNI en el Sahel no ha pasado desapercibido para los Servicios de Inteligencia europeos, que han reconocido su liderazgo en la región.
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