Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno
La Ponencia Política del PP no definirá su estrategia frente a Vox y dejará abierta la política de pactos
El documento que se aprobará en el cónclave del PP solo fijará las líneas generales de actuación de la formación en distintos temas
La Ponencia Política que debatirá el PP en su XXI Congreso de julio no definirá la estrategia frente a Vox y dejará abierta la política de alianzas con otros partidos, como la formación que preside Santiago Abascal. De hecho, ésa es la tesis que comparten miembros de la cúpula del partido y el presidente andaluz, Juanma Moreno, uno de los ponentes que pilotará ese documento político en el cónclave del PP.
En los últimos años, la relación con Vox ha sido un foco permanente de discusión interna dentro del Partido Popular. «Ningún partido dedica a otro su Ponencia Política. Sería un error», asegura a Europa Press en privado un miembro de la dirección nacional del PP, que recuerda que se trata de una ponencia «marco» y no hablará de otros partidos.
En esa misma línea se pronunció hace unos días Juanma Moreno, al afirmar que la Ponencia Política no tiene por qué plasmar las «estrategias a futuro» con otras fuerzas políticas, como Vox.
Según el jefe del Ejecutivo autonómico, de lo que se trata es de hablar del PP y de su proyecto político y, por lo tanto, lo que hagan los demás «no entra dentro del ámbito de competencias nuestro, ni en nuestro objetivo ni en nuestra motivación».
El propio Feijóo apuntó en la misma dirección el lunes –en su intervención a puerta cerrada ante la Junta Directiva Nacional del PP– cuando advirtió de que una Ponencia Política no es un programa electoral y que, por lo tanto, el documento que se aprobará en el cónclave del PP solo fijará las líneas generales de actuación de la formación en distintos temas, según fuentes del partido presentes en ese encuentro.
La respuesta de Feijóo se produjo poco después de que el alcalde de Málaga hubiese tomado la palabra ante la plana mayor del PP para defender asuntos que, a su juicio, deben formar parte de esa Ponencia Política, como la tasa turística; el problema de la vivienda en España; o la importancia de atender a la cooperación internacional para afrontar la inmigración irregular.
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo
La última Ponencia política
En el último Congreso del PP ordinario y con debate de ponencias celebrado en 2017 –entonces Vox no tenía aún representación parlamentaria, pero sí Ciudadanos y Podemos–, los 'populares' abogaron por ofrecer a los ciudadanos una «propuesta solvente» y «responsable» para responder al «surgimiento de formaciones populistas que intentan destruir lo construido», «dividir a los españoles» y «a la política entre 'vieja' y 'nueva'».
El PP, que se define como un partido de «centro reformista», se reivindicó en aquel XVIII Congreso celebrado en la Caja Mágica de Madrid como «el partido que aglutina y refleja las ideologías más representativas del centroderecha español», tras recordar que el PP asumió la «responsabilidad histórica» de convertirse en "casa común de las familias conservadoras, liberales y democristianas.
Además, el PP afirmaba en aquel documento que el PP es «el partido central de la democracia española» y el que «más ha hecho por la prosperidad, la inclusión y el desarrollo», con una «gestión histórica» que lo demuestra.
Este debate sobre si la Ponencia Política debe abordar las alianzas con Vox coincide en el tiempo con las voces del partido que reclaman un rearme ideológico, de forma que el partido pueda atraer a más votantes de centroderecha que se fueron a partidos como Vox.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha apuntado en esa dirección con sus recientes declaraciones al afirmar que, aparte de echar a Pedro Sánchez del Palacio de la Moncloa, el PP tiene que «ilusionar» como «casa común del centroderecha».
En parecidos términos se ha expresado también el expresidente del Gobierno José María Aznar, al mostrarse convencido de que es mejor ganar elecciones desde «el entusiasmo de los propios» que desde «el rechazo hacia el adversario». «No tener un mandato claro suele reflejar un rumbo errático en la acción de gobierno», sentenció hace unos días.