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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, tras firmar un acuerdo para un Gobierno de coalición.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en una imagen de archivoEP

Los métodos poco ortodoxos

El Gobierno prepara una treta para que Sumar apoye un mayor gasto en defensa sin que lo parezca

La coalición pacta excluir el aumento de la inversión militar del techo de gasto y tramitarlo después como Programa Especial del Ministerio de Defensa para que Díaz pueda mantener su discurso

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, insistió en ello en la cumbre informal que mantuvo el lunes con los líderes de la UE, entre los que se encontraba Pedro Sánchez: urge aumentar el gasto en defensa y la producción armamentística, y no solo porque lo diga Donald Trump.

El aviso coge al Gobierno de España en el fragor de las negociaciones para los Presupuestos Generales de 2025, tanto con su socio de coalición como con sus socios parlamentarios. Y después de que el presidente reafirmara ante el propio Rutte, la semana pasada, el compromiso paulatino de incrementar la inversión militar hasta llegar al 2 % en 2029.

En medio del debate, Yolanda Díaz aprovechó su comparecencia de este martes en la Moncloa para reiterar la oposición de su partido a lo que Sumar considera una escalada belicista. «No va de incrementar los presupuestos. Una política de Defensa basada solo en el incremento del gasto militar probablemente ensanche las políticas de los populismos de extrema derecha en el conjunto del mundo», advirtió la vicepresidenta segunda.

Sin embargo, el Ejecutivo ha pactado una fórmula para que Sumar pueda soplar sopas y sorber a la vez; para que pueda oponerse al aumento del gasto militar de cara a su electorado pero, a la vez, apoyarlo en la práctica. Otro abracadabra.

Pedro Sánchez y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte

Pedro Sánchez y el secretario general de la OTAN, Mark RutteEFE

El truco consiste en no incluir el incremento del gasto militar en el techo de gasto, sino tramitarlo externamente como Programa Especial del Ministerio de Defensa. El techo de gasto es el límite de gasto no financiero, la cifra que delimita el perímetro de los Presupuestos: primero el Ministerio de Hacienda hace una estimación de los ingresos del ejercicio y, con ello, calcula el gasto presupuestario que permite el cumplimiento del objetivo de estabilidad. Sin embargo, hay partidas que no están incluidas en él. Básicamente, las transferencias a las comunidades autónomas y las corporaciones locales por los sistemas de financiación autonómico y local. También los programas especiales de modernización de las Fuerzas Armadas.

Si la partida extra de Defensa no computa en el límite de gasto, significa que Sumar no tiene que participar en la decisión sobre qué otras partidas reducir para engordar la del Ministerio de Margarita Robles. Básicamente se trata de dejar hacer a Sánchez y mirar para otro lado.

El Gobierno no tiene aprobado techo de gasto para 2025, sino que está negociándolo con sus socios como paso previo a los Presupuestos. El Ejecutivo lo llevó al Pleno del Congreso dos veces, en julio y septiembre, pero la primera vez perdió la votación y la segunda vez lo retiró in extremis de la tramitación parlamentaria porque iba a ser derrotado de nuevo. El cálculo del Ministerio de Hacienda ascendía a 195.353 millones de euros excluyendo los fondos europeos y a 199.171 millones incluyéndolos. Aunque esa cifra no será la definitiva, dado el tira y afloja con sus aliados y sobre todo con Junts.

Fuentes del entorno de Yolanda Díaz explican que esta solución que van a aplicar no es nueva. Fue la que el PSOE y Unidas Podemos (entonces no existía Sumar) encontraron en el verano de 2022, cuando estaban negociando los Presupuestos de 2023. En concreto, se le ocurrió a un miembro del equipo de Díaz: el economista Manuel Lago, entonces asesor de esta en el Ministerio de Trabajo y ahora diputado de Sumar. Lago pactó esta fórmula con el equipo de María Jesús Montero y aquello sirvió para lograr la cuadratura del círculo en un momento delicado en la coalición: dos meses antes, el Consejo de Ministros había aprobado un crédito extraordinario de 1.000 millones de euros para Defensa, pocos días después de la cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid. Unidas Podemos sostuvo que no había sido informado y el PSOE aseguró que sí.

Lo más irónico es que, aunque el aumento del gasto militar no compute en el techo de gasto, sí computará en los Presupuestos Generales de 2025. Y estos tienen que ser doblemente validados por Sumar: primero en el Consejo de Ministros del que forma parte; después en el Congreso, como grupo parlamentario. Así que claro que el partido de Yolanda Díaz votará a favor de un mayor montante para el departamento de Defensa, aunque lo disfrace.

En las cuentas públicas que actualmente están en vigor, las de 2023, el Ministerio de Robles tiene un presupuesto de 12.825 millones de euros. Aquello supuso un su día un aumento del gasto militar del 28,5 %, una vez computados los programas especiales de modernización de las Fuerzas Armadas. En el caso de los programas de armamento, la subida alcanzó el 72 %. Las políticas de personal, que representan el 41,9 % del presupuesto total del departamento, crecieron en 313,64 millones de euros, un 6,20 %.

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